Las mesas no son como lo fueron hasta el momento. Vajilla individualizada y elementos de higiene, se suman a los platos tradicionales como parte de las medidas sanitarias
La irrupción de un virus desconocido en un principio y ahora estudiado por miles de científicos a lo largo y ancho del globo ha hecho que cambie la forma en la que las personas se relacionan e interactúan entre sí, y las festividades no son la excepción. Además de las medidas sanitarias dispuestas por el gobierno nacional, la readecuación es lo que determina la confección de la mesa de año nuevo, un clásico de reuniones familiares y amigos.
El concepto de la celebración adquirió, con el correr del tiempo, modificaciones en las tradiciones. ¿Es importante conocer quien es el anfitrión? Si, porque sobre él van a caer todas las responsabilidades, ya que se deben tener muchos cuidados y consideraciones, nos señala el profesor Rubén Alberto Gavaldá y Castro, rector de la Escuela de Cultura Social, Buenos Modales y Cortesía (CAECBA). ¿Pero cuáles son esas responsabilidades? Las mismas van desde lo sanitario, los lugares estratégicos y las medidas de higiene.
La pregunta que era recurrente, ya no lo es. ¿Dónde nos juntamos? ¿Cuántos somos? ¿Qué llevamos? El barbijo, la distancia entre los asistentes y el alcohol en gel, hoy revierten el orden de las prioridades. En esta oportunidad se deberá buscar una mixtura entre lo que se podía y se debe hacer. Alcohol en gel cerca y abundante, una mesa estilo buffet de autoservicio, facilitarán, con toda la higiene correspondiente, el montaje de la mesa para evitar pasarse los alimentos de mano en mano, señala el experto en protocolo y ceremonial. Por su parte, para el profesor y presidente del Centro Interdisciplinario de Estudios Culturales de la República Argentina (CIDEC), Aníbal Gotelli, deberemos tener sumo cuidado con las copas, y para eso, lo recomendable sería poder tener unos señaladores muy prácticos, con unos aros que se afirman entre el tallo y el pie de la copa y que nos permiten asignar diferentes formas y colores a cada uno de los comensales.
Atrás quedaron la multitudinarias navidades y fines de años. La pandemia obligó a minimizar el número de personas asistentes a reuniones sociales de todo tipo
Por otra parte, mientras algunos pretenden utilizar vajilla descartable, Gavaldá y Castro dice: “Las cosas buenas no se hacen con vajilla descartable, si lo improvisado o lo que es informal. Lo que se puede hacer, es tener detalles en la decoración. Jugar con colores y elementos que pudieran individualizar las copas de cada uno para que no se mezclen, o incluso invitar a cada uno para que inscriba sus iniciales con un dorado indeleble, como se hace en varios eventos. Cada uno con su elemento distintivo. Son formas simpáticas que no van a ir en contra de lo que significa esta festividad”.
Otros de los aspectos que se deberán tener en cuenta y no menor, es la cantidad de gente que pueda asistir a la celebración familiar de la navidad. Como en algunos países de europa, habla de un límite de 6 a 10 personas, casos como el de España o Francia. Para el profesor Gotelli, “la premisa en estas fiestas, es tratar de reunirnos con el número más reducido posible. No puedo decir un número exacto, pero al menos un número acorde a lo que está permitido por las autoridades sanitarias. Quizás 10 o un poco más, pero no mucho más de eso”. Cada casa será una burbuja y cada grupo reunido deberá hacerlo con la mayor responsabilidad posible, afirmó.
Ante tantos requerimientos y medidas para evitar la contagiosidad del coronavirus, el desafío será no perder la elegancia de la celebración aunque sus formas no vuelvan a ser las mismas
No vamos a poder tener ningún elemento de uso común, tampoco botellas, que pasen de mano en mano, y, mientras no podamos contar con una mesa familiar que nos permita guardar la debida distancia, tendríamos que estar con el tapabocas puesto la mayor parte de la noche, afirma Gotelli, quien además, agrega:”deberemos armar la mesa navideña, de ser posible, en lugares abiertos de la casa, como patios, terrazas, jardines o balcones y, si lo hacemos en lugares cerrados, en un ambiente que tenga la suficiente circulación de aire.
Pero el problema será a las doce en punto. Llega el momento del brindis, el más esperado de la ocasión, ¿qué hacemos? Allí ambos expertos advierten, que como toda la noche del 24, no habrá ningún tipo de acercamiento. Gavaldá y Castro dice que “en el contexto del COVID-19, debemos evitar chocar las copas. Mirarnos. El anfitrión emitir unas palabras por la fiesta y brindar sin tocarse. Con prudencia y analizando cada situación. No hay una normativa universal para esto”, aconseja el especialista. Las muestras de cariño y afecto deberán aguardar hasta la próxima navidad. Seguro allí se podrá besar y abrazar.
Fuente: Infobae.