Brasil fue puerto de embarque y astillero en el tiempo de la navegación a vela. La única manera de llegar al país, durante tres siglos, fue a través de los mares.
Como narra la historia, se tornaba una epopeya venir desde Europa, concretamente, de Portugal al Brasil, ya que las embarcaciones eran simples y precarias, lo que originó una serie interminable de accidentes y naufragios, durante los siglos: XVI, XVII y XVIII.
En 1550, se erigió la empresa que reparaba y fabricaba embarcaciones, un astillero, mandado a construir por el Gobernador General de Brasil, Tomé de Souza.
Los puertos brasileños eran visitados, no solo por razones comerciales, sino también, para reconstruir los navíos que llegaban después de varios meses en altamar.
Luego del “Descubrimiento de América”, con la difusión de las cartas de Américo Vespucio, se expandió por Europa el conocimiento de las riquezas de Brasil y esto, atrajo a la nueva tierra a bárbaros y a aventureros de otras naciones.
En 1555, los franceses invadieron el naciente país y establecieron una colonia en la Bahía de Guanabara, Río de Janeiro, llamada «França Antártica», con el apoyo de los indios Tamoios.
En ese tiempo, se dio un hecho curioso, cuanta persona poseía una embarcación en Europa, más tarde o más temprano, arribaba al desconocido escenario terrestre, en su mayoría, piratas. En 1615, el corsario holandés Spilbergen invadió el puerto de San Vicente y hasta un galeón de los países bajos, estuvo fondeado frente a la playa.
En 1522, durante el siglo del descubrimiento, visitaron la “nueva tierra” navegantes famosos, tal el caso de Fernando de Magallanes que, antes de descubrir el estrecho que lleva su nombre y de realizar la primera navegación del globo, atracó su barco en Río de Janeiro, durante una semana, para reabastecerse y acondicionar su nave.
- Fernando de Magallanes
Ya en 1586, quien aterrorizó las costas brasileñas fue el pirata inglés Thomas Cavendish, que incendió construcciones en la Isla Grande, tomó navíos y desde “Ilhabela”, ordenó la destrucción de los puertos de Santos y San Vicente. Su mal humor lo llevaba a hundir barcos o a averiarlos.
Posterior al desembarco de Pedro Álvarez de Cabral, los navegantes portugueses entendieron que Brasil sería el mejor punto de reabastecimiento en el desplazamiento llamado “Carrera de las Indias” (ruta marítima exclusiva de los lusos entre Lisboa y Goa). Se había comprobado que los largos viajes comerciales, sin escalas, tornaban a los hombres, peligrosos.
En paralelo a la evolución de los astilleros y los puertos, se inició la explotación de la mata atlántica y su inmensa forestación natural. Los árboles de maderas duras, aptos para la reparación de navíos, eran talados por los nativos.
Así comenzó la exportación del Pau-Brasil, especie de árbol nativo que nace desde el litoral de Rio Grande do Norte hasta Rio de Janeiro, una madera muy apreciada, también, para la fabricación de muebles en España, Portugal, Inglaterra y Francia, y considerada de Ley en Brasil, prohibiéndose su exportación sin controles.
- árbol Pau de Brasil
Esta porción territorial, al sur de la Bahía, era reverenciada como el bosque más húmedo del planeta, y fue elegida como primera capital del país. estaba caracterizada por su fuerte viento y corrientes prósperas, que facilitaban la navegación a vela desde Europa.
Salvador, la capital bahiana se tornó dársena principal en la “Carreira das Indias”, lo que contribuyó a perfeccionar las tradiciones náuticas, ya que era primordial que el Brasil de esos tiempos observara al mar con optimismo, constituyéndose en la puerta de entrada para las novedades que llegaban desde el “Viejo Mundo”.
- Carreira da Indias
Hacia fines del Siglo XVI, el gobierno de Don Francisco de Souza, oficializó el astillero “Ribeira das Naus” (Ribera de las Naves), de Salvador, que ya existía desde la administración de Tomás de Souza.
En 1650, una “Carta Regia” (documento oficial con la firma del monarca que autorizaba al portador a no pasar por la cancillería), establecía que por lo menos un galeón de 700 u 800 toneladas asumía la responsabilidad de transportar toneles o maderas u otros materiales.
Los astilleros y puertos del Brasil de la época de la colonia representaron gran parte de la evolución de este amplio territorio.
El mar, formó y forma parte determinante del desarrollo general de Brasil, desde su descubrimiento por la navegación y, en la actualidad, con la evolución del turismo que explora sus inmensas playas a lo largo del Océano Atlántico.
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