Michelle Pfeiffer, una actriz con un brillo difícil de olvidar (AFP)
A pesar de ser una actriz consagrada en Hollywood, Michelle Pfeiffer se las arregla para pasar desapercibida. Guardiana absoluta de su privacidad, pero totalmente cautivadora en pantalla, la actriz ha recorrido un largo camino desde su desembarco en Hollywood en los años ’80. Fue nominada tres veces a los Oscar y ha llevado de manera ejemplar las riendas de su carrera, apretando el acelerador profesional o anteponiendo su vida privada cuando lo ha querido.
Su encanto resultó para ella un conflicto en sus inicios ya que le cerró las puertas hacia algo más serio en el cine, siendo percibida por los directores de casting como una mujer de gran belleza pero sin demasiado talento, incluso años después del papel con el que se dio a conocer en “Scarface”, película en la que compartió cartel con Al Pacino en 1983, y que le pavimentó el camino al éxito.
Pfeiffer fue en su época una de las actrices más buscadas por los directores y productores y llegó a estar entre las mejores pagadas pero nunca recibió un entrenamiento actoral formal. Es artista por vocación y determinación. “Nunca pasé por Juilliard. Sólo estaba sobreviviendo y aprendiendo en frente del mundo. Así que siempre he tenido la sensación de que algún día iban a descubrir que soy un fraude, que en realidad no sé lo que estoy haciendo”, decía la actriz que protagonizó películas como “Relaciones peligrosas” (1988), “Batman Returns” (1992) y “La edad de la inocencia” (1993).
También es famosa por haber dejado escapar algunos de los papeles femeninos más potentes de la época en películas inolvidables como “Pretty Woman”, “Thelma y Louise” o “El Silencio de los Inocentes”, que llevaron a la fama a Julia Roberts, Geena Davis y Jodie Foster, respectivamente.
Ahora que sus hijos son mayores ya viven solos, Michelle ha dejado claro que ha vuelto para quedarse. “Me he dado cuenta de que no he terminado. Tengo mucho más que hacer y que decir. Nunca seré de las que se retira”, decía la actriz de 63 años en un entrevista con The New York Times. Desde el año 2017 su carrera ha retomado impulso con películas como “Mother”!, junto a Javier Bardem y Jennifer Lawrence y la remake de “Asesinato en el Orient Express”. Y se animó al universo de los superhéroes con “Ant-Man y la Avispa”, de la que está rodando una secuela, tomándole tanto gusto al género con los “Vengadores: Endgame”. También participó en la secuela de “Maléfica” junto a Angelina Jolie y Elle Fanning.
Hoy le importa muy poco al paso del tiempo, dice. “La pérdida de la juventud, la perdida de la belleza, definitivamente causa estragos en tu psiquis. Ciertamente hay un proceso de duelo, pero es liberador”. Desde su cuenta de Instagram comparte fotos suyas sin maquillaje. Y se irrita cada vez que lee en los medios frases como “se ha reinventado” o “sortea el paso del tiempo”, lo cual asegura, no ocurre con sus compañeros masculinos en Hollywood: “Nunca dicen eso de los hombres”.
Abducida por una peligrosa secta
Michelle Pfeiffer en la premiere de “Maleficent: Mistress of Evil» en 2019 (Photo by Axelle/Bauer-Griffin/FilmMagic)
Michelle Marie Pfeiffer creció en el condado de Orange, en California. La futura actriz tuvo una infancia feliz y sin grandes preocupaciones. Transcurrió en el hogar de una ama de casa y de un padre dedicado a vender equipos de aire acondicionado, a quien ayudaba siendo muy jovencita. Pero le dio muchos problemas a sus padres durante su adolescencia. No quería estudiar y faltaba a clases para pasar las tardes con sus amigos surfistas o tomar sol en la playa.
Trabajó como encargada de una tienda de ropa y cajera en un supermercado. Sin saber muy bien por qué se presentó en un concurso de belleza y salió sexta. Una oportunidad que le abrió las puertas para mudarse a Los Ángeles. Si bien puede parecer más la trama de una película que protagonizaría que la vida real, su llegada a Hollywood con tan solo 20 años no fue lo que esperaba y confió en las personas equivocadas. Pfeiffer fue víctima de una peligrosa secta que creía en el “respiracionismo”, que afirma que es posible vivir sin ingerir comida ni agua, solo alimentándose de la luz solar para así purificar el espíritu.
“Era bastante joven y estaba muy sola”, contó a The Telegraph en 2013. La actriz conoció a una pareja que la inició en este tipo de vida. Al principio la obligaron a seguir una dieta vegetariana, contó la actriz, pero al poco tiempo la sometieron a un régimen “imposible de seguir”. “Eran muy controladores. Yo no vivía con ellos, pero pasaba mucho tiempo allí y siempre me decían que tenía que ir a verlos más. Cada vez que los visitaba, tenía que pagar, así que económicamente se estaba convirtiendo en mi perdición”, recordó.
Pfeiffer encontró la salida cuando conoció a quien después fue su marido, el actor Peter Horton. Ella lo ayudó a preparar su papel en una película sobre la secta Moon, el nombre dado a los seguidores de la Iglesia de la Unificación del Reverendo Moon Sun Myung. Al acompañarlo a hacer entrevistas a los seguidores de este culto, la actriz se dio cuenta de que lo que ella vivía era exactamente eso. “Cuando oí cómo describían la manipulación psicológica, supe que yo estaba en una secta”.
Romances frustrados y una vida familiar anhelada
Michelle Pfeiffer y su ex esposo, Peter Horton (Photo by LGI Stock/Corbis/VCG via Getty Images)
En 1980, Michelle – de 22 años en ese entonces- conoció al actor Peter Horton en una clase de actuación en Los Ángeles. Tras un breve noviazgo, se casaron en California. Estuvieron ocho años juntos, hasta que en 1988 decidieron divorciarse. Años después, la actriz reflexionó sobre su primer matrimonio. ”Me casé con Peter cuando era muy joven. Incluso a veces me olvido que estuve casada antes. No se lo dije a mis hijos durante mucho tiempo”, señaló la actriz en diálogo con Parade.
En el mismo año de su divorcio, la actriz filmó “Relaciones peligrosas”, una de las películas más importantes de su carrera junto a dos grandes de la actuación: John Malkovich y Glenn Close. La química sexual en pantalla con su coprotagonista se trasladó a la vida real. Detrás de escena, la actriz vivió un culposo romance con Malkovich, que estaba casado con la fallecida intérprete Glenne Headly, de quien se divorciaría también ese año.
“Su matrimonio se estaba quebrando”, reveló posteriormente el director de la película, Stephen Frears, en una entrevista con The New York Times. “Durante la película, John tuvo un affaire con Michelle. ‘Relaciones peligrosas’ habla sobre las traiciones, las mentiras y el quiebre de los vínculos. Fue uno de esos momentos en los que la realidad y el arte se conectaron. Creo que fue muy abrumador para él, incluso siendo un hombre que encuentra placer en portarse mal. Honestamente fue muy difícil para John atravesar todo eso”, recordó el realizador.
El affaire Malkovich-Pfeiffer no duró mucho después del final del rodaje. Nadie sabe cómo terminó la aventura. La actriz nunca habló de ello en público, y para Malkovich, su romance con su colega es ahora casi como un recuerdo borroso. Aunque reconoce que todavía no entiende cómo se pudo haber fijado en él. “Todavía me cuesta creer que Michelle Pfeiffer siquiera me haya saludado”, dijo el ganador de Oscar a la revista Rolling Stone en 2008. “No es que ella no sea memorable, pero lo bloqueé”.
Michelle Pfeiffer y John Malkovich en el filme «Relaciones peligrosas», en 1988. (Photo by Metro-Goldwyn-Mayer/Getty Images)
Más tarde, Michelle mantuvo un romance con Michael Keaton, compañero en “Batman Returns”, y luego con Fisher Stevens, con quien estuvo a punto de casarse. Hasta que en 1993, la actriz conoció en una cita a ciegas al hombre de su vida: el productor y guionista de televisión David E. Kelley.
La primera salida no salió muy bien, pero el creador de series como “Ally McBeal” o “Big Little Lies” insistió y la invitó al cine una semana después. Conectaron en esa segunda oportunidad y dos meses después – en marzo-le dieron la bienvenida a Claudia Rose, una niña que la actriz había adoptado en solitario antes de conocer a Kelley. En noviembre del mismo año, la pareja se casó en una discreta ceremonia en Los Ángeles y, nueve meses más tarde, la actriz dio a luz a John Henry, su único hijo biológico.
“Cuando ella vino, él y yo solo llevábamos saliendo un par de meses”, explicó la actriz en una ocasión. “Así que de repente teníamos una niña con nosotros y realmente pude verlo en una situación que ciertamente hubiera alejado a cualquier hombre. Obviamente, él estuvo a la altura”.
Michelle Pfeiffer con su esposo David E. Kelley y sus hijos John y Claudia (Photo by Ted Soqui/Corbis via Getty Images)
Sobre su marido, Pfeiffer ha confesado: “Tuve mucha suerte. Nunca he conocido a una persona que tenga más integridad que mi esposo. Lo respeto. También está su humor e inteligencia, y es realmente atractivo, todas esas cosas, pero si no respetas a tu pareja, te cansarás“.
Tras casi 30 años casada, la intérprete ha reflexionado sobre el éxito de su matrimonio: “Somos lo suficientemente diferentes como para mantener el interés el uno por el otro, pero somos increíblemente compatibles”.
Michelle Pfeiffery David E. Kelley en la premiere de «Big Little Lies» en 2019 (Photo by Nicholas Hunt/WireImage)
Tanto Pfeiffer como Kelley son figuras de éxito en la industria del entretenimiento. Pero ella todavía se niega a trabajar con él en algunos de sus proyectos televisivos. Prioriza la estabilidad en la relación con su esposo sobre un potencial éxito laboral y no quiere mezclar su matrimonio con su carrera. “He visto muchas parejas que parecen tener un gran matrimonio, pero luego trabajan juntas y el próximo año están solicitando el divorcio”, explicó.
#Metoo
Michelle Pfeiffer fue víctima del acoso de hombres poderosos de la industria (Photo by Franco Origlia/Getty Images)
Gracias al movimiento #MeToo han salido a la luz todas las vergüenzas que Hollywood escondió durante décadas. Y Michelle Pfeiffer también fue víctima del acoso de hombres poderosos de la industria.En una entrevista concedida al The Sunday Times, la actriz contó que no asumió que había sufrido acoso hasta años después de que pasara, ya que en aquella época que las actrices se enfrentaran a estas situaciones era lo habitual.
Por eso solo después de que estallara el #MeToo tomó conciencia de lo que le había ocurrido. “Al principio pensé que yo no había tenido esas experiencias, pero poco a poco mi percepción cambió hasta que entendí que sí, que yo también fui víctima de acoso sexual”, relató la actriz, que reconoció que durante mucho tiempo se culpó a sí misma por haber tenido que pasar por algo tan horrible.
“He pasado por el mismo proceso que todas las víctimas: primero negación, después autoculparme porque no debería haber llevado tal vestido… Pero cuando te haces mayor lo ves desde otra perspectiva y te das cuenta de que solo eras una niña y que todas aquellas situaciones no estaban bien”, relató la estrella, que admitió que cuando tenía 20 años “un hombre muy poderoso de la industria” se propasó con ella.
“Lo pienso ahora y me da escalofríos. Fue algo realmente incómodo e inapropiado. Supongo que por eso guardé este recuerdo en un cajón tanto tiempo”, se sinceró la estrella, que hoy a sus 63 años por fin ha encontrado su lugar como actriz y como mujer. “Para las mujeres de mi edad y de mi generación ha sido muy difícil encontrar nuestra propia voz. Hubo un tiempo en el que no se nos tomaba en serio y que parecía que teníamos que pedir permiso para hablar. Y eso es algo que, quieras o no, afecta mucho la manera en la que te ves a ti misma y al lugar que ocupas en este mundo”.
Fuente: Infobae