El cine que no tiene como primer objetivo la masividad, ese que se dedica a la exploración y el enriquecimiento del lenguaje, el que circula por salas pequeñas que funcionan al margen del circuito comercial y suma seguidores muy fieles también cuenta con sus propias plataformas de streaming locales. Y es una muy buena noticia, porque gran parte de esas películas que llegan en cuentagotas a la Argentina y no pueden competir con el gigantesco aparato de marketing de los tanques de Hollywood terminan teniendo una vida pública tan fugaz que muchas veces no da el tiempo para que los interesados se encuentren con ellas. Tanto Xiclos como Qubit.tv están dedicados de lleno a satisfacer esa demanda específica: las dos plataformas tienen un buen menú de películas europeas, asiáticas y latinoamericanas que aparece como alternativa ideal para la cinefilia local. Tambien tienen historias y propuestas diferentes.
Xiclos nació como una extensión online de un videoclub de la zona del Jardín Botánico llamado Bellinzona, propiedad de Fabián Gil Navarro. La plataforma tiene unos 700 títulos divididos en diferentes categorías (films de acción, clásicos, basados en hechos reales, de temática LGTB, documentales, de culto, policiales, de la época del cine mudo y sobre el conflicto entre Israel y Palestina, entre otras). «Hice la reconversión porque el negocio del videoclub va desapareciendo de a poco. Yo lo mantengo abierto, pero para sobrevivir tenía que apelar sí o sí a alguna opción como esta -dice Gil Navarro, un exestudiante de la Escuela de Cine de Avellaneda y dueño también de una pequeña productora dedicada a producir audiovisuales de promoción e institucionales para empresas-. Tuve la idea hace mucho, cuando apareció Netflix en los Estados Unidos, a fines de los años 90. Empecé a investigar el tema, pero todavía no contaba con las herramientas necesarias para llevarlo adelante. También me decían bastante que no iba a poder competir con las grandes plataformas. Así que desistí por un tiempo, y recién hace tres años retomé el proyecto con una orientación muy clara: yo trabajo para un nicho muy determinado, no tengo lo mismo que Netflix o Amazon Prime«.
Amante Fiel, de Louis Garrel, en Xiclos
El abono mensual de Xiclos cuesta 240 pesos, y hay tres distribuidoras independientes locales que son las proveedoras de su interesante catálogo: Mirada, Mont Blanc y Zeta Films. El espíritu es el mismo del cineclub, de hecho hay una sección de la plataforma que lleva ese nombre donde hay retrospectivas de grandes directores como Hitchcock, Fassbinder, Antonioni, Mamet y Tarkovski. Todas las copias tienen calidad HD.
La oferta de películas argentinas todavía es pequeña: un puñado de largos entre los que se destacan el film de culto Invasión, de Hugo Santiago, y La niña santa, de Lucrecia Martel. «El primer contacto que hice fue con la productora Aries. Héctor Olivera que me dio los derechos para subir trece películas», cuenta Gil Navarro. «Pero con el cine argentino no es tan fácil. Hace un tiempo andaba atrás de La calle de los pianistas, un documental muy bueno dedicado a Martha Argerich, y tuve que desistir porque el director me dijo que estaba armando una plataforma para subir sus propias películas, por ejemplo».
Lo que mejor funciona en Xiclos son las películas extranjeras, «sobre todo el cine de Israel y el de Europa, que tienen muchos seguidores -remarca Gil Navarro-. Los éxitos más importantes que recuerdo son Sr. y Sra. Adelman, una película francesa, y El testamento, que es israelí».
Para seleccionar las películas que le aportan las distribuidoras locales, Gil Navarro usa como guía las calificaciones de Internet Movie Date Base: solo compra las que tienen un puntaje superior a 6,5. El criterio le viene funcionando bien: de a poco va sumando más suscriptores (por ahora son cerca de 1.000) que ya eran socios de su videoclub, además de adultos que hacen cursos de cine, cineclubistas y estudiantes de carreras relacionadas con la producción audiovisual.
«Muchas de estas películas llegan a las salas del circuito alternativo, las que privilegian el cine de autor, y duran muy poco en cartel. Hablo de casos como los de El esgrimista, una producción finlandesa ambientada en Estonia, El intérprete, un film de Eslovaquia sobre las secuelas del nazismo, o La casa de Wannsee, un documental argentino con otra historia relacionada con ese mismo tema de Poli Martinez Kaplún. Además, cada vez quedan menos salas de ese tipo en Argentina -analiza el responsable de Xiclos-. Así que nosotros ofrecemos la posibilidad de encontrarlas un tiempo después de su estreno. Siempre hay que esperar dos o tres meses, porque las distribuidoras compran los derechos de exhibición para la Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. Cuando terminan las proyecciones en salas de la región, las podemos incorporar».
El próximo objetivo de Gil Navarro es conseguir películas del mismo estilo de las que engrosan su plataforma pero que no necesariamente hayan pasado por salas argentinas. «Hay muchas películas muy buenas que nos estamos perdiendo de ver. Mi idea es traerlas, pero hay que pensarlo muy bien porque es probable que haya que pagar el subtitulado, algo que eleva bastante el costo. Pero tengo confianza porque estamos creciendo en cantidad de suscriptores todo el tiempo».
El caso de Qubit.tv tiene ligeras diferencias con el de Xiclos. El actual CEO de la empresa es Nicolás Jordán, un emprendedor que desde 2006 se dedica a desarrollar aplicaciones y proyectos para el sector de las telecomunicaciones y el entretenimiento. Qubit.tv nació en 2011 como una plataforma focalizada en el negocio B2B (business to business), pero recién a partir de 2016 viró hacia el B2C (business to consumer) y su marca empezó a cobrar peso. Cuenta con un catálogo de alrededor de 1.000 películas disponibles para los territorios de Argentina, Chile y Uruguay. Suma a la fecha unos 15.000 suscriptores y planifica llegar Bolivia y Perú antes de fin de año.
Su oferta tiene el aval de la curaduría de un especialista: Javier Porta Fouz, actual director del Bafici. «Nuestro catálogo tiene un perfil definido: cine de autor, clásicos, buenas películas que a pesar del apoyo de la crítica pasan sin pena ni gloria por los cines locales -señala Porta Fouz-. Es un menú variado, heterogéneo. En las producciones originales de las grandes plataformas como Netflix y Amazon Prime se nota una hibridación entre la estética cinematográfica y la televisiva. Qubit.tv prefiere el cine, ese gran arte del siglo XX que lamentablemente hoy no goza de la mejor salud».
Qubit.tv incorpora entre seis y ocho películas por semana. Tiene apartados con películas de grandes directores (Ford, Buñuel, Bergman, Chabrol, Herzog) y aunque supo ofrecer algunas series, ya desechó esa idea y se dedica puramente al cine. Pronto sumará a su vasta oferta dos films de Orson Welles (Falstaff y Mr. Arkadin) y dos de Michelangelo Antonioni (El desierto rojo y Las amigas).
La estrella de la plataforma es Alfred Hitchcock. Hay cerca de treinta películas del famoso director británico, uno de los favoritos de los abonados. «Al suscriptor le viene muy bien tener una especie de mapa, un camino para seguir entre todo lo que tenemos. Entonces vamos armando el mes de Hitchcok, o el mes de Bergman y Buñuel -cuenta Porta Fouz-. El principal componente del catálogo, vale la pena aclararlo, no es mi gusto. Hay películas de Bergman que me gustan y otras que no, pero elijo tener todas las que podemos porque no puedo ser un talibán de mis propios intereses. No soy un fan de La cinta blanca, pero es una película que tuvo buenas críticas y que anduvo muy bien cuando la tuvimos. La idea es que ofrezcamos películas relevantes».
Con el cine argentino, Qubit.tv enfrenta la misma problemática que Xiclos: muchas películas ya forman parte del catálogo de Cine.ar, el portal del INCAA, o directamente no quieren ceder derechos por distintas razones. Aun así, tuvo casos de éxito con los abonados como Las hijas del fuego, de Albertina Carri, o Novias, madrinas, 15 años, de Diego y Pablo Levy (que ya salió de Qubit.tv y se encuentra en Cine.ar). «Hay películas que te interesan pero es imposible tenerlas porque los dueños de los derechos ya pensaron otra estrategia -explica Porta Fouz-. Muchas veces no tiene que ver con la plata. Capaz que alguien mantiene en reserva una película porque planea una edición especial en Blu-ray, por caso. Y después hay otros temas para tener en cuenta: uno puede comprar un catálogo de 3.000 títulos nuevos, pero eso implicaría, a lo largo de un año, ir subiendo unos sesenta por semana. Es mucho… Primero hay que ver si la plataforma soporta técnicamente ese ritmo. Y después te puede pasar que la gente no llegue a interpretar lo que le estás ofreciendo, que se maree ante tanto caudal de información. Qubit.tv se parece a la cartelera de cine que teníamos en la Argentina antes de la aparición de los megatanques de Hollywood, cuando la lista de películas que superaban una determinada cantidad de espectadores era más extensa y más variada, no como ahora, que tenemos apenas cuatro o cinco producciones millonarias de Estados Unidos que aparecen en ese ranking».
TOP 5 de los contenidos más reproducidos en la historia de Xiclos
1) Sr y Sra Adelman (2017), Nicolas Bedos
2) La gomera (2019), Corneliu Porumboiu
3) La decisión (2017), Vahid Jalilvand
4) Cuando huye el día (1957), Ingmar Bergman
5) La soga (1948), Alfred Hitchcock
TOP 5 de los contenidos más reproducidos en la historia de Qubit.tv
1) La ventana indiscreta (1954), Alfred Hitchcock
2) Las hijas del fuego (2018), Albertina Carri
3) Casablanca (1942), Michael Curtiz
4) Tangerine (2015), Sean Baker
5) Joven y bella (2013), François Ozon
Fuente: Alejandro Lingenti, La Nación