Miembros de las Grenztruppen, guardias fronterizos de Alemania Oriental, observan la caída del Muro de Berlín el 3 de Noviembre de 1989 (Reuters)
Cronología interactiva: cómo fueron los 28 años del Muro de Berlín
Aunque las enormes paredes de concreto y la “franja de la muerte”, poblada por guardias armados y perros entrenados, forjaron una imagen indeleble de separación forzada y violenta en todo el mundo, fue Alemania entera la que estuvo dividida desde el Mar Báltico hasta la entonces Checoslovaquia, y esa división fue incluso más longeva: 45 de años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la reunificación en 1990.
La historia de la partición del país siguió de cerca y en paralelo a la de la Guerra Fría, el conflicto ideológico y de alcance global que enfrentó mediante una extensa paleta de tácticas y estrategias (exceptuando a la guerra en sí misma) a las dos grandes potencias surgidas de la Segunda Guerra Mundial y antiguas aliadas en la lucha contra el nazismo: Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Pero si Alemania fue escenario y potencial campo de batalla de la Guerra Fría, Berlín y su muro fueron la pequeña parte que representó al todo: el espacio entre sombras de las intrigas, la desconfianza, las negociaciones y las ejecuciones, con un pueblo separado en el medio.
1945-1961: el quiebre de las potencias y la conformación de las dos Alemanias
Tras más de seis años de guerra caliente y casi 50 millones de muertos, el 7 de mayo de 1945 la Alemania nazi se rindió ante el avance infrenable de los ejércitos aliados y con las tropas de la Unión Soviética en control de Berlín.
Ese mismo año el país, arrasado por la guerra, fue dividido en cuatro zonas de ocupación. Tres en el oeste y correspondientes a Estados Unidos, Francia y Reino Unido, y una en el este bajo control de la URSS. Berlín fue también separada bajo un esquema similar, a pesar de que la capital alemana se encontraba dentro de la gran zona de ocupación soviética.
Las tensiones entre los aliados occidentales, ya claramente bajo el liderazgo de Estados Unidos, y la URSS fueron en aumento en los años posteriores y en junio de 1948 Moscú estableció un bloqueo terrestre y fluvial de Berlín Occidental tras acusar a sus antiguos aliados de incumplir con los acuerdos de intercambio de bienes pactados.
La ciudad se enfrentó a una posible hambruna, pero Estados Unidos, Reino Unido y Francia montaron un puente aéreo que garantizó su subsistencia y las presiones internacionales llevaron a la URSS a finalmente desistir en su bloqueo.