Pero quien más sobresale en el film es Brad Pitt, sobre todo en una escena cerca del final en la que se enfrenta con algunos hippies del clan Manson (spoiler: compró un cigarrillo con LSD) y los vence y mata, producto de las alucinaciones que le provoca la droga.
Entre los personajes famosos que aparecen en la película habría que mencionar a Bruce Lee, interpretado por alguien que se le parece mucho y con quien Booth sostiene una pelea muy divertida. Al Pacino, a quien sólo se ve en los primeros minutos, es Marvin Schwarz, un agente que contrata a actores para películas y series de clase B, entre los cuales aparece Dalton (DiCaprio).
Margot Robbie interpreta a Sharon Tate, cuyo marido Roman Polanski está en Europa filmando. Ella vive en la casa de al lado de Dalton pero, como en “Gloriosos bastardos” (en que Hitler muere), en este nuevo film es ella la que no muere, sino que al ser vecina de DiCaprio se entera de que los hippies fueron ultimados, y termina invitando a Pitt a tomar algo en su casa.
Una de las escenas más brillantes del film de Tarantino es una fiesta gigante organizada por la revista Playboy, donde vemos por primera vez a Sharon Tate (Margot Robbie) bailando, con gran despliegue visual y reconstrucción de época. A Steve McQueen se lo divisa en la fiesta, en una buena caracterización del Damian Lewis, de notable parecido físico. Hay, también, una escena muy tierna en la que Tate va a un
cine de Hollywood donde pasan una película en que actúa junto a Dean Martin, Elke Sommer y Nancy Kwan (“The Wrecking Crew”, llamada en nuestro país “Las demoledoras”) de 1968. Le dice a la boletera que ella actúa en esa película, la invitan a verla, y se deleita viéndose a sí misma en la pantalla.