Un argentino en la Triple Frontera: La Administración Aduanera en Puerto Iguazú

La A.F.I.P. en un cruce fronterizo donde se respeta a la gente – Por Alberto Antonio Curia, especial para DiariodeCultura.

En otras entregas hemos destacado la incansable y difícil tarea de custodiar el ingreso de mercaderías y controles en el puesto fronterizo de mayor transito que posee nuestro país; hablamos de la entrada a Brasil por la ciudad de Puerto Iguazú. En el lugar, es incesante el cruce de brasileños y paraguayos que ingresan y egresan diariamente por este paso fronterizo, al igual que los turistas de distintos países.

La problemática existente en el lugar son las demoras ya expresadas en Diario de Cultura en otras oportunidades, hecho que no involucra el control de los agentes de la AFIP, que con criterio y seriedad hacen su trabajo de manera eficiente.

Por lo que se aprecia, en una simple observación, el organismo tiene una carencia destacada en la cantidad de empleados, ya que existen funcionarios con muchos años de compromiso con el asociación oficial y la camada nueva de jóvenes que están haciendo sus primeras armas -están a diario en el derrotero de la función-, con el asesoramiento permanente del administrador de Aduana Dr. Eduardo Horacio Acevedo, un director de hablar calmo y que, según lo manifestado por personas que conocen su tarea, no solo es un buen profesional comandando el área, sino también que instruye a sus colaboradores en el buen trato a las personas que atraviesan esta parte del territorio -detalle que damos fe-, poseyendo la difícil tarea de analizar cuanto vehículo ingresa al territorio argentino o salen de aquí.

No es una labor fácil ya que en muchas oportunidades desde los países limítrofes se intenta atravesar con mercaderías impropias, estupefacientes o celulares y electrónica en exceso.

Tal lo ocurrido el domingo 23 de junio, cuando agentes especializados del organismo desarticularon un intento de contrabando que ingresaba a la Argentina, ya que un ciudadano residente en Puerto Iguazú portaba en el interior de su vehículo 300 pares de zapatillas no declaradas de marcas apócrifas.

Los pasos fronterizos son siempre sospechados de una confluencia de productos ilegales, lo que hace que el proceso de control por parte de quienes ejercen esa ocupación no sea agradable. De todas maneras, quienes trabajan controlando en este espacio de la Triple Frontera, tienen un compromiso con la institución que demanda un esfuerzo extra.

En off podemos subrayar a muchos prestadores de este servicio anónimos de quienes no conocemos mayormente sus nombres. Por investigación periodística, pudimos tener acceso solamente la identidad de algunos de ellos destacando al Sr, Mario Montero en la parte administrativa en el sector de oficinas de aduana. En el sector del puente, sabemos que ejercen una apreciable labor los jefes de turno Marcelo Villalba y Andrés Langone, entre otros, y así registramos un trabajo de mucha responsabilidad por parte de todos los empleados.

Para quienes circulan diariamente este paso fronterizo o los turistas que en los periodos vacacionales atraviesan hacia Brasil, pueden transitar tranquilos porque en este encuentro aduanero estarán protegidos por personal amable, serios y cumplidores de su función, principalmente ahora que con la reapertura del circuito Garganta del Diablo se acrecienta la fluencia de viajeros.

Felicitaciones al personal de la Administración Federal de Ingresos Públicos de la Aduana Puerto Iguazú, un cruce fronterizo donde se respeta a la gente.

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Alberto Antonio Curia es Periodista y Consultor Turístico

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