El relato semi autobiográfico de Cuarón acerca de sus memorias de crianza en una casa de clase media netamente matriarcal en la colonia Roma de la Ciudad de México conquistó a buena parte del periodismo especializado y suena como la gran favorita para convertirse en la primera cinta de habla no inglesa en alzarse con el premio a mejor película.
Tanto por las polémicas que la envolvieron como por las elogiosas críticas y premios obtenidos, «Roma» ha sido -por lejos- la película más comentada de la temporada.
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Una de las dimensiones que destaca a la película es el significado que tiene para la industria hollywoodense que la gran candidata del año sea completamente mexicana desde su concepción y su realización, y el fuerte mensaje que supone para Trump y su impulso al muro en la frontera sur del país.
Pero es otro de los aspectos más relevantes el que más polémica generó: el que la ubica como el caballito de batalla con el que Netflix combate los circuitos tradicionales de producción y consumo de cine.
Ante la feroz pelea que se avecina contra otros grandes actores del mercado audiovisual para disputar el espacio del streaming, Netflix comenzó a reforzar su división cinematográfica, con escalada de inversión en contenidos originales incluida -los expertos dicen que más de 12.000 millones de dólares para 2019-.
Empezó a lanzar decenas y decenas de filmes propios en 2015, aunque nunca fueron tan bien recibidos como sus series; el prestigio seguía estando limitado al cine tradicional.
Sin embargo, desde el estreno de «Okja» del coreano Bong Joon-ho en Cannes 2017, la apuesta del director de contenidos de Netflix, Ted Sarandos, pasó por atraer directores de nivel que pudieran llamar la atención de los festivales de cine Clase A.
Los hermanos Coen, Soderbergh, Scorsese o Cuarón son algunos nombres que estrenaron o estrenarán películas en Netflix.
Para el mexicano, el atractivo de apuntar a un público potencial de 130 millones de suscriptores le da al cine de autor un alcance que en los cines no tendría.
«¿Cuántos cines proyectarían una película mexicana en blanco y negro? ¿Rodada en español y mixteco? ¿Que además es un drama sin ninguna gran estrella? ¿Cómo de grande sería su estreno en el circuito convencional de distribución? Yo he tenido un estreno mejor que eso», dijo con claridad el realizador, en una entrevista a un medio estadounidense.
Tras llevarse el León de Oro en el Festival de Venecia -no pudo ir a Cannes luego de que las autoridades cambiaran las reglas y obligaran a que cualquier contendiente de la muestra oficial tuviera estreno en cines franceses antes que en streaming- «Roma» inició un camino triunfal de cara al máximo galardón de los Oscar.
Al avecinarse la temporada de premios, Netflix hizo una concesión: para tener más posibilidades aceptó tener, una semana antes de su estreno en la plataforma, un estreno reducido en pocas salas en algunos países del mundo.
Y funcionó: la cinta con las marcas de la deliciosa propuesta estética de Cuarón y de puntillosa reconstrucción histórica, recolectó premios en los Globo de Oro, los Bafta, los Critic’s Choice, los Goya y muchos otros, y apunta a consolidar con el Oscar su posición de dominio en el cambio que está atravesando la industria.