¡No te rompo de un tortazo, por no pegarte en la calle!…
La encontró en el bulín y en otros brazos… Sin embargo, canchero y sin cabrearse, Le dijo al gavilán: «puede rajarse; El hombre no es culpable en estos casos»… Con gran tranquilida y amablemente, Le fajó treinta y cuatro puñaladas.
Pobre solterona te has quedado sin ilusión, sin fe… Nunca tuvo novio, ¡pobrecita!
Ya se lo había dicho: “Del laburo sin hacer estación, venite a casa… No es que yo esté celoso, te lo juro, pero si vos no estás… no sé qué pasa…». Los bifes -los vecinos me decían- parecían aplausos, parecían, de una noche de gala en el Colón.
Si te agarro con otro te mato Te doy una paliza y despues me escapo.
Movimiento Feminista de Tango.
El tango, como otros géneros de la música popular, tiene letras que hoy nadie osaría escribir. Hay tangos que ya pocos cantan. Letras que en tiempos de denuncias de violencia, femicidios, NiUnaMenos y NoEsNo, no sólo molestan sino que ya no tienen cabida. «Nos liberamos de algo que ya no nos identificaba”, explicó Alejandro Guyot días atrás al cambiar el nombre de su grupo 34 puñaladas por Bombay Bs As.
Pero las mujeres decidieron no correrse de este ambiente machista sino transformarlo. Ya el año pasado las tangueras contra el machismo empezaron a juntarse para hablar de otras letras, otros bailes, además de denunciar situaciones de acosos.
El 3 de junio de 2018 bailarinas, profesoras, milongueras, músicas, cantantes y organizadoras marcharon juntas al grito de NiUnaMenos. En marzo de este año se armó el primer festival internacional feminista Tango Hembra. Y este domingo el Movimiento Feminista de Tango presentará el primer Protocolo para Milongas.
Ana Zeliz, Mónica Ogando, Natalia Giacchino, Soraya Rizzardini González y Natalia Terán, milongueras por pasión fueron quienes se sentaron a escribir este protocolo que tiene como objetivo ayudar a resolver las situaciones de violencia que se dan en las milongas, pero fundamentalmente, prevenirlas.
«Nos sentíamos incómodas con cosas que pasan en el ambiente, porque el tango es particularmente machista. No sólo por las letras sino por el baile, que dirige el varón. El varón es quien marca dónde tenés que pisar y moverte, y la habilidad de la mujer se reduce a seguir bien al varón -explica Zeliz-. Pero las mujeres hace mucho que decidimos dónde pisar, así que queremos que el baile deje de estar marcado por órdenes y pase a ser más bien un diálogo».
Las mujeres del movimiento hicieron asambleas, se dividieron en comisiones, y trataron distintos aspectos del tango. Un tema importante es el de la violencia, el maltrato y las situaciones de abuso y acoso. «Es un ámbito que facilita que estas cosas ocurran, pero no podemos permitir que sigan. Por eso escribimos el protocolo, para entregárselo a quienes organizan las milongas y sepan de qué manera actuar ante una situación de violencia», dice Zeliz.
Movimiento Feminista de Tango, en una performance.
La idea es que si una mujer denuncia alguna situación no sea ella la que tenga que irse sino quien la maltrató. La idea es que pueda ser escuchada con oido atento y acompañada. La idea es que ninguna mujer tenga que soportar que nadie la apriete demasiado ni le toque las tetas porque eso nada tiene que ver con la milonga.
«No podemos estar como policías, pero si hay algo que incomoda ya no está bien. Se trata de estar alertas y el protocolo ayuda con herramientas prácticas para que los organizadores puedan asistir a la víctima», agrega Zeliz.
Y también cuenta que se pide que en los espectáculos haya más mujeres, que en los bailes no sólo haya parejas tradicionales. «Ya hay otro tango igual -sigue Zeliz-. Está La Empoderada, Patricia Malanca…».
El Protocolo fue presentado en el Centro Cultural Tierra Violeta (Tacuarí 538, CABA).
Fuente: Clarín.