Brindis para las Fiestas: guía definitiva de las mejores opciones para preparar una mesa especial

Muchas variables influyen a la hora de elegir qué servir en las fiestas: el clima, el lugar, los invitados y la comida. Es por eso que lo ideal es ofrecer alternativas para satisfacer a todos y lograr así una celebración inolvidable

El gran conocimiento logrado en los últimos veinte años con el Chardonnay y el Pinot Noir, las dos cepas más utilizadas en Champagne (Getty Images)

No es cuestión de lucirse al elegir los vinos y las bebidas para servir en estas fiestas, sino ofrecer alternativas para todos los gustos, y para ello hay que tener en cuenta varios aspectos más allá de las preferencias; el ambiente, los invitados, la comida, las copas, la temperatura de servicio muy condicionada por el clima, entre otros.

Se sabe que llegan las fiestas y el vino espumoso es el más elegido, por ser un ícono de las celebraciones. Y si bien su consumo se ha desestacionalizado a lo largo de los últimos años, en diciembre se vuelve el vino estrella, y más en esta última década. Porque la calidad de los espumosos nacionales ya nada tiene que envidiarle a la de los famosos Champagnes. Es cierto que ahora viene un largo recorrido para ganar prestigio, pero lo más importante ya está; calidad, consistencia y estilo.

Sin dudas, es una de las categorías que más y mejor se ha desarrollado, alcanzando la más alta calidad de la historia a partir de uvas cultivadas a mayor altura que alcanzan niveles de acidez natural más marcados y definidos. El gran conocimiento logrado en los últimos veinte años con el Chardonnay y el Pinot Noir, las dos cepas más utilizadas en Champagne, también fue clave. Como así también el mejor manejo de ambos métodos de producción, el Champenoise, de botella por botella (utilizado en la región de Champagne), y el Charmat, elaborado en grandes tanques presurizados.

Pero llegar hasta acá no fue tan fácil y llevó mucho tiempo. Luego de desafiar los propios límites y explorar nuevas tierras que mostraran el camino hacia la excelencia. La clave estuvo en obtener uvas con una mayor concentración de acidez natural y equilibrio polifenólico, llevando a cabo una viticultura a medida, con procesos de vinificación que buscaran preservar siempre la frescura natural de la fruta.

(Getty Images)

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Un trabajo laborioso y artesanal, realizado por viticultores que cuidan sus viñedos a lo largo del año y recolectores que eligen las uvas a mano en cada cosecha. La incorporación de la prensa neumática, los tanques de acero inoxidable y el riego por goteo a gran escala fueron todas innovaciones que permitieron minimizar la intervención del hombre, dejando que la naturaleza se exprese siempre con la máxima calidad.

Pero el vino espumoso no es la única opción, también están los vermuts que se pueden servir como aperitivos, vinos blancos y rosados, para empezar, tintos refrescados para seguir y sidra o vinos dulces para acompañar los dulces.

Los anfitriones suelen poner mucha dedicación en preparar la ambientación y en el menú, por más que todos colaboren. Es por ello que la bebida también merece la misma dedicación. No para que los invitados estén pensando en los maridajes, porque si hay algo que tienen las mesas navideñas es diversidad, pero si para que cada cual pueda tener a mano una bebida de su agrado, que le permita disfrutar más lo que está comiendo, y, por consiguiente, el momento.

Opciones para disfrutar el brindis en navidad

Es ideal que cada cual pueda tener a mano una bebida de su agrado
(Getty)

Es ideal que cada cual pueda tener a mano una bebida de su agrado (Getty)

La clave está en pensar cronológicamente. Al llegar los invitados hay como una revolución, y nadie presta mucha atención. Hay reencuentros, algunos llevan los regalos al arbolito, las primeras charlas de parado. Ahí, la bebida no es protagonista, pero puede servir para empezar a relajar a los comensales.

Si o si debe ser algo refrescante, una cerveza, una copa de espumoso o un vermut, bien servido; en un vaso colocar mucho hielo, 70% de vermut tinto y 30% de soda, y agregar una rodaja de limón. Lo ideal es armar una mesa con todos los elementos y productos necesarios para que cada uno se sirva a gusto, es por ello que lo mejor es proponer bebidas prácticas y tragos de fácil preparación. También se puede sorprender con tragos a base de los espumosos dulces naturales, que también se sirven con hielo y rodajas de cítricos.

A la hora de los vinos, nunca hay que pensar en una sola etiqueta, aunque si está bien que todos los comensales que quieran beber vinos puedan disfrutar de cada botella descorchada, es por ello que hay que pensar en una botella cada siete comensales.

Pero en lugar de seis botellas iguales, mejor comprar seis diferentes, recordando que cada una alcanza para siete copas. Los vinos blancos y rosados deben estar bien fríos a la hora de servirlos, mejor en copas chicas y pequeñas cantidades para que no pierdan rápidamente su temperatura. Si se colocan las botellas en un lugar para que cada uno se sirva tener en cuenta que se deben mantener bien frescas. Para ello colocarlas en fraperas o bachas plásticas con hielo y agua, y respetar cierto orden para que los invitados entiendan que hay una progresión pensada.

Un buen tinto siempre puede ser protagonista, incluso en la noche de Navidad (Getty Images)

Un buen tinto siempre puede ser protagonista, incluso en la noche de Navidad (Getty Images)

Primero un rosado fresco y vivaz, luego blanco expresivo (Torrontés o Sauvignon Blanc) y otro más austero con más cuerpo (Chardonnay o Semillon), por ejemplo.

Y a los tintos hay que darles un trato similar, por ende, no hay que salir con “al gran vino” sino ofrecer un par de tintos de cuerpo ágil y expresión refrescante, que no sufran cuando se los sirve más fríos de lo normal. Luego, cuando ya pasó el aluvión y están todos cómodamente sentados, más en situación de sobremesa pensando en las doce campanadas que se vienen, se puede salir con ese vino guardado para ocasiones especiales, cuidando su temperatura y en buenas copas.

Pero el vino que puede acompañar todo lo que se sirve en navidad, y es el elegido por la mayoría, es el espumoso. Y si bien parece cada vez más difícil dar con el vino adecuado para celebrar en las fiestas, en realidad la diversidad que hoy ostentan las góndolas facilita la tarea.

Más allá del precio; que suele ser un indicativo muy preciso de la calidad; es el estilo el aspecto más importante de un espumoso natural, si se quiere sorprender a los invitados. Los elaborados por el método Charmat (en grandes tanques presurizados) son ideales para festejos informales y multitudinarios. Porque en ellos se busca resaltar el carácter frutal y la frescura directa del vino. Por eso van bien tanto en la recepción como en la sobremesa, acompañando postres, pan dulce y frutos secos. También son utilizados para preparar tragos.

El vino espumoso no es la única opción, también están los vermuts que se pueden servir como aperitivos

El vino espumoso no es la única opción, también están los vermuts que se pueden servir como aperitivos

Para recibir a los invitados en casa no hay que elegir el mejor, sino un espumante neutro, para limpiar la boca y despertar los sentidos, como un Extra Brut. Luego, generalmente llegan diversos bocados fríos mucho antes de sentarse a la mesa. Ahí el Brut, ya que suele ser más envolvente. Después se puede pasar a un Rosado que irá mejor con bocados de pollo y carne.

En la mesa hay que lucirse, primero con un elegante Nature y para finalizar a lo grande, uno con muchos años de crianza sobre lías. Entonces, si se busca sobresalir en la mesa, hay que optar por un espumoso método tradicional (o Champenoise), porque cuando la segunda fermentación se da botella por botella, el chef de cave (enólogo) logra potenciar toda la complejidad que imaginó desde el viñedo. Las texturas y las burbujas finas, junto con aromas y sabores delicados, son propios de los Champagne.

La cerveza es también una opción de la mesa navideña

La cerveza es también una opción de la mesa navideña

Y todo buen vino espumante aspira a lograr la misma grandeza con estilo propio. Si la base es Pinot Noir, su aspecto será más rosado y su estructura más firme. Es el más adecuado para servir con pescados y aves; pero también con carnes rojas grilladas en preparaciones delicadas. Y para esas mesas familiares numerosas que se arman en casa, una magnum (1,5l) o una doble magnum (3l) puede ser la mejor opción, así todos disfrutan de la misma botella.

10 vinos espumosos para lucir en la mesa navideña

Chandon Extra Brut /Bodegas Chandon, Mendoza $2900

Hay mucho equilibrio en este espumoso, el más consumido y disfrutado de la Argentina desde hace décadas. La clave está́ en el origen de las uvas y en que cada vez se cosechan antes para mantener una acidez sostenida y una frescura más tensa, que aportan vivacidad a su paso por boca.

Indomable Blanc de Malbec Champenoise / Colosso Wines, Mendoza $2900

100% elaborado con Malbec de Los Chacayes. De aspecto rosado pálido y aromas primarios del Malbec, frutas rojas frescas de primera fermentación, flores primaverales y especias en perfecto equilibrio. En boca es fresco fresca y frutal, y su paso es amplio y equilibrado.

Rosa de los Vientos Nature Pinot Noir / Familia Schroeder, Neuquén $3100

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Se elabora en pequeños tanques (6.000 litros) por método Charmat. De aspecto brillante y nombre atractivo, burbujas persistentes, con buen carácter y equilibrio refrescante. Final amable y expresivo.

Del Fin del Mundo Brut Nature Pinot Noir / Bodega Del Fin del Mundo, Neuquén $3500

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100% Pinot Noir, elaborado bajo el método champenoise, permanece 36 meses en contacto con las levaduras y 6 más de conservación con corcho. De color amarillo con reflejos cobrizos refleja la presencia del Pinot Noir y posee un aroma intenso, complejo. En boca es amable, cremoso, suave y presenta pequeñas burbujas.

Aurum Extra Brut / Finca Bandini, Mendoza $4400

Cofermentación de Pinot Noir, Chardonnay y Gewurztraminer, pensado para la extracción de aromas florales y frutales. Y luego de 8 meses de trabajo con sus lías, pasa a la segunda fermentación en tanque de acero inoxidable, donde se cuidan la presión y temperatura (no mayor a 16º C), y finalmente se embotella.

DV Catena Nature / Catena Zapata, Mendoza $6950

Blend de Chardonnay (70%) y Pinot Noir (30%), elaborado por Alejandro Vigil por método tradicional, con 30 meses sobre borras. De aromas clásicos y elegantes a frutas blancas maduras y panificados. Paladar tenso y amable, con burbujas finas y un final complejo.

Rosell Boher Encarnación / Rosell Boher, Mendoza $7200

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Primer espumoso de la casa con nombre propio, homenaje del enólogo a su abuela, esposa del fundador de la bodega a fines del siglo XIX. Un Brut Nature con mayor proporción de Chardonnay que de Pinot Noir. Fresco y elegante, con burbujas finas y final persistente.

Otronia Brut Nature Rosé / Bodega Otronia, Chubut $7900

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Elaborado a base de Pinot Noir 100% orgánico y por el método tradicional, permaneció 25 meses sobre sus lías. Es una partida Limitada de solo 1900 Botellas. Presenta aromas de pan tostado, frutas como durazno blanco, cítricos y notas herbales y florales. En boca las suaves burbujas aportan textura equilibrada y elegancia.

Baron B Cuvée Millésimée Brut Nature / Baron B, Mendoza $8800

No es una combinación más de Pinot Noir y Chardonnay, sino una de excepción, con estilo y personalidad propia que evoluciona con cada cosecha. Aquí́ se siente la frescura de la añada y del terruño de alta montaña. Sumamente equilibrado más allá́ de su paso ten- so, su final persistente y de burbujas armónicas. Beber o guardar.

Bohème Brut Nature / Bodega Luigi Bosca, Mendoza $9500

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Pasan los años y su estilo se mantiene, con frescura y delicadeza, más apoyado en la complejidad que aportan las levaduras durante los dos años que lleva la toma de espuma. De los pocos que, además de Pinot Noir (50%) y Chardonnay (40%), lleva Pinot Meunier.

Fuente: Infobae