Para otros, son los Independent Spirit, que celebran lo mejor del cine independiente desde una carpa instalada cerca de la playa en Santa Monica, mientras que los más sectarios eligen los galardones del gremio de actores como su celebración favorita de Hollywood. Pero para los expertos dedicados a monitorear y evaluar la temporada de premios, no hay ceremonia más esperada y divertida que la entrega de los Oscar honorarios, que se celebró anoche en uno de los salones del centro de convenciones que también alberga el Teatro Dolby, donde se llevará a cabo la entrega de las estatuillas más codiciadas del mundo del espectáculo el 9 de febrero de 2020.
Geena Davis recibió el premio humanitario Jean Hersholt por su trabajo en pos de la igualdad de género en la industria cinematográfica Crédito: Agencias
Sin transmisión televisiva y con una lista de invitados que incluyó a potenciales nominados al Oscar como Quentin Tarantino, Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Antonio Banderas y Tom Hanks, entre otros, la fiesta de anoche, considerada la apertura «no oficial» de la temporada de premios, también sirvió como un muestrario de las aspiraciones de diversidad e igualdad de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Sophia Loren junto a Lina Wermuller en el escenario de los Oscar honorario Crédito: Agencias
Algo que evidenció el cuarteto de artistas premiados. Por un lado, fue reconocida la nonagenaria realizadora italiana Lina Wertmüller -la primera mujer en la historia de la Academia en recibir una nominación a la mejor dirección, en 1977, por Pascualino Siete bellezas-, que fue presentada por Sophia Loren y que tuvo a Isabella Rosselini como intérprete de lujo para el público anglohablante en el teatro.
Desprejuiciada y sin filtro sobre el escenario, Wertmüller aseguró que Loren, de 85 años, es tan bella porque hizo un pacto con el diablo, retó a Rossellini por usar un vestido violeta -color considerado en Italia de mala suerte para los actores-, y abogó por una alternativa más femenina, el premio Anna, a los masculinos Oscar. Un pedido muy en sintonía con el reconocimiento que recibió Geena Davis. La actriz, que ya tenía un Oscar a la mejor actriz de reparto por su papel en la película Un tropiezo llamado amor (1988), sumó ayer otro por su labor humanitaria en pos de la igualdad de género en la industria del cine.
David Lynch al aceptar el premio Crédito: Agencias
Presentado por Rossellini, Laura Dern y Kyle MacLachlan y Laura Dern, David Lynch también recibió un Oscar por su trayectoria mientras que el actor Wes Studi ( Danza con lobos) se convirtió en el primer nativoamericano en ganar la estatuilla que recibió de manos de su compañero de elenco en la película Hostiles, Christian Bale.
«Como artista, él ha tenido una profunda influencia en como es percibido su pueblo», dijo Bale sobre Studi, que agradeció el reconocimiento con una frase contundente, «Me gustaría decir que ya era hora», que recibió uno de las ovaciones más largas de la noche.
Una fiesta en la que los aspirantes a candidatos para los próximos Oscar aprovecharon para hacer relaciones públicas con los votantes de la Academia, brindar con sus colegas y felicitar a los homenajeados sin tener que preocuparse por que las cámaras los enfocaran en un mal momento. Una noche ideal para las estrellas para empezar a recorrer el largo camino tapizado de alfombras rojas que los conducirá, con suerte y mucho lobby, hasta el final, el próximo 9 de febrero.
Fuente: Natalia Trzenko, La Nación