La noche anterior a este breve encuentro en Los Angeles con Clarín, Matt Damon llegaba a la alfombra roja del Teatro Chino para el estreno en Hollywood de su nueva película del brazo de su esposa argentina. Luciana Barroso lucía fantástica en un vestido rojo que contrastaba con el traje negro del actor y los autos de carrera monocromáticos que se exhibían en el famoso Boulevard de las estrellas para promocionar la película Contra lo imposible, protagonizada por Matt y Christian Bale.
“Estoy muy orgulloso de tener una esposa argentina, es un país increíble, me considero un argentino honorario”, nos responde Damon cuando le preguntamos cuánto ha influido ella en transmitirle nuestra cultura. Comenta que ha viajado antes porque Lucy (como la lleva tatuada en el brazo junto al nombre de sus cuatro hijas) tiene ahí a su familia, pero que para estas fiestas no cree que puedan ir. “Será pronto, estamos en eso” dice atento. Pocos actores tan amables en Hollywood como Matt Damon. Y tan talentoso. Damon y Bale son dos de los grandes actores de su generación, asegura James Mangold, el director que los unió en una película que alguna vez fue pensada para ser interpretada por Brad Pitt y Tom Cruise.
“Escuché ese rumor, pero yo no estaba todavía en el proyecto, estaba interesado en dirigirla desde que leí el guión en 2011, pero había otros directores apalabrados. Finalmente no se hizo y por suerte me tocó a mi”. Mangold, director de Logan y Johnny & June – Pasión y locura, había trabajado con Bale en El tren de las 3:10 a Yuma y conoce a Damon desde hace por los menos dos décadas. “No dudé un segundo, aunque ellos nunca habían trabajado juntos supe que la química iba a estar ahí”.
La película, que llega a los cines argentinos el jueves, y el fin de semana como gran contendiente en la próxima entrega de los Oscar en los Estados Unidos, une una historia real que envuelve a estos dos personajes que recrean Damon y Bale, dos corredores, uno de Texas y un británico, que tratarán de hacer realidad el sueño del estadounidense Henry Ford II de ganarle a la imbatible escudería italiana Ferrari en las praderas francesas de las 24 horas de Le Mans.
Christian Bale, de ser Batman a interpretar a al británico Ken Miles. FOTO: FOX FOTO: FOX
Ambos actores acostumbran desparecer en sus personajes y eso pasa en Contra lo imposible. Damon adopta un acento y un sombrero texano para convertirse en Carroll Shelby, un tenaz estadounidense que consigue ganar en Le Mans en 1959, pero debe dejar de correr por exigencia médica. “Shelby se tiene que reinventar como diseñador de autos de carrera ahora que ya no pude correrlos, y Matt Damon también debe buscar nuevos horizontes todo el tiempo, porque ha sido estrella de cine las últimas décadas”, reflexiona el director .
Para el buen funcionamiento de esta historia cinematográfica, a Shelby le sale un compañero en Ken Miles, un corredor británico que sabe mucho de autos y que es un tanto arrogante y temperamental. A Christian Bale no le gusta eso de ser estrella de cine, asegura Mangold, y tiene varios puntos de contacto con Ken.
La historia hace que en 1963 Henry Ford II decida pedirle a Shelby ayuda para tratar de vencer a la escudería Ferrari en las rutas de Le Mans. Ford está decayendo en ventas domésticamente y un ejecutivo, Lee Iacocca, le recomienda meterse en el mundo de las carreras para atraer a la juventud.
Matt Damon esCarroll Shelby, el texano que ganó Le Mans 1959. FOTO. FOX FOTO: FOX
Shelby necesita a Miles para que maneje sus prototipos, ya que él no puede hacerlo, pero un vicepresidente de Ford lo rechaza a Ken por antisocial y, así las cosas, la pelea entre ambas escuderías en 1966, recreada por la cámara del director de fotografía favorito de Mangold, Phedon Papamichael, será épica.
Hay un par de escenas más que interesantes. En una, Shelby y Ken pelean con los puños. Los dobles de Damon y Bale hacen casi todo el trabajo sucio. Ellos sólo tienen que seguir una coreografía especial. Damon le ha contado a Bale que en la escuela secundaria su amigo Ben Affleck se peleó para defenderlo a él con un grandote que le hacía bullying. “Que no cuente conmigo”, bromea el británico. “No va a pasar”.
El director James Mangold, en una foto de archivo, cuando rodó «Johnny & June – Pasión y locura», con un joven Joaquin Phoenix. CLARIN
La buena onda se palpa entre ellos. ”No habíamos trabajado juntos antes, pero no necesitamos más que unas tomas para aclimatarnos, no fue necesario un período de gestación, la relación se hizo fuerte desde el primer día”, cuenta Matt Damon. Aunque aquí los que manejan en serio son corredores que a la vez son dobles, a Mangold le gusta que sus actores sientan el olor y escuchen los ruidos de los autos. “Me gusta el romanticismo de pensar en esos hombres que tomaban riesgos tan altos manejando a más de 300 kilómetros por ahora en esos autos que parecían latas”.
Damon, que llegó manejando un Shelby Cobra como el que inventó el Shelby real al programa de autos de Jay Leno, comenta que su primera experiencia con automóviles fue filmando la saga de Jason Bourne. Christian Bale tuvo que ir a Arizona y entrenar una semana con un conductor legendario. Y le encantó. Mangold consiguió hacerles entender a ambos que ser corredores de auto en serio sería muy complicado.
Bale cuenta que uno de los primeros desafíos fue adelgazar, ya que venía de haber ganado kilos para realizar el papel del vicepresidente de George W Bush, Dick Cheney, en El vicepresidente: Más allá del poder. “Tuve que dejar de comer y adelgazar rápido, estos autos que se corrían en los ’60 son muy chiquitos. Es impresionante lo que hacían estos conductores” , se saca el sombrero.
Ninguno de los dos protagonistas conoció a los hombres que recrean. Pero le tomaron el gusto a la sensación de velocidad que les propuso el director.
NI Bale ni Damon conocieron a los hombres que interpretan. FOTO: FOX FOTO: FOX
“Buenos conductores y una excelente segunda unidad de filmación, nosotros no necesitamos más que eso, pero estos conductores corriendo por rutas solitarias, dándose vuelta y prendiéndose fuego, el riesgo, la adrenalina, todo lo que hacían era impresionante”, se admira Matt Damon, y porque sabe que han capturado esa esencia, es que invita a ver la película.
Cuando el Oscar es otra carrera posible
Matt Damon y Christian Bale están protagonizando una película sobre corredores de autos que muchos consideran tiene grandes chances de conseguirles a ellos un asiento de primera fila en la carrera por el Oscar. Algunos especulan con que Damon, en el papel de Carroll Shelby, el hombre que le inventó a la Ford el modelo GT 40 que les permitió competir contra la escudería de Enzo Ferrari en Le Mans, consiga una nominación como protagonista de la película. Y que su coequiper, Christian Bale, podría obtener una posible nominación como mejor actor de reparto por su interpretación de Ken Miles, el británico que manejó ese auto en 1966 para tratar de conseguir la hazaña. David versus Goliath.
El director James Mangold se opone a esta idea. El cree que tanto Damon como Bale van a competir en la categoría de mejor actor. “Porque se lo merecen y porque es honesto que así sea”, argumenta. “Me parece patético cuando buscando algún premio los actores que son protagonistas van por la categoría de actor de reparto. Los dos son protagonistas en la película . Es lo que tiene que ser”.
Bale y a Damon, mientras tanto, acuerdan que el tema del Oscar y sus posibles ramificaciones por ahora cumplen un rol secundario.
“Más que nada queremos que la gente vaya a ver la película”, dice Matt Damon.
“Nos propusimos hacer la mejor película posible y creo que Jim (Mangold) ha hecho un filme increíble. Y ese es nuestro objetivo. Todo lo que pase después será fantástico e increíblemente grato”, reflexiona Christian Bale.
Fuente: Clarín