Brasil posee varias palabras para designar un estilo de vida, o modo de reaccionar ante las dificultades de forma inesperada, creativa y hasta poniéndole humor. Estas características simbolizan las maneras posibles de definir al “malandra”, en Río de Janeiro.
La figura del “Malandro Carioca” fue representada en la literatura y en piezas de teatro como la Opera do Malandro, de “Chico” Buarque de Holanda, o el igualmente famoso loro “Zé Carioca”, sobrenombre del papagayo ficticio creado en la década de 1940 por los estudios Walt Disney.
El concepto de “Malandro”, tan mencionado, tiene como referencia al “Carioca”, fue construido varias décadas atrás asociando las características y el modo de vida de los residentes de Río de Janeiro.
El origen del término es de comienzos del siglo XX, momento en que la ciudad pasaba por una intensa modernización urbana y, en el campo de la cultura, el género de la crónica cotidiana seducía al gusto popular.
El primero en alzar la voz, citando este asunto, fue el escritor Machado de Assis, quien al evaluar el patrimonio material e inmaterial de la ciudad, asoció la percepción del pueblo carioca con aquellos personajes que resultaban conmemorativos, sin compromiso e irónicos con algunos trazos de la ciudad, que tenían particular interés por las festividades.
Estos individuos no tenían el mismo ahínco por asuntos políticos que demostraban tener por temas mas banales.
- Machado de Assis
Otros intelectuales de la época, como João do Rio de Lima Barreto, también detectaron estas características del modo de vida de los cariocas y comenzaron a trazar el perfil del “malandro”, observando su modo de convivencia y las expresiones utilizadas en su hablar.
- João do Rio de Lima Barreto
En la década de 1920, la figura del “Malandro”, comenzó a vincularse con la de la samba, ya que ambos fueron identificados como representantes de este género.
El “malandro”, era la figura marginal que encontraba medios, no siempre correctos, para sobrevivir. El origen está familiarizado con la abolición de la esclavitud y el modo de vida de los exesclavos, que ocupaban las favelas en los morros. En ese entonces, la samba se destacaba por ser una de las principales formas de expresión cultural de este pueblo.
Fue la época en que el personaje, que vestía traje blanco de lino, camisa rayada, sombrero Panamá de paja y zapatos bicolor, blanco y marrón, y portaba una navaja en el bolsillo, sería tema de piezas de teatro y canciones, aparecía en el cine y la literatura.
Se trataba de un personaje despojado, conquistador, irónico y poco afecto al trabajo. Así, el “Malandro Carioca” sirvió como inspiración para los mayores sambistas de la primera mitad de siglo.
Varias facetas de la personalidad fueron enaltecidas en narrativas de la época que lo destacaban como una figura ventajera y conquistadora de mujeres.
Como tanto la ciudad como sus habitantes fueron modificándose, la imagen de este malandra también se modernizó, aunque al ser citado siempre se lo asocia con el primitivo personaje que, más allá de la adversidad, no dejaba de lado la gracia y la personalidad con la que encaraba la vida como si fuese un eterno carnaval.
Semblanzas de un personaje típico de la “cidade maravilhosa”.
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