Cuando se atraviesa el puente de la Amistad sobre el rio Paraná, que une Foz do Iguaçú con Ciudad del Este, Paraguay, se observa hacia el lado derecho la Isla Acaray, más conocida como la isla de las serpientes.
Esta formación rocosa de origen volcánico, tiene una superficie de 12 hectáreas con una vegetación característica de la selva atlántica, que se constituye en un volcán inactivo. Estudios realizados confirman la teoría de que no existe peligro alguno de erupción pese a su origen.
En tiempos pasados, la isla fue motivo de disputas territoriales entre Paraguay y Brasil. De acuerdo con informaciones recientes, quedó establecido que el territorio les pertenece a los brasileños, ya que el rio pasa del lado paraguayo y el islote queda del lado del brasileño.
La roca volcánica sirve de refugio a serpientes en peligro de extinción. Cuando se construyó el puente, mediante un estudio previo, se descubrieron infiltraciones de agua de gran tamaño debajo de la superficie y se descubrió la presencia de una cueva gigante.
Es notorio apreciar cuando cae el sol y la noche le gana espacio a la tarde, la pureza del aire por el derrumbe de la temperatura. Es de una frescura inigualable. lo que no se aprecia en otro punto de las tres fronteras, observándose que pese al tránsito constante de cientos de vehículos por día, no existe polución en el pequeño espacio volcánico.
Sus habitantes más notorios son las serpientes de variadas especies, carpinchos y aves de plumajes distintos.
Entre su vegetación, existe el preciado lapacho colorado, guatambú, una extensión importante de bambú y otras especies herbarias.
Estudiosos afirman que la Isla Acaray surgió aproximadamente hace 30 millones de años, producto de una burbuja volcánica que al explotar le dio forma cónica.
Acaray en el idioma guaraní significa “Cabeza de Agua”, en homenaje a la tribu indígena Acarayense, diezmada por los conquistadores españoles
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Alberto Antonio Curia es Periodista y Consultor Turístico