Esta impresión artística representa el planeta Venus, donde los científicos han confirmado la detección de moléculas de fosfina. (ESO / M. Kornmesser y NASA / JPL / Caltech a través de REUTERS)
Un grupo de astrónomos descubrió en las nubes de Venus una extraña molécula creada por microbios, lo que apunta a un indicio de vida, reveló el lunes el Observatorio Europeo Austral (ESO).
La “presencia aparente” de fosfina, un gas existente en la Tierra, fue detectada en las capas nubosas de Venus y podría deberse a un fenómeno desconocido o a una forma de vida, según el estudio publicado el lunes en Nature Astronomy.
Es la primera vez que se halla fosfina (o fosfano) en uno de los cuatro planetas telúricos del Sistema Solar, “al margen de la Tierra”, indicó Jane S. Greaves, profesora de astronomía de la Universidad de Cardiff, que dirigió el estudio. “Cuando obtuvimos los primeros indicios de fosfina en el espectro de Venus, fue un shock”, agregó la astrónoma, citada en un comunicado.
El gas fue detectado mediante la observación de la atmósfera venusiana con la ayuda de dos radiotelescopios, uno de los cuales fue el observatorio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) ubicado en el norte de Chile, debido a su mayor sensibilidad.
Foto de archivo ilustrativa del planeta Venus visto desde Egipto. May 15, 2015. REUTERS/Amr Abdallah Dalsh
El grupo cree que su descubrimiento es significativo pero reconoce que confirmar la presencia de “vida” necesita de mucho más trabajo.
“Podría proceder de procesos desconocidos de fotoquímica o geoquímica, o por analogía, de la producción biológica de fosfina en la Tierra, gracias a la presencia de vida”, explica el estudio.
“Probablemente, cualquier organismo de Venus sería muy diferente a sus primos de la Tierra, pero también podrían ser la fuente de la fosfina detectada en la atmósfera”, detalló.
FOTO DE ARCHIVO: Imagen cortesía de la NASA que muestra el planeta Venus al inicio de su tránsito del Sol, 5 de junio de 2012. (REUTERS / NASA / AIA / Observatorio de Dinámica Solar)
Este compuesto se halla también en planetas gigantes gaseosos del Sistema Solar, pero no es de origen biológico.
La presencia de fosfina, un compuesto altamente tóxico, no sorprende en la atmósfera infernal del segundo planeta más cercano al Sol, compuesta en un 97% de gas carbónico.
El equipo internacional, que incluye a investigadores de Reino Unido, Estados Unidos y Japón, estima que la fosfina existe en las nubes de Venus en una concentración muy pequeña.
En la Tierra, el gas sólo se fabrica de forma industrial o por microbios que prosperan en ambientes libres de oxígeno.
Esta ilustración artística muestra la superficie y la atmósfera de Venus, así como moléculas de fosfina. Estas moléculas flotan en las nubes de Venus arrastradas por el viento a altitudes de 55 a 80 km, absorbiendo algunas de las ondas milimétricas que se producen en altitudes más bajas. Fueron detectados en las nubes altas de Venus en datos del Telescopio James Clerk Maxwell y el Atacama Large Millimeter / submillimeter Array, en el que ESO es socio. (ESO / M. Kornmesser / L. Calcada vía REUTERS)
En su superficie, la temperatura es de un promedio de 470 ºC, con una presión más de 90 veces superior a la de la Tierra.
Pero es en la espesa capa de nubes hiperácidas que cubren Venus hasta unos 60 km de altitud que el equipo de Greaves supone que se pueden hallar las moléculas.
“Ahí, las nubes son ‘templadas’, alrededor de 30 ºC”, según el estudio, que no excluye que el gas se forme a una altitud más baja y caliente antes de elevarse.
Esta impresión artística representa el planeta Venus, donde los científicos han confirmado la detección de moléculas de fosfina, cuya representación se muestra en el recuadro. (ESO/M. Kornmesser/L. Calcada & NASA/JPL/Caltech via REUTERS)
Pero, ¿de dónde procede? Greaves, que confía en “haber tenido en cuenta todos los procesos susceptibles de explicar su presencia en la atmósfera de Venus” antes de descartarlos, cree que solo queda como hipótesis un proceso desconocido o una forma de vida.
En este último caso, “creemos que tendría un tamaño pequeño, para flotar libremente”, explica la científica, cuyo estudio “insiste en que la detección de fosfina no supone una prueba robusta de vida, sino que solo constata una química anormal inexplicada”.
“El descubrimiento plantea muchas preguntas, por ejemplo, cómo podrían sobrevivir algunos organismos. En la Tierra, algunos microbios pueden hacer frente hasta a un 5% de ácido en su entorno, pero las nubes de Venus están hechas de ácido casi en su totalidad”, dijo Clara Sousa, del Instituto Tecnológico de Massachusetts y miembro del equipo.
Por ello, los científicos bogan por una observación más precisa de este fenómeno, mediante un telescopio espacial o bien una nueva visita por sonda de Venus o de su atmósfera.
Más observaciones de Venus y de planetas rocosos fuera de nuestro Sistema Solar, incluso con el próximo Telescopio Extremadamente Grande, pueden ayudar a recopilar pistas sobre cómo puede originarse en ellos la fosfina y contribuir a la búsqueda de signos de vida más allá de la Tierra, dijo ESO.
El observatorio, que reúne a 16 países europeos, está asociado en ALMA con los institutos nacionales de ciencias de Estados Unidos y Japón, entre otros.