Moreno y Virrey Cevallos en Buenos Aires. Departamento Central de Policía.
En los pasillos internos y exteriores la luz desafía los recovecos de la noche sin mucha esperanza de triunfo. En los despachos la iluminación de los tubos fluorescentes, en cambio, apabulla los ojos hasta agotarlos.
El día se termina. La espera por la medianoche y el cambio del cuarto de guardia es cada momento más ansiosa.
Un sargento golpea la puerta de la oficina.
– ¡Adelante! ¡Pase!
– ¡Permiso, comisario!
– Sí…
– Un radio informa que un automotor, que puede ser el de incidente de las 20,10 en Solís y México, de acuerdo con los pocos datos obrantes, está reduciéndose a cenizas en el pasaje El Refrán, entre Elía y Atuel, detrás del Hospital Penna y…
– ¿Sí?
– Por lo que se ve, todavía, de la chapa patente de ese móvil ya se constató y pertenece a un acoplado de camión.
– ¿Algo más?
– También acaban de identificar al masculino atropellado…
…
Juan María coloca la llave en la cerradura, la gira un par de veces, empuja la puerta y entra. Al final del corredor cuelga el saco, que trae en el brazo, en un perchero y afloja el nudo de la corbata. Natalia aparece desde el dormitorio, presurosa, para abrazarlo y besarlo. Él siente que la pasión fluye en el mismo instante en que los labios se unen.
La criada atenta al movimiento de las cocheras la espera para abrir el ascensor que proviene desde el subsuelo. La habitual parquedad de Marina está acentuada, un rictus de rara emoción intransmisible aflora en su cara. Mientras sube la escalera dice que no cenará y que no desea ser molestada por nada y nadie.
Apresura el paso, el reloj la conmina, para llegar a su departamento. Sabe que debe ducharse, adecuar su vestuario y también el lugar. Verito espera, en menos de media hora, a un recomendado con interés en el inmueble. Habrá otra mudanza.
El sonido ambiente es una música tenue tapada por múltiples conversaciones, en el rango desde el murmullo a casi gritos y risas. No hay tanto humo todavía, aunque pronto lo habrá, cuando Rodrigo saluda a la camarera y el barman camino al cuarto del fondo del boliche donde esperará la hora de sentarse al piano y abrir el primer show de la noche.
Rafael Freyre deambula por el frío de la ciudad, a través de calles solitarias y oscuras, recorriendo el camino final hasta el punto en que, irrevocable, la muerte se encuentre con él. Algunos síntomas ya lo ganan. Lo sabe a la perfección, pero cuando ocurra, falta casi nada, no existirá posibilidad alguna de reversión.
…
– ¿Sí?
– Por lo que se ve, todavía, de la chapa patente de ese móvil ya se constató y pertenece a un acoplado de camión.
– ¿Algo más?
– También acaban de identificar al masculino atropellado…
– Dígame…
…
(Párrafos de la novela inédita “Versiones” de quien firma esta columna).
…
A un clic de distancia, tratándose, aunque fragmentado sin ánimo de spoiler, de un relato con Buenos Aires como gigantesco e impar teatro… ¿Qué otra manera de otorgarle una síntesis musical que esta “Milonga del Ángel”? Astor Piazzolla y su Quinteto Tango Nuevo. 27 de octubre de 1984, concierto en Utrecht (ciudad del centro geográfico de Países Bajos). Grabado en vivo en el Vredenburg Music Hall, producido por Luis Aravena para Lane Productions. Dirección de Theo Uillenbogaard de Dutch Public Broadcast Company (la compañía Pública neerlandesa) y publicado por éste en “TheoU”, su canal en YouTube. En el escenario para la su obra, Astor al bandoneón con Fernando Suárez Paz (violín), Pablo Ziegler (piano), Oscar López Ruiz (guitarra) y Héctor Console (contrabajo) completando el quinteto.
Cuídense, en todo.
Norberto Tallón
https://www.youtube.com/watch?v=h0ha2ZM0L0g