«Tengo ganas de trabajar y agradecer por tener trabajo en un momento donde las artes están en retirada, por lo que es casi un milagro», asume De la Serna.
El actor y músico, una de las figuras más taquilleras del cine, el teatro y la televisión argentinas, indica que «cuando me arriman proyectos interesantes trato de hacerlos. Hay como un bichito que me dice ‘hacelo’» como método que aplica para embarcarse en una nueva obra.
En el caso de «Al acecho», se trata de la primera ficción en solitario de Francisco D’Eufemia (también autor del documental «Canción perdida en la nieve», de 2015; y co-director, junto a Javier Zeballos, del western épico «Fuga de la Patagonia», de 2016), con una pareja central que completa Belén Blanco.
«Tenía una deuda artística con el director y guionista por no haber podido hacer una película inspirada en el Perito Moreno que me seducía e inquietaba», evoca De la Serna sobre su vínculo con D’Eufemia y en relación al filme «Fuga de la Patagonia»,
«Y ahora -se explaya el artista- me encontré con ‘Al acecho’ que es una historia con ingredientes de suspenso, thriller y algo de policial y muy bien narrada. Y pude decir que sí».
Rodrigo asume allí al guardaparques Pablo Silva quien debe rehacer su vida en un nuevo destino, el Parque Pereyra Iraola, un lugar olvidado y conflictivo al que pocos quieren ir y en donde descubre una red de cazadores furtivos, tráfico y engaños.
Acerca de ese personaje, el intérprete, de 44 años, lo define como «alguien que está en una frontera. Es un tipo al que no lo estructuran cuestiones burguesas y está a un paso de lo salvaje».
Desde una percepción donde se mezclan oficio y gusto, el guitarrista y cantante que comparte el cuarteto de música criolla El Yotivenco con Juan Pablo Díaz Hermelo, Blas Alberti y Fabio Bramuglia, apunta que «me gusta meterme a filmar en el monte y en este caso fueron todos exteriores, todas locaciones reales».
Con este rol, intenso, dual y alejado de toda simplificación acerca de lo bueno y lo malo, el actor suma otra criatura a una galería cinematográfica donde destaca, entre otros personajes, el Alberto Granado en «Diarios de motocicleta», José de San Martín en «Revolución: El cruce de los Andes» o el Papa Francisco en la película biográfica «Llámame Francisco».
En la pantalla chica descolló como el joven marginal Ricardo en «Okupas», el barrabrava José María Lombardo en el unitario «El Puntero» y actualmente el ladrón Palermo en la exitosa serie española «La casa de papel» que se ve por Netflix y que comienza a registrar su quinta temporada sobre la que no puede decir palabra.
«Al acecho», que completa su reparto con Walter Jakob y Facundo Aquinos, se estrenará el jueves 6 por la señal de cable Cine.ar y un día más tarde llegará a la plataforma Cine.ar Play.
Periodista: ¿Cómo vivís el hecho de estrenar una película pero no poder hacerlo en los cines?
Rodrigo de la Serna: Por un lado hay que agradecer la posibilidad de estrenar y que pueda llegar a más gente, pero por el otro da un poco de bronca que no pueda verse con la diversidad humana entretejiendo esa atmósfera en una sala. Es una ceremonia que a esta altura da casi nostalgia.
P: ¿Qué otras cosas frustró la pandemia?
RdlS: Frenó todo. Si hay algo que ha hecho el coronavirus es frustrar los proyectos, los vínculos. La gente no se puede ver, no se puede trabajar. Yo tenía un proyecto teatral con Pompeyo Audivert y muchas ganas de ensayar y salir de gira con El Yotivenco, pero la realidad se impuso de una manera muy contundente.
P: Sin embargo no logró apagar el impulso en torno a «La casa de papel»…
RdlS: Está bueno, muy bueno. Es una experiencia que se da pocas veces en la vida la de participar de un éxito tan rotundo a nivel global. Vale la pena porque eso, además, permite que tu trabajo sea apreciado por muchísima gente.