A dos días de la muerte de Verónica Forqué, se dio a conocer la causa de su deceso: de acuerdo a lo informado por Europa Press, la actriz española de 66 años se quitó la vida en su departamento de Madrid. El estudio forense, en tanto, arrojó que presentaba una lesión traumática en el cuello y que su cuerpo estaba limpio de sustancias.
Por lo tanto, se informó que murió como consecuencia de “una asfixia mecánica del cuello por ahorcadura, no habiéndose encontrado ningún otro hematoma ni tampoco ningún indicio que apunte a la ingesta en las horas previas al fallecimiento de ninguna sustancia”.
La actriz española, reconocida por sus trabajos con el realizador Pedro Almodóvar como ¿Qué hecho yo para merecer esto? y Kika, fue encontrada el lunes en su departamento de Madrid y la primera hipótesis apuntaba a que se había quitado la vida. Una persona llamó a emergencia apenas pasado el mediodía para avisar de un intento de suicidio en una vivienda ubicada en el número 7 de la calle Víctor de la Serna; agentes sanitarios se desplazaron al domicilio, donde pudieron confirmar el fallecimiento.
La última aparición de Forqué fue en el programa de cocina de TVE MasterChef Celebrity, que decidió abandonar por agotamiento a mediados de noviembre. “La verdad, estoy regular. Necesito descansar. En la última prueba de cocina por equipos me agoté. Yo no soy de tirar la toalla. Pero esta vez hay que ser humilde y decir ‘No puedo más”, declaraba en su regreso al programa, cuando se despidió de la audiencia. “Soy consciente de que la gente me quiere. Es algo que valoro mucho, que cuido porque es un precioso regalo. No soy una persona complicada y creo que tengo buen carácter. Es algo que he ido trabajando y eso la gente lo nota”, declaró en una oportunidad la hija del productor y director José María Forqué, quien la hizo conocer los sets de filmación desde pequeña.
«Hay que ser coherente, procuro serlo, humilde y si no puedo más no puedo más. Mi cuerpo y el universo me estaban diciendo necesitas parar», así ha sido la renuncia de Verónica Forqué a continuar en #MCCelebrity https://t.co/5KB3O2GWnE pic.twitter.com/80YgFRhu70
— MasterChef (@MasterChef_es) November 22, 2021
Además de sus colaboraciones con Almodóvar, Forqué forjó una fructífera carrera con otros grandes realizadores. Con Fernando Trueba filmó Sé infiel y no mires con quién y El año de las luces (que le valió su primer premio Goya); con Fernando Colomo, en Bajarse al moro (la única vez que siendo candidata al Goya no lo ganó) y La vida alegre; con Manuel Gómez Pereira trabajó en Salsa Rosa, ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? y Reinas; y con Luis García Berlanga en Moros y cristianos. Asimismo, durante más de tres décadas trabajó junto a su exmarido, Manuel Iborra, en films como Orquesta Club Virginia, El tiempo de la felicidad, Pepe Guindo, Clara y Elena y La dama boba.
Con Iborra terminó su relación en 2014 y tuvo una hija en común, la artista María Forqué. “No he descubierto la libertad hasta los 59 años. Yo salí de casa de mis padres con 21 años, y siempre he vivido con alguien, los últimos con el padre de mi hija hasta que me separé. Nunca había probado la libertad. Yo, seguramente no lo he sabido hacer bien y me he pasado la vida pidiendo permiso, que es algo que hablo mucho con mi psicoanalista. Ahora tengo la vida hecha, no tengo que descubrir la pólvora y hago lo que quiero. Estoy feliz. No pido más”, decía.
En una entrevista con el diario El PAÍS en abril de 2019, en la promoción de la obra El último rinoceronte blanco, hizo referencia a cómo la experiencia de trabajar en teatro la había ayudado. “Yo pasé una depresión muy dura hace cuatro años”, contaba en 2019. “Y la pasé en el escenario. Fue el teatro lo que me dio la vida. Eran las dos únicas horas del día en las que me olvidaba de todo. He sido más feliz en el escenario que fuera de él. El teatro te obliga a evadirte de tu propia realidad porque te exige una enorme concentración y eso es maravilloso”.
El último adiós
Este miércoles, familiares, amigos y colegas se acercaron al Tanatorio de San Isidro en Madrid para darle el último adiós a la actriz en una despedida más íntima, en la que se pudo ver a su hija, María, acompañada por su pareja. Por otro lado, en el Teatro Español se instaló una capilla ardiente y allí se pudo ver a Almodóvar, quien brindó declaraciones a la prensa.
“Yo pensaba que tenía armas más que suficientes para luchar contra estos problemas, pero la realidad nos dice que no. Lo único que pienso es que si ya había gente a su alrededor que la encontraba que no estaba bien me cuesta mucho creer que no hayan podido hacer algo para evitarle un final que no es Verónica, no reconozco a esta mujer en ese final. No es la Verónica que yo he conocido”, dijo al arribar a la capilla el director manchego.
Por otro lado, Almódovar la recordó como una persona “muy sensible y realizada, tanto en lo profesional como en lo personal”, e hizo hincapié en lo vital que es brindarle un reconocimiento “en un lugar apropiado como el Teatro Español”.
“Era una mujer especialísima porque el modo de actuar de ella, además de la excelencia, era inclasificable, y eso le llegaba a todas las edades y a todo tipo de personas. Es la actriz que más capacidad ha tenido para hacer reír y como persona era buenísima, una especie de ángel. Era la única persona a la que nunca hubiera imaginado un final como el que ha tenido”, añadió conmovido.
Fuente: La Nación