Ostende y Mar del Plata. Enviado especial.
Caminar por la alfombra roja puede ser el anhelo de muchos pero la realidad de pocos. Consagración, reconocimiento y premio. Un acto performático en la playa de Ostende pone en escena esa situación: “¿Qué sentís?”, le pregunta Andrea Sosa, la artista que conduce Green carpet, a una nena que camina audaz por la alfombra; también a una señora que cruza rápido sin saber exactamente de qué se trata la experiencia. Estamos en una actividad a pleno sol –creada por Jorge Caterbetti (quien se encontraba presentando esta iniciativa en Lyon)– de la cuarta Noche de las Ideas que ayer finalizó en el museo MAR de Mar del Plata y que propone una alternativa a la cultura de esa premiación superflua tan deseada. Andrea ofrece alpargatas a los participantes, pide que pisen pintura verde y vuelvan a pasar por el camino rojo para teñirlo del color de la nueva época y así revertir la distinción de celebrities, para que la próxima vez los destacados sean personas que trabajan por el bien común no individualista. El público aplaude y se lleva una inquietud en su cabeza. Misión cumplida.
Desfile, en la perfo pensada por Jorge Caterbetti. / Diego Medina.
Una alfombra con huellas verdes. / Diego Medina.
La Noche de las Ideas, de acceso libre al público, estuvo organizada por el Instituto Francés de Argentina (IFA) y la Embajada de Francia en Buenos Aires, con el auspicio de Ñ y Fundación Medifé. Hubo un lema que acompañó estas jornadas y que fue muy tenido en cuenta en cada intervención filosófica: “Ser viviente, estar vivo”. Una consigna que se contacta con ideas de distintas disciplinas y ciencias. Por ejemplo: la filosofía se conecta con la política sin problema. Y desde la inauguración, en el bar del Viejo Hotel Ostende, eso quedó muy claro.
Cuando se sentaron las autoridades oficiales, la enviada del Ministerio de Cultura de la Nación Ariela Peretti quedó frente a Hernán Lombardi (a un metro y medio de distancia), el exfuncionario de Cambiemos a cargo del Sistema Federal de Medios que participó en la organización de las ediciones anteriores del encuentro. “Alberto Fernández jerarquizó la cultura al devolverle el carácter de ministerio”, lanzó Peretti. Lombardi tenía sobre su regazo un ejemplar del libro La salvación de lo bello de Byung Chul Han con una larga dedicatoria del intendente de Pinamar Martín Yeza, de Juntos por el cambio, allí presente. La intervención del dirigente –un joven muy entusiasmado– en el panel se fundó en varias citas filosóficas como las del mismo Byung, Nietzsche y Borges. Poco después Lombardi saludó a Graciela Morgade, la funcionaria que representó al ministerio de Educación de la Nación y le dijo simplemente: “Suerte”.
Pola Oloixarac y su presentación. / Diego Medina.
Claudia Scherer-Effosse, la embajadora de Francia en Argentina, elegante y sonriente, exprimió al máximo las 24 horas de su visita a Ostende: “En la Argentina siempre todo es más grande, por eso la Noche de las Ideas no es una, ¡son cuatro!”. Al mismo tiempo se maravillaba por el desdoblamiento del eslogan de origen francés “être vivant” transformado en “ser viviente, estar vivo”. Los enviados de la embajada confían en que las relaciones entre los dos países se reactiven: “Ambos presidentes están en contacto, hay interés mutuo”, señalan y apuestan a seguir con eventos como este o el de La Noche de la Filosofía que suele realizarse en el Centro Cultural Kirchner.
Carmen Bernand. Conferencia de la antropóloga radicada en Francia. / Diego Medina.
Duda filosófica: ¿no sería mejor estar al sol disfrutando de las olas y el aire de mar? Pues no. Querer saber es un deseo que atraviesa la historia de la filosofía y, también, la dramaturgia, las artes plásticas, por ejemplo. Algunos vienen aquí a ver si dan con el oráculo, la palabra misteriosa y esclarecedora.
Hay situaciones recurrentes y comunes. No hubo forma de sortear la necesidad o la incomodidad del lenguaje inclusivo. Morgade lo utilizó en su presentación en el panel inaugural hablando de “muchos, muchas, muches” y de “todos, todas, todes”. En el público, la celebraban y condenaban, en voz baja, por igual.
A su vez, la antropóloga argentino- francesa Carmen Bernand (dio la primera conferencia) simplificó: “Soy de otra época, voy a hablar solo de hombres y mujeres” y recibió aprobación del público de mayor edad. Algo parecido le pasó al exdirector del Teatro Cervantes Alejandro Tantanian quien tuvo sala llena. No había más localidades. Disertó sobre el teatro, su especialidad, pero el título de su presentación iba ser “La violación de un clásico”. Para evitar malentendidos en torno al lenguaje, lo moderó:“Notas para una dramaturgia entre dos tiempos”.
Alejandro Tantanian captó la atención del auditorio. / Diego Medina
Otra polémica. La escritora Pola Oloixarac –siempre central– entró en diálogo tenso con una historiadora que no compartía el antiperonismo de su charla. “¿Me dijiste gorila?”, le repreguntó Pola después de hablar de estilos y feminismos en Eva Perón y Victoria Ocampo. Más tarde, la escritora se refirió al cruce de opiniones en Twitter: “Me encantó que se armara una discusión a partir de la charla y departir con el mismísimo Comando Eva de Ostende (así me contaron que se llaman) fue muy divertido”.
El historiador francés Jean-Frédéric Schaub se deslumbró ante la afluencia de público más interesado en estos debates que en tomar mate al sol. Su exposición sobre las nueva formas del racismo sorprendió y sumó interrogantes con su hipótesis acerca de los orígenes de esta intolerancia xenófoba que se ubican mucho antes del siglo XX.
La escritora y periodista Tamara Tenenbaum resultó una de las figuras más requeridas del encuentro en sus dos sedes. Convocó mucho público –amplio en edades– parar hablar del deseo como motor de la vida. La estela de su éxito editorial también se evidenció en Ostende donde fue la autora que más libros vendió. Otro fenómeno de masividad fue el del científico y funcionario Diego Golombek que se encontró en el público con una fan que lo sigue a todas sus exposiciones en Buenos Aires. Adiós a la vida privada.
La embajadora de Francia, Claudia Scherer-Effosse, durante la apertura de las actividades. / Diego Medina
El escritor Enzo Maqueira también llenó su sala. Histriónico, moderno y de buen humor avanzó: “¿Cómo es este homo iPhone en el que nos hemos convertido? Es un ser miedoso, que teme que todo se viralice. Las cosas nos llegan como virus”, decía ante una audiencia cautivada por los recambios tecnológicos y las imposibilidades de poder acceder a todas las actualizaciones existentes. En esa angustia compartida navegó el autor ante preguntas inabarcables que no encuentran respuestas. Una preocupación común en todos estos escenarios donde se hace filosofía.
¿Cómo generar cambios psíquicos profundos?, preguntó el psicoanalista Juan Eduardo Tesone a metros de la playa. Y explicó: “Para que el cambio psíquico se produzca se requiere ser atravesado sin demasiado temor por procesos de desligadura. La confrontación con el dolor, a veces con el fracaso, con la depresión y la desesperanza más profunda, es a menudo el paso previo al acto creativo del artista o a una renovada energía y placer de vivir”.
Volvamos a Tantanian. Un encantador de audiencias: “Nuestro teatro más poderoso es aquel que lleva en sí la voluntad de quiebre, la necesidad de mirar nuestra tradición a los ojos, mirar a nuestros muertos ilustres a los ojos y decirles, cara a cara, lo que pensamos de ellos, lo que creemos de ellos, lo que consideramos fallido, peligroso, explosivo. No un acto de ventriloquía sino la verdadera conmoción que proviene del mirar a los ojos del otro para poder decirle en plena posesión de conciencia lo que pensamos”. Ovación.
Antes de continuar el periplo por Mar del Plata, la dueña del Viejo Hotel Ostende, Roxana Salpeter, nos despidió. Felizmente cansada dijo: “A veces empiezo el día como una heroína de una película de Charles Chabrol y llego a la noche como la protagonista de una comedia de Darío Vittori”. Síntensis para expresar lo que significa hacer este festival de ideas.
Fuente: Clarín