Muhammad-Bande señaló, durante la clausura del Año Internacional de las Lenguas Indígenas, que «son importantes por muchas razones. Lo primero es el papel que un idioma tiene en el pensamiento de los pueblos, en su concepción del lugar que ocupan en el universo y, especialmente, en su visión para encontrar la solución a sus problemas».
Citó, también, el papel de las lenguas indígenas en la transmisión del conocimiento de los pueblos, de generación en generación que ha sido la base de gran parte de los avances que han beneficiado a la humanidad, como en el caso de la medicina.
«La diversidad lingüística es esencial para la preservación de la herencia común de la humanidad, agregó el presidente de la Asamblea General, y advirtió que «con la muerte de las lenguas, los pueblos indígenas que las hablan pierden una parte sustantiva de su identidad».
Del acto de clausura participó la actriz mexicana Yalitza Aparicio, embajadora de buena voluntad de la Unesco para los pueblos indígenas, quien pugnó por mantener los esfuerzos de revitalización de los idiomas originarios más allá del año internacional.
«Mi objetivo es que ninguna niña o niño crezca avergonzado de sus raíces, que sepa que hablar una lengua indígena es motivo de orgullo», aseguró Aparicio.
«Debemos encontrar la forma de incluirlas en la educación, además de tomar la iniciativa de conocer y aprender sobre las comunidades indígenas que existen en nuestro entorno, porque la ignorancia de un tema, nos lleva siempre a discriminar, juzgamos lo desconocido», apuntó en el podio de la Asamblea.
Aparicio, nominada al Oscar a mejor actriz por su trabajo en la película «Roma», aseveró que su labor como promotora de las lenguas y los pueblos indígenas continuará más allá de 2019, y exhortó a mantener activa la defensa de los idiomas originarios en el mundo.
«Los invito a reconectarse con sus raíces. Juntos podemos aprender a habitar un mundo más diverso, más rico y más unido», concluyó la actriz.