El efecto rebote de las dietas es la pesadilla de quienes encaran la decisión de comenzar un proceso de pérdida de peso. El desaliento es fuerte porque, en general, siguen un plan estricto de alimentación, realizan ejercicio y consiguen llegar a su objetivo, pero en un par de meses vuelven a subir el peso que habían bajado. Una dinámica que lleva a la persona a sentir frustración y angustia.
Los expertos en nutrición advierten que el fenómeno es aún más habitual cuando se hacen las famosas “dietas mágicas”. Es decir, aquellas que son muy restrictivas y prometen resultados inmediatos que el cuerpo no puede asimilar de manera natural.
En un metaanálisis publicado en la National Library of Medicine se investigaron los resultados de 29 estudios sobre la pérdida de peso a largo plazo. En el mismo se detectó que la mayoría de los individuos que formaron parte de las investigaciones, recuperaron más de la mitad del peso perdido en dos años y, a los cinco años, recuperaron más del 80 % del peso perdido. Por ende, solo una de cada cinco personas de las que emprende estas dietas mágicas logra perder peso a largo plazo.
“Durante años se habló y se sigue hablando sobre dietas de moda como la cetogénica, paleolítica, ayuno intermitente, entre otras pero lo que no se tiene en cuenta es que difícilmente se adapten a los hábitos de vida de una persona que pasa gran parte del tiempo fuera de su casa. Los resultados con estas “dietas” suelen verse rápido pero tan rápido como llegan se van. Justamente, al no haber educación alimentaria, no se adecua a los gustos y hábitos, se dejan de contemplar muchas variantes”, añade la Lic. en Nutrición, Juliana Giménez (M.N. 10553)
Respecto a esta cuestión, el doctor Richard Joseph, médico del Centro para el Control y el Bienestar del Peso en el Brigham and Women’s Hospital en Boston, EE.UU. y miembro de la Facultad de Medicina de Harvard sostiene que el factor más importante a tener en cuenta para mantener el peso, reside en el cerebro.
En otras palabras, según Joseph el aspecto psicológico es la clave para mantenerse saludable aún tiempo después de haber llegado al peso deseado con el plan de alimentación sana. Para él, aquellos que saltan de una dieta de moda a la siguiente a menudo experimentan la montaña rusa metabólica conocida popularmente como la “dieta yo-yo” que presenta los siguientes síntomas:
- Aumento de las hormonas del hambre
- Excesos de carbohidratos y grasas tras la finalización de la dieta
- Reducción de las tasas metabólicas
- Pérdida de masa muscular
- Se genera un espiral vicioso de pérdida de peso seguido de la recuperación del mismo
La aseveración del especialista tiene su fundamentación con evidencia científica. De acuerdo con una investigación titulada “Determinantes del mantenimiento de la pérdida de peso: una revisión sistemática”, tener una psicología adecuada para la pérdida de peso es fundamental para regular la fisiología que respalda la supresión del mismo.
Según la investigación realizada por Harvard, solo los que han adoptado hábitos como hacer deporte o comer sano y variado, han logrado concretar sus objetivos a largo plazo y evitar el indeseado efecto rebote.
Para ello, explica el Dr. Joseph, es necesario controlar la autorregulación y la autoeficacia. El primer concepto se refiere a regular y comprender el comportamiento alimentario, es decir, cuestionarse si se come más cuando se está estresado, si se come de manera emocional y mantener en el radar mental la cantidad adecuada y variada de alimentos que se deben consumir. Luego, cuando se comprende la necesidad que hay detrás del querer comer y se la controla, la persona va a tener más probabilidades de éxito.
También está el factor de la seguridad propia. “Aquellos que tienen una alta autoconfianza (quienes creen en su capacidad para ejecutar ciertos comportamientos) para el ejercicio en particular tienen más éxito en mantener la pérdida de peso”, afirma el especialista.
Según la licenciada Giménez mantener un peso saludable a largo plazo es 100% factible. La clave del éxito es una alimentación variada y equilibrada, realizar actividad física diariamente, la constancia y la organización. Y añade: “El factor psicológico es fundamental. Se necesita de una mente saludable para poder llevar a cabo una alimentación equilibrada. Muchos pacientes vienen con la creencia de que no podrán, de que no nacieron para hacer deporte, de que jamás van a dejar de comer en grandes cantidades, pero estas son limitaciones que se ponen a sí mismos”.
“Mantener la pérdida de peso requiere de sentirse cómodo con la incomodidad: de sentir hambre ocasionalmente, de hacer ejercicio en lugar de comer por estrés, de descifrar honestamente la búsqueda de recompensas versus el hambre real, y resistir el atractivo omnipresente de los alimentos ultraprocesados”, concluye el doctor. Es por eso que en el entorno moderno, hay que aprender y practicar las herramientas psicológicas que ayuden no solo a aceptar, sino finalmente a abrazar, la inevitable incomodidad de mantener el peso.
Fuente: Victoria Vera Ziccardi, La Nacion.