Mucho se especuló en las últimas semanas sobre la final de MasterChef Celebrity, grabada el 23 de diciembre. Los rumores en torno a quién había sido la ganadora, si Analía Franchín o Claudia Villafañe dividieron las aguas, y generaron todo tipo de chimentos. El más fuerte fue que, luego de evaluados los platos, había dos resoluciones grabadas: la primera dando por triunfadora a la panelista, la segunda dando por ganadora a la empresaria.
El lunes, minutos después de haber terminado el certamen, y en diálogo con Marcelo Polino, Villafañe contó lo que realmente pasó: «Fue tal cual eso. Una vez que terminamos de cocinar, salimos del piso y limpiaron todas las mesadas y lo que habíamos ensuciado. Antes de entrar nos llamaron de producción, nos dijeron que querían grabar dos finales y nos dieron sus motivos, que no querían que se filtrara quién iba a ser la ganadora».
Con ese precepto, y sin entender demasiado cuál sería el criterio de evaluación para emitir una resolución u otra, ambas concursantes se sometieron a la decisión del jurado.
Como se pudo ver el lunes en el programa final, las devoluciones fueron tan parejas que de ser por el análisis de Donato De Santis, Damián Betular y Germán Martitegui, el premio podría haber ido para cualquiera de las dos. La duda que quedó flotando es: ¿cómo habría funcionado la estrategia si alguna de las dos fallaba en sus preparaciones?
La ganadora de MasterChef Celebrity siguió explicando, divertida: «Con una moneda decidimos entre Analía y yo quién era la primera que ganaba y salió ella. Se anunció, tiraron papelitos, todo como se vio. Después tuvieron que barrer e hicieron lo mismo conmigo. Hasta hoy, que se emitió el programa, ninguna de las dos sabía qué había pasado».
Este hermetismo tuvo como virtuoso coletazo que tanto Villafañe como Franchín vivieran el desenlace con la misma emoción que el resto, con mensajes cruzados durante la emisión, el llanto del pequeño hijo de la panelista cuando la tele no le confirmó lo que él había visto en vivo, y la alegría de Dalma y Gianinna que celebraron tirando a su madre a la pileta: «vestida, con zapatillas y todo, me sacaron solamente el celular. Casi las mato».
Fuente: La Nación