En la previa a la X edición de los Premios Platino celebrada en Madrid, había unos cuantos títulos que marcaban la preferencia entre el jurado y el público. En esa lista sobresalía Argentina, 1985, avalada por su largo recorrido en los diferentes festivales y premiaciones -Venecia, Goya, San Sebastián, Globo de Oro- y el sabor agridulce de quedarse en la antesala del Oscar a la mejor película internacional.
Con estos antecedentes, el filme de Santiago Mitre se alzó con cinco estatuillas, entre ellas la de mejor película. Y uno de sus protagonistas, Ricardo Darín, obtuvo el premio a mejor intérprete por su destacada labor como el fiscal Julio Strassera, que llevó adelante el juicio contras las juntas militares de la última dictadura militar. Y a la hora de subir al escenario, conmovió a todos con su discurso.
“Muchas gracias, no sé si esto es un doble premio, haberlo recibido con Laia con quien trabajé y a quien admiro”, señaló en referencia a Laia Costa, que acababa de ganar el premio por su labor en Cinco lobitos.
“Gracias por este reconocimiento, quiero compartirlo con mis compañeros, en especial con Peter Lanzani, nominado también”, continuó, mencionando a su compañero que aplaudía desde la primera fila. “Sin él no lo hubiera podido hacer”, agregó, antes de saludar a otros compañeros de elenco, como Alejandra Flechner, Norman Briski y Félix Santamaría.
El listado siguió con el director, Santiago Mitre, a quien agradeció “por haberme contado este proyecto y atrevido a ir para adelante”. Y con Amazon, la plataforma de streaming que proyectó el filme. “Sin ellos hubiera sido imposible. Fue la primera película argentina hecha en pandemia”, aseguró.
A continuación, el protagonista de El secreto de sus ojos tuvo unas palabras para los Premios Platino y destacar su importancia en el audiovisual iberoamericano. “Es una maravilla estar en esta décima edición de los premios, un lugar que adoro y que necesita todo nuestro apoyo. Es la trinchera, la resistencia, tenemos que estar siempre para protegerlos pero no a nosotros, a los proyectos futuros”, enfatizó.
Un rato antes, Benicio del Toro había estado en ese mismo escenario para recibir el Platino de Honor por su trayectoria. Y en sus emotivas palabras, el puertorriqueño había repasado parte de su carrera, que se le despertó en modo de fiebre a sus 18 años y enseguida mutó en un sueño. “Cuánto más grande es el sueño más grande es la duda. Fui rechazado en la mayoría de las audiciones que hice”, señaló el ganador del Oscar al referirse a sus comienzos.
Darín se tomó de estas palabras para la enlazar la parte más emotiva de su discurso. “Nuestra vida se debe en gran medida a eso, tener entereza y temple para soportar cuando nos dicen que no”, señaló, corroborando lo que había dicho su colega. Y para el cierre, pronunció las palabras más emotivas de su discurso, apelando a la temática de Argentina, 1985 y poniendo el foco en el hombre de carne y hueso que le tocó interpretar: “Sin perder nuestra personalidad, nuestra identidad, los actores debemos otorgarle humanidad a cada uno de los personajes que nos tocan. Y quisiera dedicar este premio a la increíble humanidad de un señor que se llamó Julio César Strassera. Nunca más. Nunca más”, expresó. Sus palabras retumbaron en el auditorio y recibió los aplausos cerrados, mientras su esposa, Florencia Bas, lo acompañaba con sus lágrimas.
Fuente: Infobae