Del latín prosperitas, es el éxito en lo que se emprende, la buena suerte en lo que sucede o el curso favorable de las cosas.
En el mundo y en todos los tiempos la prosperidad, en general, se asocia a la riqueza económica y a la abundancia de bienes. Se la define como el bienestar material que permite liberar a la persona de las angustias económicas.
Una visión menos materialista hace notar que muchas personas tienen riquezas pero no prosperidad.
Cabe destacar, que una persona que no pueda satisfacer sus necesidades básicas jamás podrá sentirse próspera, es por ello que tener prosperidad consistirá en tener aquello que una persona quiere y necesita para su vida, ya sea en el plano material, en el plano espiritual o en ambos.
Existen cantidad de métodos, pasos secretos, que nos brindan recursos para alcanzar la prosperidad en la vida, algunos de los cuales están basados en el feng shui, un sistema ancestral chino considerado como una pseudociencia y enfocado a mejorar la existencia de las personas.
El feng shui sugiere comenzar por reordenar nuestros espacios cotidianos, ya que el orden en nuestro entorno produce una influencia en nuestro actuar de manera muy positiva.
Por lo tanto, poner un poco de orden a nuestro alrededor es una buena forma de comenzar a sentirnos prósperos.
Si tenemos lo suficiente para vivir y comer, tenemos salud, tiempo para compartir con nuestra familia y amistades, poder leer un libro, poder levantarse y admirar la belleza del mundo que nos rodea, podemos reconocernos como prósperos.
La prosperidad se trata de la calidad de lo que uno tiene y el valor que se le da a eso con lo que vivimos.
Es importante considerar este principio ya que trabajando nuestros pensamientos y modificando nuestras conductas nos encaminamos hacia objetivos que, sin duda, nos van a hacer sentir prósperos.
Controlar esa prosperidad mental, implica trabajar la justicia, la humildad, la misericordia, la forma en la que respetamos a los otros.
Teniendo como premisa la consigna de que “el lenguaje no es inocente”, trabajemos nuestras palabras desde el enfoque de la inocencia y seamos benevolentes con nosotros mismos, valorando nuestras capacidades y reforzando aquellos espacios en donde necesitemos un poco más de sabiduría.
Nutramos nuestra mente con conocimientos que nos hagan crecer como personas. Investiguemos, conozcamos, seamos curiosos para así tener recursos a la hora de manifestarnos.
Reacomodemos nuestros pensamientos en sintonía con nuestra luz interior, para que sea el real reflejo de lo que decidimos ser como personas.
Pongamos límites a todo aquello que pretenda retrasarnos en ese proceso interior y comencemos a poner orden en todos esos espacios en los que se necesite, comenzando por nuestro propio desgano.
Bien cita el dicho: “para ordenar el alma hay que empezar por el placard” y como la vida nos alienta a vivir en este juego de almas, pongamos ya manos a la obra, para que la nuestra se encamine hacia la prosperidad.
____________________________________ ____
___________________________
Sandra Auteri – Locutora Nacional MN 10.523
Difundir valores a través de palabras cotidianas es un desafío que les propongo transitar.
La consigna es que en cada encuentro, teniendo como guía la palabra elegida, podamos celebrar nuestras fortalezas y superar nuestras limitaciones.
www.sandraauteri.com.ar