Apenas unos días después de haber concurrido a la boda de su amigo Ben Affleck con Jennifer Lopez, Matt Damon llegó a Buenos Aires junto a su esposa, la salteña Luciana Barroso y sus hijas Isabella, Gia y Stella. Este viernes, el grupo familiar disfrutó de una merienda en una de las confiterías más emblemáticas de la ciudad, y este sábado fue visto durante un distendido paseo por las calles del barrio de Palermo.
En las imágenes que compartió Fernando Arredondo, el encargado de la tradicional confitería porteña en su cuenta de Instagram, se puede ver al actor posando sonriente junto a su esposa y el personal, y también recibiendo un vino como presente. “Muchas gracias”, se lo escucha decir, en perfecto castellano.
Este sábado, en tanto, Damon, Barroso y sus tres hijas decidieron disfrutar del buen clima de la ciudad, y salieron a pasear por las calles de Palermo. Sonriente, el actor se movió entre la gente en todo momento sin custodia, a “cara descubierta” y a plena sonrisa.
De acuerdo a la información obtenida por este medio, el actor arribó a la Argentina para un proyecto vinculado a entrevistas para una plataforma de contenidos por streaming.
Lejos de esconderse, en su estadía, tanto Damon como su familia decidieron disfrutar de algunas de las propuestas gastronómicas porteñas. El martes, por ejemplo, cenaron en un restaurante de la calle Suipacha, vieron un partido de fútbol y el actor también posó para una foto a pedido de uno de los mozos del lugar.
Esta no es la primera vez que la estrella de Hollywood visita el país natal de su esposa. En agosto de 2021, el actor habló del impacto que le provocó asistir a un partido de fútbol del equipo del que es hincha la familia de Barroso, Boca Juniors.
En una entrevista con Hot Ones Damon expresó: “La cosa más loca que he visto sin lugar a dudas fue un partido de fútbol en Argentina. Mi esposa es argentina, fuimos a pasar una Navidad hace 11 o 12 años. Su familia es hincha de Boca Juniors, que es un equipo muy popular en Buenos Aires y debía jugar una final. Le dije al tío de mi esposa, ‘Hey, ¿podemos ir a ver este partido?’. Y él se puso muy serio y dijo: ‘Podemos ir, podemos ir… Sin mujeres ni niños’. Yo dije ‘¿Qué?’. Yo pensaba en llevar a los chicos. Pero entendí por qué no era una buena idea cuando fuimos”.
Damon sumó: “Tuvimos que pasar por tres controles policiales. Había vallas con alambre de púas. Era una locura total. Había policías con equipo antidisturbios. Si esto fuese el campo, la gente estaba sentada aquí y aquí. De los dos lados. Pero no había nadie sentado aquí, en los mejores asientos. Porque ese era un lugar a donde la gente podía arrojar cosas y golpearse”.
Y más allá de que Boca resultó el vencedor, Matt se encontró con más dificultades. “Nuestro equipo ganó, los fans del otro equipo se estaban yendo y mientras levantaban el trofeo yo dije, ‘Deberíamos irnos’. Pero debíamos quedarnos allí porque necesitaban tiempo para que el otro equipo se vaya del barrio. Había que darles como 45 minutos para eso. Cuando nos dejaron salir, en realidad nos retuvieron como en una especie de jaula, pregunté ‘¿Qué esperamos ahora?’. Y me dijo que aún necesitaban otros cinco minutos para que se vayan. Fue realmente loco”, concluyó.
El partido del que hablaba fue una final que tuvo lugar en el estadio de Racing Club entre el equipo Xeneize y San Lorenzo.
Años antes, en 2016, Damon se había referido a su devoción por Boca Juniors. “Aún soy hincha de Boca Juniors. Quiero seguir formando parte de mi familia”, reafirmó entre risas, haciendo referencia al fanatismo de los Barroso por el equipo porteño.
Fuente: La Nacion.