El cine argentino, pese a no contar con la estructura y el dinero de las grandes producciones de Hollywood, cada tanto suele colarse entre proyectos memorables a nivel internacional. Claro está, los entendidos sostienen que esto tiene que ver con la materia prima, con la calidad de algunos artistas que, desde el virtuosismo de su interpretación, logran suplir las carencias.
Quien supo ganarse el respeto y un lugar privilegiado en el cine argentino es Ricardo Darín. Aclamado por la crítica y amado por un porcentaje alto de sus colegas, se mueve con la frente en alto por los caminos que recorre. En los últimos años, los proyectos que encabeza o de los que forma parte coquetean con los premios más prestigiosos del cine. Y eso es más que un mimo al alma: es la consecuencia de años de trabajo incansable y a disposición de la profesión.
Ricardo Darín nació el 14 de enero de 1957. Con 65 años, mira hacia atrás y observa todo lo que le dio la industria del séptimo arte, si bien también supo brillar en teatro y dar sus primeros pasos en televisión. Porque su destino parecía marcado a fuego. Siempre se enfocó en buscar superarse, pese a que eso le costó cierta resistencia en la etapa escolar, que aún recuerda como si fuera hoy. Parece que no es rencoroso, pero si memorioso.
Hijo de actores –Ricardo Darín y Renée Roxana-, con una hermana colega –Alejandra Darín-, desde que tiene uso de razón su vida estuvo ligado a las tablas, a los escenarios, al punto que debutó en las tablas a los 10 años, haciendo teatro con sus padres. Así fue creciendo, pero sin formarse académicamente. Nunca pisó una escuela de interpretación. Y es algo de lo que siempre habla: admite no estar contento por el ejemplo que le da a la sociedad.
Ricardo Darín con sus hijos, el Chino y Clara
El reconocimiento internacional le llegó en el 2000. Ese año protagonizó, junto a Gastón Pauls,Nueve reinas. Lo que vino fueLa fuga, El hijo de la novia, Luna de Avellaneda, El auray Relatos Salvajes, entre otros grandes éxitos. Y el Oscar, claro, con El secreto de sus ojos.
Detalles y curiosidades
La vida de Darín es pública desde que era un galancito. Pero hay aspectos suyos que no resultan tan conocidos. De antemano, regresando a su infancia, en el colegio sufrió bullying. “Formaba parte de un grupito mínimo de la división en el que éramos los más rezagados. Había otro gran grupo, que era comandado por otro, que era muy valiente y corajudo, y nos atosigaban todo el tiempo”,contó hace unos años en El Hormiguero 3.0, programa de la televisión española.
En esa etapa, en su casa tampoco la pasó mejor. Cuando tenía 12 años sus padres le pusieron fin al matrimonio. Durante un buen tiempo Ricardo vio cómo discutían y se insultaban delante suyo. En alguna oportunidad contó que su padre, que murió de cáncer a fines de los 80, era distante y frío, aunque muy inteligente. Tal vez esa capacidad hizo que aceptara el consejo de su hijo, cuando lo encaró y le dijo: “Te tenés que separar”. Ricardo padre le preguntó si estaba seguro, y él le respondió: “Sí, no seas gil”. Ese mismo día el hombre abandonó el hogar.
Ricardo Darín con Gastón Pauls y Leticia Brédice en Nueve reinas, la película que lo llevó a lo más alto
A partir de ese momento, Ricardo empezó a trabajar para ayudar a su madre. A la parte de su labor como actor, era vendedor ambulante. Transitaba la adolescencia cuando recorría las calles vendiendo disyuntores. También fue cajero en un supermercado. Todo eso le sirvió para aprender el valor de ganarse las cosas por mérito propio.
De su padre heredó el gusto por la cultura y el amor a la literatura. Pero nunca fue un gran estudiante. Las materias del colegio no le gustaban; simplemente era y es un apasionado de la lectura. Esa cualidad hizo que sus compañeros de la escuela -a la que solo acudían varones- lo dejaran de lado por su manera de hablar, utilizando palabras y términos que muchos de esos chicos no entendían. Desde la ignorancia, se reían de él.
Esa etapa fue superada, y la relación mejoró, al punto que durante tres años consecutivos Darín fue elegido mejor compañero del curso. Ese número lo volvió a tocar de cerca en la secundaria. En alguna oportunidad, detallando sobre esa época, contó que repitió tres veces tercer año. Llegó un momento en el que dejó todo, pese a en su cabeza estuvo la posibilidad de ser veterinario, para dedicarse a la actuación. Mal no le fue.
Ricardo Darín con Guillermo Francella en El Secretos de sus ojos
Ya de grande y siendo toda una estrella, tuvo la oportunidad de triunfar y ser parte del selecto grupo de la elite hollywoodense. En 2004 le ofrecieron protagonizar Hombre en llamas, junto a Denzel Washington, pero lo rechazó. Su explicación fue contundente: “Me ofrecían hacer un narcotraficante mexicano y no quería. ¿Todos los narcotraficantes son latinoamericanos? Si (Estados Unidos) es el país con mayor consumo que tiene en la faz de la tierra…”.
En 2007 consiguió la ciudadanía española. Sus antepasados son italianos y libaneses, pero lo logró gracias a lo que allá se conoce como carta de naturaleza. Se trata de un procedimiento que le permite al gobierno otorgar nacionalidades de manera excepcional, a quien lo considere oportuno. Con cuatro nominaciones al Goya, premio que entrega la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, y todo lo que le dio al cine de aquel país, lo tiene más que merecido.
En cuanto a su vida privada, no pasó demasiados sobresaltos. Más que conocida es la historia de su noviazgo con Susana Giménez que comenzó en 1981 cuando él tenía 21 y ella, 33, y finalizó siete años más tarde. No fue por desamor, sino porque Ricardo quería tener hijos y Susana, ya no. Eso los llevó por caminos distintos, para luego unirlos en una gran amistad.
Un año más tarde -y con cierta intervención de Susana- llegaría Florencia Bas a su vida, con quien tiene dos hijos: el Chino Darín y Clara Darín. Desde hace más de 30 años están juntos, conformando una de las parejas más sólidas del mundo artístico. En el medio, una separación los hizo tambalear, pero no destruyó lo que habían edificado.
Ricardo Darín con su pareja, Florencia Bas y Susana Giménez, su ex (Foto: Instagram)
“Agradezco estar al lado de Florencia, porque la vida al lado de ella es distinta en muchos sentidos. Me ha rescatado de 70 mil cosas… Cuando nos separamos, entré en un túnel oscuro”, fue la frase que utilizó Ricardo para referirse a su esposa. Con esto dejó enterrado todo aquello atravesado en un periodo complejo.
Fue en 1999 que decidieron distanciarse. Dos año más tarde volvieron, y en una nota con la revista Luz, Darín contó qué los llevó a dar ese paso: “No fue una decisión solo mía, a los dos nos pasó lo mismo: nos dimos cuenta de que conocernos y estar juntos era lo mejor que nos había pasado en la vida”. Hoy, en pleno verano 2022, disfrutan de sus vacaciones en Punta del Este.
Fuente: Infobae