En 1090, una fortaleza es construida por Foulques IV de Anjou, el cual es propietario del lugar, pero confía la gestion a su principal vasallo, Robert de Blô, llamado el noble de Chinon, primer señor de Champigny y, luego, a su sobrino Garnier Mainghot, antes de pasar fugazmente a manos de Barthélèmy de l’ile para volver al seno de la familia Blô en 1114.
El dominio pasa luego a la familia de Beauçay y, más adelante, es vendido a Louis 1ero de Anjou, rey de Napoles, cuyo hijo -a su vez- lo vende a Pierre 1ero de Beauçay de Beauvau alrededor de 1420. El château recibió la visita del rey Charles VII en 1429.
En los años 1470, Louis de Bourbon, de una rama menor de la de los duques de Bourbon, hereda el chateau de Champigny. En 1498 funda un colegio de canonesas y realiza, simultaneamente, trabajos de la capilla colegiala.
En 1504, se casa con su prima lejana, Louise de Bourbon-Montpensier. Fue aparentemente en 1508, cuando pone la primera piedra de un nuevo château cuya construcción se continúa hasta después de su muerte, en 1520, por parte de su hijo, Louis, primer duque de Montpensier.
A la muerte del duque, en 1592, la obra no estaba terminada, pero sí muy avanzada. Por desgracia, el château de los Montpensier estaba muy cerca del de Richelieu, que el poderoso cardenal hizo reconstruir en los años 1630 y no toleraba ningún rival en la vecindad.
Hay que saber que Champigny está justo a mitad de camino entre el pueblo de Richelieu y la ciudad de Chinon. El cardenal de Richelieu fuerza a Marie de Montpensier a un cambio que pone a Champigny en sus manos. Destruye el château, del cual solo quedan las partes llamadas «comunes», con el notable pórtico de Jupiter, una composición de la segunda mitad del siglo XVI.
Quiere Richelieu, además, hacer desaparecer la colegiala, la cual como todas las capillas y oratorios conservaba reliquias de la Pasión y tenía el titulo de Santa Capilla. Pero el Papa se opone, con lo cual Richelieu nada puede hacer, pero la negligencia de los contemporáneos lo hace cumplir: esa obra maestra de la arquitectura francesa, con sus vitraux excepcionales, van camino a la ruina.
La capilla de estilo gótico había sido consagrada en 1545. Los vitraux fueron encargados por el cardenal de Givry, tío de Jacqueline de Givry, con la cual el duque de Montpensier contrajo matrimonio en 1538. El cardenal bien podría tener algo que ver en la construcción del porche clásico de la iglesia que precede a la capilla: este recuerda las obras que el cardenal hizo hacer en su catedral de Langes.
Las fechas 1549 y 1558 están marcadas en el porche; el cardenal muere en 1561. Los vitraux ilustran la vida de Saint Louis, de quienes descienden los Bourbon Montpensier; presentan los retratos de los ilustres miembros de la familia, cuyas tumbas estaban erigidas en la capilla.