Todo aquel con más de 40 años disfrutó en algún momento de sus imágenes brillantes de trazos redondeados. El dibujante argentino Guillermo Mordillo, un ícono del humor gráfico que fue en los 70 el más publicado a escala global, murió este domingo en Mallorca.
Hijo de españoles, Mordillo nació en Villa Pueyrredón el 4 de agosto de 1932. Su papá era electricista y su madre empleada. A los 13 años se decidió a dedicarse al dibujo. Egresado como ilustrador de la Escuela de Periodismo, a los 23 años se mudó a Lima, Perú, donde trabajó en una agencia de publicidad.
Guillermo Mordillo
Luego de cinco años, se trasladó a Nueva York, donde fue contratado por la Paramount. Le encargaron los movimientos de Popeye para el cine. El estudio estaba pasando por una crisis económica y para ahorrar hacían un tipo de animación en la que solo se movían las expresiones del rostro y los brazos.
Mordillo quería hacer animación completa y aprtió rumbo a París. Durante tres años se ganó la vida haciendo tarjetas de salutación. Luego intentó con el humor para la prensa gráfica. Como no dominaba el francés, los hizo mudos. Décadas más tarde diría en una entrevista: “Hablo cinco idiomas pero el que mejor hablo es el del dibujo, que es universal”.
Una ilustración de Guillermo Mordillo. (Facebook Guillermo Mordillo)
Sus ilustraciones en la afamada revista París Match fueron el disparador de una carrera mundial. Sus viñetas fueron luego reproducidas por la revista alemana Stern y de allí a publicaciones de todo el mundo.
Ya consagrado, repartió su vida entre París y Mallorca. Estaba casado con Amparo Camarasa y tenía dos hijos, Sebastién y Cécile.
Una de las obras de Mordillo. (Facebook Guillermo Mordillo)
En la Argentina, fue galardonado con el premio Konex en 1992 y con la medalla de oro de la Asociación de Dibujantes Argentinos.
Fuente: Clarín