Natalia Oreiro no puede disimular la emoción. Desde que se confirmó que personificará a Eva Perón en la miniserie Santa Evita, una producción de siete capítulos que comenzará a grabarse en mayo de 2020 bajo la dirección del colombiano Rodrigo García y que se verá recién el próximo año, poco y nada se supo de la actriz y cantante. Ninguna declaración, ningún adelanto.
Sin embargo, un llamado oportuno -aunque no tanto, ya que le interrumpe una de las dos clases de canto semanales que Oreiro toma desde hace años, esté en el lugar del mundo en el que esté- hace que Natalia se abra y comparta lo que puede decir de este proyecto, que es una coproducción de Non Stop y Buena Vista Original Productions (una división de Disney), hacedora de éxitos como Monzón, El secreto de Selena, El César y Hasta que te conocí. Y que involucra más nombres famosos, como Salma Hayek (en la producción ejecutiva), Darío Grandinetti (interpretará a Juan Domingo Perón) y Ernesto Alterio (será el Coronel Moori Koenig).
«Primero que nada, estoy agradecida -empieza a desentrañar Natalia Oreiro sus sensaciones-. Después, siento que es el desafío más grande de mi carrera artística. Y, por último, tengo que confesar que siento miedo ante tamaño personaje».
Natalia Oreiro y su primera prsonificación como Eva en una exótica fiesta de un multimillonario ruso, en 2017.
En rigor de verdad, Oreiro nunca había soñado con hacer el papel (como sí se puso entre ceja y ceja interpretar a Gilda, y lo logró en una exitosísima película, y como pretende interpretar alguna vez a la heroína de la independencia Juana Azurduy). Es más, hace unos años otros productores le habían ofrecido el rol de Evita y lo rechazó. «En ese momento, no sentí que tuviera la capacidad para hacerlo», dice con honestidad brutal.
Sí interpretó a Evita por un rato en 2017. Fue en la exclusivísima fiesta de cumpleaños del multimillonario ruso, Len Blavatnik. Con un vestido blanco y peinado con rodete, Oreiro (acompañada por Alan Faena, ataviado como Juan Domingo Perón) deslumbró a los invitados con su versión de Don’t cry for me Argentina, desde el balcón del castillo donde se realizaba la fiesta
¿Qué cambió entonces para que la actriz se decidiera a meterse en la piel de Eva? Que cuando a Natalia le propusieron audicionar para esta versión de Santa Evita -basada en el libro de Tomás Eloy Martínez– preguntó quién iba a dirigirla. Y le cerró por completo que fuera Rodrigo García, que además de ser el hijo de Gabriel García Márquez, es un director que ella admira y de quien vio buena parte de sus trabajos (nombremos algunos: 10 pequeñas historias de amor, Nueve vidas, Últimos días en el desierto, en cine; y capítulos de series como Los Soprano, Six Feet Under, Big Love e In Treatment, en TV).
«Pues bien, por octubre o noviembre de 2019 hice el casting. Fueron tres escenas distintas de Evita, que están en la serie. También tuve una charla de una hora con Rodrigo García, por Skype. Cuando me comunicaron que había quedado elegida, me quedé helada. Ahí empezaron a llegar el agradecimiento, el desafío y el miedo», dice Natalia que, a pesar de comenzar a rodar dentro de dos meses, dice estar «tomada emocionalmente» por el personaje.
Natalia Oreiro y su primera prsonificación como Eva en una exótica fiesta de un multimillonario ruso, en 2017.
«Ya me puse a leer y a ver todo lo que puedo sobre Eva Perón, me parece la mujer más importante a nivel espiritual y político de toda la historia, por eso tal vez dudé tanto en hacerla -analiza Oreiro-. Pero ya tengo el corazón, el alma y el cuerpo puesto en ella».
Fiel a su obsesivo método para encarar sus personajes, Natalia comenzó a trabajar con tres personas distintas para hacer de Evita: un coach vocal, un coach actoral y también otra actriz, para estudiar diversos aspectos de la composición.
También un amigo anticuario empezó a proveerle artículos de vestuario y objetos de las décadas en las que Evita vivió hasta convertirse en una figura ineludible de la historia argentina.
Y se ríe cuando se le pregunta por el color de pelo. «Claro que me voy a teñir del color que requiera el personaje. Leí por ahí que yo había exigido pelucas rubias para no lastimar mi cabello. Jajaja, no me conocen nada. Tuve el pelo de un montón de colores distintos por cada uno de mis personajes. ¿Mirá si no me voy a teñir por Evita, que es lo más importante que me toca actuar?».
Pero el pelo, dice, es «un detalle. Lo importante es el todo: poner la voz, el cuerpo, el corazón, el alma… Por eso te digo que estoy tomada emocionalmente por Evita».
Santa Evita contará con más nombres argentinos en su staff. El director teatral, guionista y director Alejandro Maci figura como codirector de Rodrigo García. Y la adaptación de la novela de Tomás Eloy Martínez está a cargo de Marcela Guerty y Pamela Rementería.
La trama sigue la intrigante historia de Eva Perón después de su muerte (el 26 de julio de 1952), cuandosu cuerpo se mantuvo a la espera de ser enterrado en un monumento que nunca se concretó. En 1955, las fuerzas militares argentinas derrocaron al General Perón y ocultaron el cadáver de Evita durante 19 años, para evitar que se convirtiera en un arma contra el régimen. Santa Evita -dicen los productores- es la historia de un cuerpo sin tumba y de la leyenda que creció en torno a él.
Mientras espera el comienzo del rodaje, los días de Natalia Oreiro son bastante movidos, en cuanto a cine se refiere. En abril estrenará La noche mágica, la opera prima de Gastón Portal, en la que también actúan Diego Peretti, Pablo Rago y Esteban Bigliardi. En mayo será el turno de Reinas salvajes, de Matías Luchessi, que protagoniza junto a Mercedes Morán. Y en agosto se estrena Hoy se arregla el mundo, de Ariel Winograd, con Leonardo Sbaraglia, en la que Oreiro hace una pequeña aparición.
En tanto, la vida familiar sigue viento en popa, con su hijo Merlín creciendo y su marido, el líder de Divididos Ricardo Mollo, «justo en este momento yéndose a ensayar».
Fuente: Clarín