“Hay una gran confusión entre lo que es la autoestima alta y lo que es ser arrogante o narcisista. La autoestima es una tranquilidad que nos hace sentir valiosos, no necesitamos mostrar ni comprobar nada a nadie. En cambio, un adulto arrogante es uno que no fue bien mirado cuando era chiquito y los únicos que pueden revertir eso son los padres”, dice la psicóloga Maritchu Seitún.
Especializada en orientación a padres y en atención psicológica a chicos y adolescentes. Maritchu Seitún se convirtió en una de las referentes nacionales sobre crianza, niños y familia. Autora de los libros Criar hijos confiados, motivados y seguros; Capacitación emocional para la familia; Apego y crianza y de Cómo la teoría del apego ilumina nuestra forma de ser padres.
Seitún conversó sobre los temas más recurrentes en los hogares familiares: cómo fortalecer la autoestima, cómo ponerles límites a los hijos, qué hacer cuándo un hijo sufre de bullying o lo hace y otras cuestiones que preocupan a los padres.
Respecto de la autoestima, Seitún explica que se puede construir en el tiempo y que es imprescindible armarla durante la crianza. Los niños aprenden en base a las enseñanzas de sus padres, por eso, es ideal demostrarles que se puede hablar con menos adjetivos porque son juicios, y con más oraciones que tengan verbo. “Son pequeñas cosas que ayudan a mejorar el autoestima. No se trata de decirles que son unos genios o halagarlos porque sí, sino de acompañarlos y que ellos se sientan valiosos, que mediante preguntas se descubran a sí mismos. Si el niño se siente inútil, no sirve mi respuesta automática sino mi pregunta y repregunta”, detalla la especialista.
Para ella es clave que los padres trabajen en su propia autoestima porque así no necesitan lucirse a través de sus hijos. “Con el tiempo ocurre un proceso circular, cuando trabajo mi autoestima, trabajo la de mi hijo y viceversa, pero esto se va armando despacito”, afirma y añade: “un límite bien puesto no arruina la autoestima, pero sí la arruina el mal puesto. Si le gritás y lo maltratás le das a entender que no te gusta cómo es y lo que le termina arruinando su confianza es la manera en que le ponemos ese límite”.
Claves para ser mejores padres y mejorar el vínculo con los hijos
“Tenemos que ir entregándoles a los chicos sus propias responsabilidades, aprender a soltar y que ellos se caigan, que se saquen malas notas y se equivoquen. La mochila tiene un solo dueño y no sos vos”, cuenta Maritchu Seitún respecto de los límites. “Hay que saber la diferencia entre vigilancia y vigilia; la vigilia es estar atento a que las cosas ocurran sin sospecha; la vigilancia tiene que ver con la desconfianza, con ponerles el dedo acusador”, declara. Y resume que se le tiene que permitir a los menores que cometan errores pequeños cerca de sus padres para que cuando no estén con ellos sí sepan qué hacer.
Para ella poner límites es importante y son exitosos cuando uno entiende que tiene que decir las cosas una sola vez. “Escucho mucho que tienen que repetir las cosas diez veces y ese es el problema, si recién te escuchan a la décima vez, se instala un mecanismo de repetición. La conciencia de los chiquitos es externa, ‘no lo hago porque mamá me reta o papá se enoja’. Hay que instalar un patrón para que entiendan que cuando decís algo tienen que actuar, tienen que pensar ¿me conviene hacer esto o no? Los adultos ya tenemos eso incorporado, hacemos las cosas bien porque si las hacemos mal hay consecuencias”, sostiene Seitún.
Entre risas de que hoy sabe demasiado sobre crianza y sus hijos le preguntan seguido por qué no tuvieron a esta Maritchu de madre cuando eran niños, confiesa: “Todo esto que le comparto a la audiencia no lo hice con mis hijos. Fue un largo aprendizaje con los pacientes y los padres de mis pacientes. Y por suerte, ahora tengo la posibilidad de aplicarlo con mis nietos”.
Junto con su hija Sofía Chas, comparten una pasión en común: hacer libros para niños y niñas. Juntas crearon la colección de Cuentos para Crecer con el objetivo de brindar herramientas a padres y ayudar a los chicos en distintos temas de los primeros años de vida. Algunos de los títulos son: Coco y Mini quieren saber, ¡Esperando al hermanito!, ¡Chau Chupete! y ¡Al doctor!
Según Seitún, es indispensable durante la crianza revisar cómo fue uno criado, “nos criaron con mucha critica, comparación y exigencia alta”. Esto hizo que quienes hoy son adultos tengan autoestima más alta y toleren las frustraciones. “Lo hacemos no de malos, sino porque estamos acostumbrados a esto desde chicos. Hay que reveer la infancia, nuestros padres nos educaron de una manera y hoy hay otras formas de hacerlo. Por eso, hay que acompañar a los chicos individualmente y entender que siguen otro proceso”, enfatiza la psicóloga.
Respecto a las dificultades de lidiar con adolescentes, Maritchu Seitún cuenta que hay que tenerles paciencia ya que es una etapa compleja: “se les derrumban todos los planetas y tienen que empezar a construir nuevos”, dice. Cuando construyen estos nuevos caminos y hábitos, los adolescentes comienzan a darle más importancia a la opinión de sus pares que la de sus padres. Asimismo, en esos momentos se dan las fuertes contestaciones y los famosos “vos no entendés nada”, pero para la psicóloga, los padres deben entender que por más que los chicos se hagan los que no prestan atención o no escuchan, en verdad sí lo hacen. “No hay que tomarnos las cosas personalmente. Si te dicen eso y vos sabés que sí entendés y establecés con claridad tu límite, el chico se va a enojar igual y vos no vas a tener la desilusión, el dolor de padre que anda llorando por los rincones. Tenemos que ser fuertes y saber que contestan fuerte porque saben que van a recibir una negativa”, explica.
En cuanto a las situaciones de bullying, la profesional recomienda que los padres no tienen que identificarse con la situación, porque aumentan las ideas persecutorias del niño. “El bullying no es decirle algo malo a alguien sino hacerlo sistemáticamente y de manera agresiva”, enfatiza. Y aclara que hay que hacerle saber a los niños que pueden contar con la ayuda de los presentes en la situación, “enseñale que puede decir lo que le pasa, que puede ir a buscar ayuda y retirarse de la situación de hostigamiento”. Por último, remarca que si quien molesta es el hijo de uno, entonces hay que revisar qué pasó en la crianza de ese niño. “Tomar conciencia de si nosotros lo humillamos y si tuvimos conductas abusivas con él. Los hijos lo repiten, no porque sean malos, sino porque tienen que sacarse de encima lo que les pasó”, concluye Maritchu Seitún.
6 frases destacadas sobre crianza
- “Un adulto arrogante es aquél que no fue bien mirado de chiquito; los únicos que pueden revertir eso son los padres”
- “La buena crianza para no hacer bullying empieza en casa con papá y mamá”
- “Los celos son normales, ‘si mi mamá hubiera estado contenta conmigo no hubiese tenido a otro’. Probablemente los celos intensos vienen de la falta de autoestima”
- “Para que un chico le pueda decir que no a sus pares en la adolescencia, antes tiene que haberle dicho que no a sus padres en la infancia”
- “Los papás tenemos que aprender a decir que no porque si te acostumbrás a decir tanto que sí, te agotás, y a la primera que se niegan a ayudar o hacer algo, enloquecés”
- “Hay abuelos seductores que dicen que sí a todo y después los nenes se quieren ir a vivir con ellos. Ni demasiado límite ni demasiado poco, pero sobre todo los que ponen los límites son los padres”
Fuente: Victoria Vera Ziccardi, La Nación