Corría el año 1969. Susana Giménez estaba comenzando su carrera como modelo, cuando le propusieron protagonizar una publicad del jabón de tocador Cadum. Por entonces, la diva estaba lejos de imaginar que ese comercial marcaría un antes y un después en su vida. Y que ese “shock” sería el puntapié inicial que la llevaría a convertirse en una de las personas más famosas de la Argentina.
Pasaron más de cinco décadas. Hoy, Susana es una estrella consagrada. Sin embargo, cada vez que revuelve los cajones del pasado, la diva se emociona recordando aquellos años de esfuerzo y sacrificio, cuando ya separada de su primer marido, Mario Sarrabayrrouse, y con la obligación de criar a su hija Mercedes, decidió hacerse un lugar en los medios.
El posteo de Susana
“¡Hoy viajamos a Córdoba! Esta provincia para mí es sinónimo de miles de recuerdos felices: las vacaciones de mi infancia, el lugar donde grabé la primera publicidad de Cadum que cambió mi vida y los veranos haciendo temporada con las obras de teatro. Amo las sierras, sus atardeceres, los paisajes y su gente!”, escribió la diva en su cuenta de Instagram, junto a una foto en bikini frente a una cascada.
Enseguida, Susana recurrió a sus stories para compartir otras imágenes de lo que fue aquella producción de fotos de su juventud. Y, junto al mapa del lugar en donde fue realizada, repitió el texto de su posteo y publicó una imagen en la que se la ve sentada sobre una roca y haciendo topless.
El topless de Susana (Foto: Instagram)
Finalmente, la diva agregó otra historia donde se ve la toma final y un backstage de lo que fue la producción de aquella publicidad. “En las Sierras Chicas a 60 kilómetros de la capital provincial, departamento de Colón. Allí hice el primer ‘Shock’ para Cadum, un lugar mágico para mí”, señaló Susana junto a las imágenes.
Sin embargo, Susana confundió las locaciones. El primer comercial lo filmó en Ascochinga, Córdoba, pero el resto lo hizo en las Cataratas del Iguazú: las imágenes que posteó en las redes (salvo la que se observa justo aquí arriba) fueron tomadas allí y no en la provincia mediterránea. Pero sin importar adónde fuera, lo cierto es que por aquella época ni ella ni los fotógrafos y camarógrafos que la acompañaban sabían lo que ese comercial significaría en su vida.
El backstage de la publicidad de Cadum (Foto: Instagram)
En un año marcado por la pandemia del coronavirus en el que, definitivamente, no volverá a la televisión, Susana se puso melancólica y empezó a desempolvar fotos viejas. Durante los primeros días de la cuarentena lo hizo desde su casa de Barrio Parque y compartió imágenes de sus tiempos de estudiante secundaria, entre muchas otras. También recordó algunos de sus más desopilantes bloopers televisivos.
Pero, ya instalada en La Mary, su casa de Punta del Este, la diva siguió en la misma tónica. Y, a los videos de los paseos con sus perros en Instagram, les sumó fotos retro como la que utilizó para postularse a su primer casting como modelo. “Tantos días en casa, sin trabajar, ¡la cabeza no para! Y mientras hago cosas, los recuerdos, como en una película, van y vienen una y otra vez… Con todos los que hablo me dicen que les pasa lo mismo… ¡Serán los efectos colaterales de esta cuarentena! Bueno, quizás haya llegado el momento de ordenarlos”, escribió.
La foto que utilizó Susana para su primer casting (Instagram)
En ese mismo posteo, Susana hizo una reflexión y recordó lo que pasaba por su mente en aquellos años. “‘Ok, a partir de ahora estoy sola para todo’, ese era el único pensamiento en mi cabeza el día que decidí separarme del padre de mi hija. Sabía que no iba a ser fácil, en esa época nadie se separaba, nunca había trabajado, era muy chica… Hoy estoy convencida de que esa idea de ser independiente marcó mi destino para siempre”, escribió la diva.
Y explicó: “Me postulé como azafata en varias líneas aéreas y dejé mi foto (esta que ven publicada) para trabajar como modelo en agencias de publicidad. El mismo día que me llegó la confirmación de una vacante en Aerolíneas Argentinas me llamaron para un casting. La primera era la promesa de un trabajo seguro, con un sueldo fijo. La de trabajar como modelo, una oferta mucho más divertida (siempre me encantó la moda) y con más posibilidades de crecimiento, pero infinitamente más arriesgada. Como ya saben, opté por la segunda. Ese día elegí un camino que en aquel momento jamás me hubiera imaginado… ”
Fuente: Infobae