La histórica pelea del argentino contra la ATP, la investigación periodística de Eduardo Puppo y el testimonio de varias leyendas, en la película-documental que se estrenó este 27 de octubre.
El tiempo siempre pone las cosas en su lugar. En algún momento, más tarde o más temprano, se hará justicia con una deuda histórica que tiene el deporte con el tenis argentino. Guillermo Vilas lleva 45 años inmerso en una pelea por ser reconocido como número uno del mundo, nada menos. Y esa pelea contra la ATP, toda una corporación del planeta tenis, generará un cimbronazo masivo el próximo 27 de octubre.
¿Por qué provocará ruido? Se hará oficial el lanzamiento de «Vilas: serás lo que debas ser o no serás nada», una película-documental de Netflix que narrará la vida del mejor tenista argentino de todos los tiempos en paralelo con el extenso reclamo y la exhaustiva investigación del periodista Eduardo Puppo, quien inició una cruzada trece años atrás y logró probar que Vilas ocupó el puesto más alto del listado en dos ocasiones, situación que la ATP desestimó tres veces pero nunca pudo rebatir con fundamentos fehacientes.
Netflix, una plataforma de streaming que cuenta con casi 200 millones de suscriptores en 190 países, le otorgará visibilidad a la batalla de Vilas y Puppo cree que podría generar el golpe de efecto necesario: «La película se verá por Netflix a nivel masivo, en todo el mundo, de forma global y simultánea, y eso quizá pueda sensibilizar a los dirigentes que tienen que decidir sobre este tema».
«La gente cree que la historia la escribe el que la escribe, pero la historia la escribe el tiempo. El tiempo te da todo», refleja en el trailer la voz de Vilas, quien reclamó durante casi toda su carrera y solicitaba ver los registros de manera periódica porque sentía que estaba cerca de destronar al estadounidense Jimmy Connors. La historia fuerte de esta investigación, sin embargo, tuvo origen recién en diciembre de 2007, seis meses después de un nuevo reclamo público del argentino. El punto de inflexión fue una decisión de la WTA: la australiana Evonne Goolagong era oficializada como número uno en 1976, un reconocimiento que llegaba 31 años más tarde. Aquel hecho empujó a Puppo a comenzar con un trabajo que le demandaría trece años de su vida y hasta pondría en peligro su matrimonio con María Luz Marín, un sostén clave durante todo el proceso.
El periodista recopiló material que ATP no tenía en sus registros y centró su investigación en las 280 semanas en las que Vilas tenía mayores posibilidades de haber tocado el número uno: del 23 de agosto de 1973, día en que se publicó el primer ranking oficial, y el 31 de diciembre de 1978. Toda esa materia prima configuró un total de 22545 partidos de 542 torneos, datos recogidos directo de las fuentes y sin intermediarios. En aquella época el sistema era distinto: no premiaba la cantidad de torneos jugados sino que calculaba promedios. Además había números irregulares, distintas maneras de contabilizar y recursos precarios.
En pleno proceso, cuando sus conocimientos matemáticos llegaron a un límite, Puppo se cruzó con Marian Ciulpan, un ingeniero informático y programador rumano que se convirtió en una pieza clave para llegar a la verdad. «Necesitaba a un Einstein que me explicara de forma científica y a nivel terrenal qué era lo que pasaba, no sólo con los puntos y los promedios sino también con los bonus points: en aquella época sumabas puntos extra si le ganabas a un jugador ubicado entre los puestos 1 y 24, sin importar en qué posición estabas. Ese tema complicó mucho los promedios», explicó el periodista en diálogo con Página/12.
Puppo y Ciulpan conformaron un sólido tándem para avanzar con la investigación, basada en los puntos de la época y no con el ranking actual. Y el periodista fue claro en ese sentido: «Es mentira que contamos los puntos de Vilas calculados con el sistema de hoy. Utilizamos los sistemas de cada año y no mezclamos naranjas con peras, como dijo Navratilova en su momento. Federer también dijo que estaba de acuerdo con ATP porque no se podía usar el sistema actual para analizar algo de los años ’70. Ambos estaban mal informados. Esto es como revivir el día a día de lo que pasó hace 45 años».
El resultado de la investigación es asombroso: la ATP sólo publicó 128 de las 280 semanas analizadas por Puppo y Ciulpan. Las 152 restantes quedaron vacías pero fueron otorgadas para a otros jugadores. El trabajo final arroja que Vilas ocupó el número uno real a partir del 22 de septiembre de 1975 durante cinco semanas consecutivas, hasta el 27 de octubre, fecha en que Connors volvió a recuperar la cima. Vilas retomó dos semanas más, el 5 y el 12 de enero de 1976, números que totalizan sus siete semanas en la cumbre. En pocas palabras, Connors acumula 268 semanas en la cúspide -quinto registro en la historia- pero muchas de ellas jamás fueron publicadas.
El argumento del organismo, sin embargo, es que sólo se tendrían en cuenta los números uno de las semanas publicadas. Por eso Chris Kermode, presidente de la entidad entre 2013 y 2019, le negó el reconocimiento oficial a Vilas sin tener contrapruebas para refutar la investigación. Puppo entiende que hay una falla en el argumento: «Si vamos a 1975, por ejemplo, que fue el año en el que Vilas tuvo mejor promedio, hubo sólo trece rankings publicados y el año tiene 52 semanas. Faltan 39 y no existe una explicación coherente para entender por qué se las dieron a un jugador si no están publicadas».
Y profundiza: «Jamás dijimos que hubo una trama secreta para perjudicar a Vilas. Es ilógico, imprudente, que se avale una historia imperfecta. De los seis años que investigamos sólo hubo un número uno que no fue visualizado por ATP, sólo uno fue invisible por los rankings que no se publicaron. No comprendo cuál es el fin de los dirigentes, por qué no aceptan la verdad, porque no existen dos verdades, es imposible. La historia es única, no se puede cambiar; pero sí, como digo en la película, se le puede ganar a la historia sólo cuando la historia está mal contada. Una cosa es historia y otra cosa no lo es; será una fábula, no sé, pero historia no es. La historia es una sola».
El documental expone la pelea de Vilas contra una corporación y contiene imágenes inéditas de sus inicios en Mar del Plata y el testimonio de varias leyendas, entre ellas seis números uno: Rod Laver, Björn Borg, Mats Wilander, Boris Becker, Roger Federer y Rafael Nadal. Lo más relevante es que todos ellos lo colocan a Vilas a su misma altura. Entre los entrevistados también aparecen el propio Ciulpan; el rumano Ion Tiriac, legendario coach del argentino; los periodistas Richard Evans, Christopher Clarey y Peter Bodo; el abogado Adrian Sautu de la Riestra, la pata legal del reclamo; y Gabriela Sabatini.
Con el correr de los años Puppo se transformó en un guardián de la lucha de Vilas, quien está radicado en Mónaco desde fines de 2016 junto con su mujer Phiang Khumueang y sus cuatro hijos. El periodista, quien inició este camino sin encomendación del jugador, es custodio de todo el inventario que Vilas acumuló durante su vida y tiene preparado el libro biográfico que saldrá tras la oficialización del número uno: «Ya presenté las pruebas que demuestran que Vilas fue el número uno y ellos no lo vieron. Quiero que la ATP me entienda«. La historia completa, el 27 en Netflix.
La revista que lo reconoció como el mejor
Guillermo Vilas construyó una carrera repleta de conquistas. Fue campeón del Masters 1974, ganador de cuatro Grand Slams -Roland Garros y el US Open 1977; y Australia 1978 y 1979-, totalizó 62 títulos de singles y animó la mesa chica del circuito grande durante una década.
En 1977, sin embargo, protagonizó la mejor temporada que cualquier tenista haya registrado jamás. Conquistó 16 títulos, un número que todavía es un récord; se consagró en Roland Garros y en el US Open; hilvanó 46 victorias en todas las superficies, otra plusmarca que nadie pudo romper; y logró 137 triunfos totales, otro registro imbatible.
Aquel año fue tan brillante que le valió aparecer en la tapa de la prestigiosa World Tennis, la revista que escogía al mejor del año con criterio periodístico. La publicación de ese momento, cuya historia es narrada en el documental, tituló: «Vilas es el número uno».
La construcción de una amistad
Con la investigación ya avanzada, Vilas le pidió a Puppo que escribiera el libro de su vida. Así transcurrió una relación que dejó de ser jugador-periodista y pasó a convertirse en una amistad. «El libro lo empecé en 2014. Lo trabajé de forma personal con Guillermo entre 2014 y 2016; después lo seguimos vía telefónica desde Mónaco. El libro ya está hecho; tuve que cortar muchísimo, lo consensuamos y lo corregimos con él, y ahora está terminado pero en stand by. El criterio que manejo es que el libro no se va a publicar hasta que no termine esta historia. El libro va de la mano de su número uno», explicó el periodista, autor de la Tetralogía Historia del tenis en la Argentina.
Las visitas a la casa de Vilas para las entrevistas del libro fueron clave en el nacimiento de una relación distinta: «Fui 96 veces; tengo el número exacto porque son las 96 grabaciones que hay, cada una de cuatro a cinco horas. No me siento un ángel guardián, pero como digo en la película, en ese final que me emociona mucho: es como conocer a alguien durante 40 años y después lo empezás a ver de otra forma y te das cuenta de muchas cosas, aunque vos creés que lo conocés desde hace 40 años. Eso es lo que sentí, porque ya no era el Vilas arrogante, el Vilas soberbio de sus mejores días, sino que pasó a ser alguien diferente».
«Hice todo lo que pude para resguardar esta misión que no me encomendó Vilas. Muchos dicen por ahí que yo cumplo un pedido un pedido de Vilas y que lo quiero sacar por escritorio, pero no voy a entrar en ningún intercambio estéril con personas que no tengan un sustento científico sobre este tema. Sólo lo voy a hacer con alguien que me presente pruebas que refuten la investigación, algo que le pedimos a la ATP con insistencia, pero seis años después de la primera presentación no han podido refutarla«, sentenció Puppo.
Fuente: Página12