Hacía varios meses que no brindaba una entrevista televisiva, pero aceptó porque le pareció que sumaba contar cómo pasa el aislamiento social, obligatorio y preventivo dispuesto por el Gobierno para frenar el contagio del coronavirus . Por eso, Ricardo Darín charló, desde su casa, con Diego Leuco y explicó que en estos días sus horas transcurren como las de casi la totalidad de los argentinos. «Lo llevo como puedo, pero estoy bien. Con paciencia, que es lo que hay que tener», señaló.
«La incertidumbre es algo que nos preocupa a todos. No quiero ser pesimista, pero todos los días vivimos momentos de duelo. Hoy murieron 14 personas», comenzó expresando en Ya somos grandes , el ciclo de TN. Y agregó: «Por momentos, nos sentimos conformes porque, al parecer, esta medida está dando resultados, pero no podemos dejar de lado la incertidumbre».
El actor de El aura y El secreto de sus ojos reveló, además, cuál es la situación que le genera más angustia: «Tengo una gran preocupación por el momento en el que este virus llegue al conurbano, a los lugares donde la gente no esté bien preparada como algunos privilegiados como yo o algunos de nosotros. Nosotros somos privilegiados. Porque el aislamiento es un privilegio: si podés quedarte en tu casa y aguantar este tsunami, sos un privilegiado, pero hay mucha gente que no está en esa posición».
Darín, además, quiso resaltar que, más allá de las estadísticas, detrás cada una de las personas fallecidas a causa de la pandemia, hay una historia de vida, hay familiares y amigos que deben comenzar a lidiar con una dolorosa pérdida: «Esta es una tragedia episódica. Me asusta, me conmueve la numerología de todo este asunto. Nos olvidamos que ese número tiene nombre y apellido, hay una familia detrás, afectos».
Con respecto a la situación que se vive en España, lugar en el que transitó parte de su carrera y en la que tiene tanto amigos como familiares, indicó: «Cada uno tiene que hacer lo que puede con lo que le toca. Los españoles tienen una frase que yo tomé y es que: ‘cuando llueve nos mojamos todos’. Y hoy nos estamos mojando todos. En España están anonadados. Muchos se están reclamando no haber reaccionado en serio y a tiempo. Tengo muchos amigos allá y estamos en contacto permanentemente».
«Estoy pasando esta cuarentena con mi hijo Chino y su novia, Úrsula [Corberó] , que nació en Barcelona y también tengo a mi hermana Daniela y a su familia viviendo allá… A veces estamos contentos cuando la curva baja porque murieron ‘solamente’ 670. Una locura. Mi hermana tiene la suerte de no estar viviendo en el centro de Madrid, ella está en las afueras y puede llevar todo esto de una forma más tranquila. Estamos todos preocupados por todos, algo que no ocurría desde hace mucho tiempo», analizó.
Luego, expresó que, más allá del miedo y del dolor por las pérdidas, esta nueva pandemia ofrece la oportunidad de analizar y cambiar algunas actitudes personales y colectivas: «De este duro golpe se desprenden otras paradojas. Que no estemos circulando le permitió al planeta respirar. A veces, siento que este tipo de cosas son respuestas. Los humanos somos chiquitos, pero importantes si estamos uno al lado del otro. De cómo nos paremos frente a esta tragedia depende nuestro futuro. Ojalá podamos aprender que, si el otro no está bien, no podemos estar bien nosotros».
«Si nos ponemos codo a codo, podemos resolver muchas cosas para nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. Estamos haciéndole un daño muy grande al planeta», reforzó. Sobre los líderes mundiales que tardaron en tomar medidas de aislamiento, como Boris Johnson o Donald Tump, expresó: «Quedaron en evidencia estos señores que no quieren renunciar a ser los más poderosos. Y, además, hay gente que está ganando mucho dinero con esta desgracia».
Recordando una frase que le escuchó decir en estos días a Nacha Guevara, Darín indicó: «Esta es una oportunidad para escucharnos y encontrarnos con nosotros mismos y tratar de ver si lo que estamos haciendo con nuestras vidas es lo que soñamos. Y, seguramente, la conclusión a la que arribaremos tendrá bastante que ver con lo que uno hace por los demás».
Leuco, entonces, le preguntó qué pensaba sobre el 1.300.000 argentinos que fueron procesados por romper la cuarentena, un número superior al total de infectados en todo el planeta. «Es difícil ponerse en la piel de los demás. La primera reacción es la condena. Seguramente, una parte habrá tenido razones que no están contempladas dentro de las reglas que todos tenemos que cumplir, pero hay situaciones que son muy delicadas y a las que la Justicia evaluará cuando llegue el momento», comenzó. Y completó: «Eso no quiere decir que no haya pelotudos. Es muy difícil luchar contra la pandemia de pelotudos. El gran problema son los que se creen los más cancheros de la Tierra; algo muy típico de nosotros. Es angustiante para la gran mayoría que está cumpliendo las reglas de aislamiento ver que hay otros que no quieren o no pueden hacerlo. Con los que no pueden, me gustaría, si no rompiera con eso el aislamiento, juntarme para escucharlos».
Antes de despedirse, Darín quiso dejar un mensaje para quienes siguen trabajando en plena pandemia: «Quiero felicitar a los que están en la primera línea cuidándonos, jugándose su alma y su vida por todos nosotros. Hay gente que está poniendo la vida y, a veces, por sueldos magros».
Fuente: La Nación