“Con dolor despedimos a la actriz Henny Trayles, dueña de una importante trayectoria artística en cine, televisión y teatro”, informó este jueves la Asociación Argentina de Actores en su cuenta oficial de Twitter, e informó que el deceso se produjo el 17 de febrero en la provincia de San Luis. La intérprete, que hizo reír y emocionar a varias generaciones, tenía 84 años.
Su nombre real era Henny Trylesinski. Nació en Hamburgo, Alemania, en 1937, y cuando tenía un año y tres meses huyó junto a su familia -un padre sastre, una madre ama de casa y dos hermanos mayores- a Uruguay, país que se convirtió en su segunda patria. “Mi vida es propia de un libro de Historia”, resumió en una entrevista.
Allí, en Montevideo, inició su trayectoria artística a los cuatro años y comenzó a formarse en varias disciplinas: ballet, arte dramático y acrobacia. Desde 1955 hasta 1962 brilló en el teatro independiente montevideano, en puestas de clásicos como Los Cuernos de Don Friolera, Lisistrata, La Fierecilla Domada, Doña Rosita la Soltera, La Estrella de Sevilla, Amorío, Locos de Verano y El Juglar del Mundo Occidental. Su talento y su falta de prejuicios la llevaron también a formar parte de espectáculos de revista.
En 1962 se incorporó a la versión original de Telecapaplum y un año más tarde desembarcó en la Argentina para protagonizar junto a Ricardo Espaltrer, Enrique Almada, Eduardo D’Angelo, Berugo Carámbula, Raymundo Soto, Andrés Redondo, Emilio Vidal, Julio Frade, Gabriela Acher y Edda Díaz la versión local de aquel suceso de la televisión uruguaya.
“Agripita” fue uno de sus personajes con los que ganó un gran reconocimiento popular junto a “los uruguayos”. Con ellos protagonizó luego Telecataplum, Jaujarana, Comicolor, Hupumorpo e Hiperhumor.
Para evitar conflictos entre los dos países que se la “disputaban”, la actriz solía decir que se consideraba “rioplatense”. Lo cierto es que ya instalada en Buenos Aires, se convirtió en una de las comediantes más buscadas. Así, su histrionismo hizo que se luciera también en clásicos de la pantalla chica como Calabromas, la versión de Mi cuñado que encabezaron Ricardo Darín y Luis Brandoni en los años 90, Trillizos, Como vos y yo, Franco Buenaventura, Infieles, Costumbres argentinas y La niñera.
El público infantil sufrió y se río junto a ella en Floricienta, donde personificó a Greta, el ama de llaves alemana tan estricta como tierna que protegía a los más pequeños de la casa, pero también era víctima de muchas de sus diabluras. De hecho, el nombre de su personaje en la tira protagonizada por Florencia Bertotti y Juan Manuel Gil Navarro se volvió tendencia en Twitter minutos después de que se diera a conocer la noticia del deceso de la actriz.
Trayles también participó de Hechizada, Acompañantes, Código Rodríguez, Buenos vecinos, Verano del 98, Graduados, Todos contra Juan y Viudas e hijas del rock and roll.
En teatro, brilló en Agripita contra todos -su primer unipersonal-, Caracol Col Col, Cuando Harry conoció a Sally, Mamá, La jaula de las locas, ¿Me permite una sonrisa?, Si no fuera por esto, 101 dálmatas, Cómo ser una buena madre (la idishe mame), Madre coraje, Traylesnik, El Chucho, Locos de verano, Doña Rosita la soltera, Don Friolera, La fierecilla indomable, entre otras obras.
En cine, debutó en 1961 en Piel de verano y después vendrían Suspiros del corazón, Disputas en la cama, Jacinta Pichimahuida se enamora, Yo también tengo fiaca!, Gran Valor, Samy y yo, Rompecabezas y La industria del matrimonio, entre otras.
A pesar de que nunca estuvo en sus planes regresara su Alemania natal, después de meditarlo y consultarlo con sus hermanos, decidió aceptar, en 2000, una invitación del gobierno de aquel país. “No quería volver; pero el gobierno alemán nos invitó a los que nos habíamos tenido que ir, para demostrar que estaba todo bien. Y fui con mis hermanos. Fue un lindo viaje y agradecí a mi padre haberse dado cuenta de la necesidad de escapar en aquel momento, contó tiempo después.
Muy cuidadosa de su vida privada, la actriz respondía con picardía cuando en alguna entrevista se imponía la pregunta sobre la maternidad: “Tengo a mis amigos, a mis ex parejas… a todos, de hijos”. En los años setenta, no pudo evitar que los medios se hicieran eco de su relación con el dramaturgo, actor y realizador Ricardo Talesnik, con quien formó además una exitosa dupla creativa. “Esto empezó con la obra Traylesnik, en el 74. Yo estaba bastante de moda después del éxito de La fiaca y Henny era la actriz que iba a tener su espectáculo… Yo tomaba un rol muy totalizador, de director, escritor… Y ella iba a ser la actriz que se iba a someter mansamente… Y no fue así”, resumió, entre risas, Talesnik en una entrevista. El afecto entre ellos sobrevivió a la pareja, y una vez terminado el romance volvieron a subir a escena juntos en varias ocasiones.
Desde chica, Trayles, observó que los actores cómicos solían tener una vida taciturna cuando se bajaban del escenario y las cámaras se apagaban. Por eso, tomó una fuerte determinación: eso nunca le sucedería. A pesar de la fuerte historia de su familia -”Mi casa estaba signada por la tristeza; perdimos familiares en Europa”, explicaba- decidió armarse de herramientas para cumplir su cometido. Así, comenzó a investigar y a estudiar sobre la incidencia del humor en la vida cotidiana. Con el tiempo, terminaría dictando ella mima talleres de Humor y Valores a sus compañeros actores, pero también a personas que padecían enfermedades graves y al público en general. Allí, hacía hincapié en “los valores cotidianos, de la gratitud, del pedir por favor, del amor”.
“Lo importante es no tomarse todo a la tremenda y ser capaces de reírse de sí mismos. En la vida todo pasa, es un juego. Yo trato de vivir así; no es que tengo todo resuelto, pero tomo esa actitud frente a la vida”, expresaba.
Fuente: La Nación