Celeste Cueto retomó sus estudios desde Roma “Dejé mis estudios a mediados de 2017, cuando cursaba el primer año de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación porque me mudé a Roma. Retomé en agosto de 2020; el hecho de que se pueda cursar online influyó al 100% porque sabía que era mi última posibilidad de poder terminar mis estudios. Fue una gran ventaja y estoy superagradecida”, dice Celeste Cueto, estudiante de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), que cursa las últimas diez materias de la carrera desde la capital italiana.
Los motivos para dejar o discontinuar la universidad son múltiples y van desde dificultades económicas, cambios en la situación laboral, problemas en la disponibilidad de tiempo para asistir a clases y distancia geográfica respecto de la universidad, entre otros. Pero, a partir de que la pandemia impulsó la multiplicación de ofertas de cursadas online, muchos estudiantes que habían abandonado retoman sus estudios.
Desde la UADE, el rector Ricardo Orosco afirma que la cantidad de alumnos que se reinscribieron promedia el 5% del total de los ingresantes en marzo pasado. En el caso de esta institución, las carreras en las que esta situación tuvo más incidencia fueron Abogacía, Administración de Empresas, Comercialización y Contador Público. “Las nuevas modalidades de cursada remota y virtual contribuyeron a que muchos de los alumnos que en algún momento tuvieron que dejar la carrera pudieran retomar, ya que les permite acomodar sus horarios de estudio y trabajo”, sostiene Orosco.
Entre las ventajas de la educación a distancia está la flexibilidad, porque se puede estudiar desde cualquier lugar sin necesidad de desplazarse. Además, el uso de plataformas y herramientas virtuales desarrolla nuevas habilidades valoradas en el mundo laboral y también se generan menos gastos, como “los destinados a transporte y alimentación fuera de su hogar”, explica el rector de la UADE.
Desde el equipo de orientación universitaria de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA) coinciden en que la virtualidad permitió que estudiantes que habían dejado la carrera y que ahora se encuentran en el interior, el exterior o trabajando pudieran organizarse para continuar. “También está pasando que los alumnos aprovechan esta modalidad para cursar más materias o incluso hacer dos carreras, aprovechando especialmente el ahorro de tiempo en traslados”, sostiene Mercedes Pastor, directora de la licenciatura en Recursos Humanos de la UCA.
Gustavo Burghardt, alumno de la carrera de Ingeniería Industrial de dicha universidad, es otro de los que retomaron sus estudios en tiempos de cuarentena. “Cuando estaba a punto de terminar, se me presentó una oportunidad de trabajo que me hizo alejar de la facultad. Al poco tiempo, empecé a viajar y sin esta nueva modalidad de cursada a distancia se me hubiera hecho imposible pensar en concluir mis estudios”, cuenta.
Exámenes a distancia
Asimismo, desde la Facultad de Ciencias Sociales de la UCA informan que “hay unos 13 alumnos que aprovecharon la posibilidad de rendir exámenes a distancia. Algunos de ellos residen en otro país u otra provincia, y no les era posible desplazarse geográficamente para rendir, otros aprovecharon la oportunidad de los exámenes virtuales para finalizar la carrera”, sostienen.
Desde la Facultad de Derecho de la misma casa de estudios explican que los alumnos que se incorporaron a la carrera de Abogacía para terminarla son en su mayoría aquellos a los que se les venció el plazo de permanencia en la carrera y tenían materias pendientes para recursar.
“Las principales razones para abandonar sus estudios fueron la incompatibilidad para cursar presencialmente por sus responsabilidades laborales y familiares, más cuando se encontraban en zonas alejadas en la provincia de Buenos Aires o en el exterior. La modalidad virtual les permitió cursar las materias articulando lo laboral y lo familiar”, advierten.
Si bien la educación presencial es imprescindible para la formación de profesionales, la remota representa muchas ventajas para quienes, por distintos motivos, tienen dificultades para continuar con sus estudios. Para Romina Cavalli, vicerrectora académica de la Universidad del Salvador (USAL), “la virtualidad favorece la logística y la disponibilidad para complementar estudios académicos, pero es importante destacar los beneficios que otorgan las clases presenciales en lo que refiere a la formación de habilidades cognitivas, físicas y sociales. Ambos sistemas están llamados a convivir”.
Para Cavalli, en el nuevo escenario académico de la pandemia y en la pospandemia la herramienta digital es una aliada que vino para quedarse. “Entendemos a las plataformas educativas como complemento de la enseñanza, y según las encuestas que realizamos en los dos cuatrimestres del año pasado, los alumnos y los docentes se han sentido cómodos con la virtualidad y la enseñanza remota”, señala.
Delfina Veiravé, rectora de la Universidad Nacional del Nordeste y presidenta de la Comisión de Asuntos Académicos del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), afirma que, si bien no hay datos precisos sobre la cantidad de personas que retomaron sus carreras, lo que demuestra la expansión del uso intensivo de la educación a distancia es que es una herramienta interesante para llegar a otros sectores de la población como son las personas adultas, que trabajan y que quizá dejaron sus estudios por no poder compatibilizarlos con su vida laboral y familiar.
“Esto trae un aprendizaje muy interesante; por ejemplo, en la Universidad Nacional del Nordeste las facultades se pusieron a diseñar las carreras de grado y de posgrado que tenían materias presenciales también en la modalidad a distancia”, explica. Y agrega, “todo esto sirvió para derribar algunos prejuicios que teníamos en el sistema universitario respecto de las características, de la calidad y de las posibilidades que ofrece la educación a distancia. Seguramente, pasada esta situación vamos a observar que se va a generar un incremento de público y de la oferta a distancia, en la cual comparativamente con otros países, incluso de la misma región, estábamos bastante demorados”.
Fuente: La Nación