En un clima mundial dominado por el horror de guerras como la de Vietnam, la violencia racial y el recrudecimiento de enfrentamientos entre grupos de protestas y fuerzas represoras, John Lennon lanzó hace 50 años «Imagine», un utópico himno que abogaba por la paz y la comunión absoluta entre las personas, que se convirtió en la canción más representativa de su prolífico catálogo y lo convirtió en un ícono pacifista.
Con una sencilla, pegadiza y bella melodía; el beatle proponía en la lírica imaginar un mundo sin fronteras ni religiones, en la que además de la manifiesta invitación a una soñar una existencia regida por la paz y el entendimiento, lanzaba sutiles cuestionamientos contra los poderes fácticos, como la religión, al responsabilizarlos de la división entre los seres humanos.
Esta gran síntesis entre calidad artística y la fuerza de un mensaje atemporal y abarcador hizo que esta canción, que abre el disco homónimo lanzado el 9 de septiembre de 1971, haya trascendido generaciones y sea reconocida incluso por aquellas personas ajenas a la obra de Lennon; además de establecerse como un tema insignia en actuales campañas por la paz.
John Lennon encaró la grabación de Imagine, su segundo álbum solista, con el objetivo de volver al primer puesto de los rankings. Era el único Beatle que no había tenido un número uno, por lo que buscaba mostrarse como el compositor exitoso que había sido con su banda, la más grande de la historia, sin dejar de lado su activismo. Cuando imaginó un mundo sin países ni religiones, nunca pensó que había creado un himno para toda la humanidad, una canción que, a 50 años de su lanzamiento, sigue tan vigente porque muchas de las razones que motivaron a escribirla aún golpean a la raza humana.
El compositor de Strawberry Fields Forever había iniciado su carrera solista cantando por la paz (Give peace a chance), pero luego se metió con la heroína (Cold turkey). En su primer álbum solista post Beatles, John Lennon/Plastic Ono Band, desnudó sus sentimientos más profundos acerca de sus traumas de la infancia (Mother, My mummy’s dead) y sus demonios (Isolation, Remember), pero también dejó fuertes declaraciones contestatarias y antisistema (Working class hero, God, I found out). Frustrado por la reciente separación de The Beatles –nunca le perdonó a Paul McCartney que se le haya adelantado en anunciar la disolución del grupo-, John hizo la terapia primal creada por el psicoterapeuta Arthur Janov basada en la exteriorización de la angustia reprimida. El tratamiento influenció la crudeza del LP, en el que el músico expresó sus pensamientos sin rodeos. Como consta en el libro Imagine (Blume, 2018), en el que Yoko Ono compiló declaraciones y material sobre la realización del disco homónimo, Lennon adoptó un enfoque distinto para este segundo trabajo: “El primer álbum fue demasiado real para la gente, así que nadie lo compró. Hoy en día, entiendo lo que hay que hacer: presentar el mensaje político con un poco de miel”. Imagine fue, para su creador, “comercial pero sin concesiones”.
En 1969, John y Yoko compraron Tittenhurst Park, una propiedad georgiana de 29 hectáreas ubicada en la campiña inglesa cerca del condado de Ascot, a una hora de Londres. Allí, además de haber hecho la última sesión de fotos de The Beatles, lograron mantenerse aislados de la prensa, recibieron las visitas que querían, se dedicaron a sus proyectos con total tranquilidad y construyeron un estudio de grabación para poder hacer música libremente, sin depender del presupuesto de Apple o de EMI.
Lennon también amplió el concepto de su Plastic Ono Band a todo músico que se prestara a grabar con él. Así, bajo la coproducción de Yoko y Phil Spector, reclutó nada menos que a George Harrison, el baterista de Yes Alan White (que fue parte de la primera encarnación del grupo junto con Eric Clapton), el tecladista colaborador de The Rolling Stones Nicky Hopkins, miembros de Badfinger, el bajista amigo de The Beatles Klaus Voormann (el único que participó en John Lennon/Plastic Ono Band y en el primer show en Canadá) y otros instrumentistas que pasaron por Tittenhurst Park para participar de alguna canción. Así, su segundo álbum se gestó en una atmósfera hogareña y relajada, con un estudio a medio hacer y una banda compuesta por todo aquel que le gustara a John en ese momento o que simplemente lo visitara y quisiera aportar algo. Mike Pinder de The Moody Blues, por ejemplo, fue convocado para tocar el mellotrón, pero como no funcionaba terminó tocando la pandereta. Solo faltó Ringo Starr, que había participado en el disco anterior, pero en ese momento se encontraba rodando una película.
La idea de transmitir ideas políticas de forma edulcorada adoptó su máxima expresión en la canción Imagine, que se volvió un himno para toda la humanidad gracias a su mensaje de paz, donde su autor propone un mundo sin fronteras, religiones ni posesiones. “Se trata de que el mundo es uno, las personas son una. Y es tanto una declaración como un deseo. […] No podemos fingir que estamos divididos en razas y naciones, y podemos seguir fingiéndolo hasta que dejemos de hacerlo”, dijo en su momento, para luego agregar: “Es virtualmente el Manifiesto Comunista, aunque yo no lo soy ni pertenezco a ningún movimiento”.
Está inspirada en el libro Grapefuit, que Yoko Ono publicó en 1964, donde establece como consigna imaginar diferentes situaciones. De hecho, la contratapa del álbum contiene una frase sacada de ahí (“Imagina que las nubes gotean. Cava un pozo en tu jardín para meterlas”). En 1980, Lennon admitió que no hubiera podido componerla sin el aporte de su esposa y en una entrevista radial, reproducida en el libro Imagine, dijo que “debería estar acreditada como una canción de Lennon/Ono, ya que gran parte de ella –la letra y el concepto en sí- fue obra de Yoko. Pero por aquella época yo era un poco más egoísta, un poco más macho, así que omití mencionar su aporte. Así que, después de tanto tiempo, acredito su colaboración”. De hecho, a partir de esta declaración la Asociación Nacional de Editores de Música de los Estados Unidos reconoció a Ono como coautora de Imagine, que fue declarada por esa institución como la canción del siglo en 2017. “John y yo éramos artistas y vivíamos juntos, así que nos inspirábamos el uno al otro. Y la canción Imagine encarnaba lo que ambos creíamos por aquel entonces”, agrega Yoko en la mencionada publicación.
Si bien para el biógrafo Philip Norman se trata de una de sus composiciones “menos inventivas” (John Lennon, Anagrama, 2009) y John mismo la consideraba apenas “una canción pop”, Yoko afirma que la letra es “sencillamente preciosa”. Klaus Voorman reveló que no quería tocar en la grabación porque le parecía que con el piano de John era suficiente y, como se puede apreciar en el demo incluido en la reedición del álbum en 2018, puede que tenga razón.
Las letras se vuelven menos dulces en I don’t wanna be a soldier mama I don’t wanna die, Gimme some truth y Crippled Inside. La primera, que nació durante una zapada en el estudio, es parte del discurso antibélico que tenía John ese momento, no solo en Imagine sino enGive peace a chance, Power to the people y Happy Xmas (War is over), solo que con una base más funky. “Me negué a combatir por la Reina, el país y todo aquello. […] Es tan sencillo como que no podía matar a nadie”, confesó en el libro Imagine. La segunda data de la época de Let It Be –de hecho llegó a ensayarla con The Beatles- y “habla sobre los políticos, los periodistas y todos los hipócritas del mundo. Y también sobre los chovinistas varones”. Acorde a los tiempos que corrían, hay una mención al presidente norteamericano Richard Nixon, al que hace referencia utilizando su sobrenombre, “Tricky Dicky”. La última, si bien es un country alegre, habla sobre la falsedad de las personas. “Podés lustrar tus zapatos y vestirte de traje, podés peinarte y verte bello, pero hay algo que no podés ocultar, que es cuando estás lisiado por dentro”, canta John, mientras Voorman toca por primera vez en su vida el contrabajo y Alan White golpea las cuerdas con sus baquetas para acentuar la atmósfera folkie y rural del tema.
It’s so hard retoma la senda del blues y el rock and roll que influenció a Lennon en sus comienzos. Es prácticamente la secuela de Yer Blues, aquel blues visceral que grabó en el Álbum Blanco. El solo de saxo, al igual que el de I don’t wanna be a soldier mama I don’t wanna die es de King Curtis, que grabó con Buddy Holly y Aretha Franklin. “Los negros crearon el mejor arte del siglo XX y el que ha liberado a más personas que cualquier otro arte en toda la historia de la humanidad”, reflexionó el músico nacido en Liverpool en el libro de Imagine.
Las partes de Kurtis fueron registradas en los estudios Record Plant de Nueva York, donde también se grabaron, bajo la dirección de Torrie Zito, los arreglos de cuerdas, que estuvieron a cargo de una selección de músicos de la Orquesta Filarmónica de Nueva York a la que bautizaron The Flux Fiddlers en homenaje a Fluxus, un movimiento artístico de corte experimental que se desarrolló a fines de los ‘60 y al que pertenecía Yoko Ono.
Justamente John le dedica a su esposa toneladas de azúcar con tres de sus canciones más sentidas. Jealous Guy es una de sus baladas más conmovedoras. La compuso en la India con otra letra bajo el título de Child of nature y hasta grabó un demo con The Beatles en la casa de George Harrison que puede escucharse es la última reedición del Álbum Blanco. “Yo era muy celoso y posesivo”, confesó. “Cuando se está enamorado, se tiende a ser celoso y a querer poseer a la persona amada al cien por cien”.
En Oh my love, Lennon manifiesta que por primera vez sus ojos pueden ver y su mente sentir. “Todo está claro en nuestro mundo”, canta casi susurrando mientras los címbalos tibetanos le dan un toque oriental a esta canción que, si bien reconoció que fue coescrita con su mujer, en el álbum solo le da crédito por los arreglos. Por otro lado, en Oh Yoko!, que cierra el álbum, el ex Beatle proclama a los cuatro vientos cuánto la necesita: en el medio de la noche, del baño, de la afeitada o de la nube, él llama su nombre. Se trata de una melodía alegre compuesta en 1968 y es su única grabación como solista en la que toca la armónica. “Los momentos más felices de mi vida son los que he vivido desde que conocí a Yoko”, reproduce Imagine. “Somos dos mitades y, juntos, estamos completos. Creo que la mitad –musical, filosóficamente y en todos los demás sentidos- se debe a la influencia de Yoko como mujer y como artista”.
Quienes fueron testigos de la grabación de Imagine reconocen que Ono tuvo un importante papel en el proceso. El asistente personal de la pareja, Dan Richter, afirma en la biografía de Philip Norman que ella “tuvo una influencia increíblemente positiva en todo el álbum”. Como coproductora, recuerda, “no se limitaba a sentarse en el fondo a dar indicaciones ocasionalmente. Ella podía leer y hasta escribir partituras, por lo que, si en el algún momento se presentaba alguna dificultad, por ejemplo en las armonías, Yoko probablemente encontraba la solución”. Para Richter, Imagine no hubiera existido sin ella. “Las ideas y la estética son suyas; y John, en su papel de artista, logró incorporarlas y desarrollarlas”, dice en Imagine. Ono también estuvo detrás del arte del álbum -las fotos de tapa y contratapa son de su autoría- y codirigió junto al músico el film que registra su grabación, estrenado en 1972.
Para Lennon, Imagine era “Plastic Ono Band con cobertura de chocolate”, y eso significa, usando sus propios términos, que también tenía que haber una capa de cacao amargo y un centro duro y ácido. How? es una balada que no habría desentonado en su primera placa. Sobre la base de un piano con reminiscencias a The long and winding road –que Paul McCartney compuso durante las sesiones de Let It Be-, John expresa algunas de las inseguridades que salieron a la luz tras su terapia primal: “¿Cómo puedo seguir adelante cuando no sé a qué dirección estoy yendo?”, se pregunta, desconcertado.
Pero si hay una canción en la que el ex Beatle dejó de lado el azúcar, la poesía y cualquier tipo de metáfora es en How do you sleep?, una diatriba directa y venenosa hacia McCartney, que, en sus palabras, “cobró forma por sí misma mediante la rabia y la tristeza”.
En marzo de 1971 Paul había logrado que un juez disolviera a The Beatles como sociedad, lo que significaba que la banda más importante del mundo había recibido su certificado de defunción legal. En mayo sacó su segundo álbum en solitario, Ram, aunque en esta ocasión también se lo acreditó a su esposa Linda. Lennon no pudo evitar sentir que su antiguo amigo quería mostrar que él también había conseguido una pareja con quien continuar sus proyectos musicales.
Más allá del resentimiento a flor de piel que sentía hacia Macca –según Philip Norman más parecido al que se suele tener hacia una ex pareja que hacia un colega-, el autor de Imagine captó enseguida todos los ataques simbólicos contra él que había en Ram, que desde el título hace referencia no solo al carnero de la portada –al que el músico agarra de los cuernos- sino al verbo “embestir”. La contratapa del álbum, por su parte, mostraba una foto de dos escarabajos (“beetles” en inglés) copulando. ¿Paul le estaba refregando la victoria judicial en la cara a sus ex compañeros?
Por otro lado, el mismo McCartney admitió que la letra de la canción Too many people estaba dirigida hacia John, en especial las líneas “Too many people preaching practices” (“Demasiada gente predicando prácticas”), una chicana sobre las campañas por la paz y sus otras causas políticas, que Paul no se tomaba demasiado en serio, y “You took your lucky break and broke it in two” (“Tomaste tu golpe de suerte y lo rompiste en dos”), un verso que originalmente llevaba el nombre de Yoko y en el que básicamente le decía a su viejo coequiper que ella se estaba aprovechando de su fama. Lennon también encontró mensajes hacia él en otras canciones de Ram, como Dear boy, 3 legs y The backseat of my car, aunque en estos casos su autor lo negó.
Dejando de lado cualquier sutileza, How do you sleep? señala que lo único que hizo Macca fue Yesterday. John quería incorporar un coro que dijera “una porquería que seguramente robaste”, pero Allen Klein, su manager, le pidió que lo sacara para evitar una demanda. La frase se refiere a que, cuando la melodía de ese clásico de The Beatles le vino durante un sueño, Paul pensaba que ya la había escuchado antes y se la tocó a todo el mundo para asegurarse de que no sea un plagio. Lennon también califica sus canciones como “música de ascensor” (“muzak”) y, volviendo a la teoría de su fallecimiento que comenzó como fake news en 1969, dice, “probablemente esos freaks tenían razón cuando decían que estabas muerto”. También lo acusa de estar rodeado de “personas convencionales”, le advierte que “una cara bonita dura un año o dos”, ataca a Linda (“saltas cuando tu mamá te dice algo”) y, haciendo alusión a su último single Another day, achaca: “desde que te fuiste eres tan solo otro día más (‘another day’)”.
Harrison, que toca la guitarra slide, parece suscribir cada palabra con una de sus mejores performances, al menos según John, que consideró que el solo fue lo mejor que había grabado el ex guitarrista de The Beatles hasta ese momento.
El que se sintió incómodo fue Ringo Starr. Según describe Felix Dennis en la biografía de Paul McCartney que escribió Barry Miles (Many Years From Now, Secker & Warburg, 1997), el baterista pasó de visita por Tittenhurst Park (que en 1973 le compró al matrimonio Ono Lennon) durante los ensayos, escuchó la canción y en un momento le dijo a John que era suficiente. Dennis era uno de los editores de la revista contracultural Oz que estaban siendo juzgados por obscenidad. Lennon declaró su apoyo a la publicación, cobijó a los editores en su casa y grabó el simple God save us/Do the Oz durante las sesiones de Imagine a beneficio de los imputados, que luego terminaron sobreseídos.
John Lennon tenía un golpe más para asestar contra Paul McCartney. Dentro del álbum incluyó una postal que, imitando la portada de Ram, lo mostraba tomando a un cerdo por las orejas.
El libro Imagine, sin embargo, reproduce una declaración donde el compositor relativizó sus dichos contra quien había sido uno de sus mejores amigos: “Aunque no me sentía tan rencoroso por aquel entonces, usé el resentimiento hacia Paul para crear la canción. […] No es que ande siempre pensando en todo esto. Quería hacer una canción funky y me pareció una buena forma de hacerlo”.
Lennon sabía que si convertía en eslóganes universales sus consignas políticas el público se las apropiaría. Lo había logrado con All you need is love en 1967 y volvió a conseguirlo con Imagine, que alcanzó el estatus de himno, una canción que trascendió las fronteras de la música popular. El mensaje edulcorado y el sonido más ligero habían funcionado e Imagine, el álbum, fue un éxito de ventas y su primer número uno. No solo había alcanzado a sus ex compañeros, sino que estos cincuenta años demostraron también que se trata del clásico más grande que grabó un Beatle en solitario. Ni Paul McCartney con Band on the Run ni George Harrison con All Things Must Pass lograron la trascendencia de Imagine. John dejó un mensaje universal que medio siglo después sigue siendo una bandera para todo el mundo.
Como dijo Yoko en su canción Now or never (coproducida por su marido) en 1973: “un sueño que sueñas tú solo no es más que un sueño, pero un sueño que sueñas junto a otros es realidad”.
IMAGINA
por John Lennon
Imagina que no hay paraíso.
Es fácil si lo intentas.
No hay infierno debajo nuestro,
Arriba nuestro, sólo cielo.
Imagina a toda la gente
Viviendo el presente.
Imagina que no hay países.
No es difícil hacerlo.
Nada por lo cual matar o morir,
Y tampoco ninguna religión.
Imagina a toda la gente
Viviendo la vida en paz.
Quizás digas que soy un soñador
Pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros
Y el mundo será uno solo.
Imagina que nay posesiones.
Me pregunto si puedes.
No hay necesidad de codicia ni hambre.
Una hermandad humana.
Imagina a toda la gente
Compartiendo todo el mundo.
Quizás digas que soy un soñador
Pero no soy el único.
Espero que algún día te unas a nosotros
Y el mundo será uno solo.