“Steve Austin, astronauta. Su vida está en peligro. Lo reconstruiremos. Poseemos la tecnología para convertirlo en un organismo cibernético, poderoso, superdotado”.
¿Quién entre los mayores de 45 años no recuerda esta frase, que todos los días abría un nuevo capítulo de El hombre nuclear? Esta serie que se emitió a fines de los ‘70 y principios de los ‘80, en la Argentina en realidad tenía un título mucho más creativo: The Six Million Dollar Man, El hombre de los seis millones de dólares, en referencia a lo que costaba la tecnología que Austin tenía en su cuerpo.
Un éxito total en los Estados Unidos entre 1973 y 1978, convirtió a su protagonista, Lee Majors, en una estrella. Su verdadero nombre es Harvey Lee Yeary y nació un 23 de abril de 1939 en Wyandotte, Minnesota. Su infancia estuvo signada por la tragedia: sus padres, Carl y Alice Yeary, murieron en dos accidentes diferentes.
Lee Majors en «El hombre nuclear», una serie que fue éxito en todo el mundo.
Primero falleció el padre, cinco meses antes de su nacimiento, en un accidente laboral. Cuando era un bebé de apenas un año y medio, la madre corrió la misma suerte pero en un choque. Por eso, a los 2 años el pequeño Harvey fue adoptado por sus tíos, y se mudó con ellos a Middlesboro, Kentucky.
Todo indicaba que iba a ser un deportista destacado. Era la estrella de su colegio secundario, la Middlesboro High School, donde años más tarde bautizarían a su cancha de fútbol americano con su nombre. Fue a la Universidad de Indiana becado por su destreza en ese deporte, pero lo expulsaron por participar de una gresca entre fraternidades.
En la Eastern Kentucky University tampoco pudo demostrar su talento. En su partido debut, una lesión lo dejó paralizado de la cintura para abajo durante dos semanas. Los estudios que le hicieron a raíz de esa dolencia revelaron una malformación congénita en la columna, por lo que debió abandonar el deporte.
Lee Majors en «El hombre nuclear». En su juventud se destacó en el fútbol americano.
Así fue que se acercó a la actuación, en cursos amateur, y soñó con ser entrenador. Pero cuando terminó la Universidad, con un título de Historia y Educación Física, se mudó a Los Ángeles para trabajar en la división de recreación de los parques de la ciudad. Ahí conoció a muchos actores y profesionales de la industria.
Uno de ellos, Dick Clayton, que había sido agente de James Dean, le sugirió que fuera a su escuela de actuación. Después de un año, lo incentivó a emprender ese camino profesionalmente. Su primer papel fue en Camisa de fuerza (1964), junto a una Joan Crawford que estaba en el ocaso de su carrera.
Como a la diva y a otros en Hollywood les costaba pronunciar Yeary, se cambió el apellido por Majors, en homenaje a Johnny Majors, un gran jugador y luego entrenador de fútbol americano. Después de papeles en series como The Big Valley o El virginiano, llegó la que sería su gran oportunidad: interpretar al capitán Steve Austin.
Lee Majors. El título original de la serie «El hombre nuclear» era «El hombre de los seis millones de dólares»..
Fue en tres telefilmes de 1973, ya titulados The Six Million Dollar Man, que fueron el germen de la serie El hombre nuclear. En 1974 empezaría el programa y, con él, el estrellato de Majors. El astronauta norteamericano Steve Austin sufría un terrible accidente durante un vuelo experimental. En el que perdía su brazo derecho, sus dos piernas y su ojo izquierdo.
El gobierno americano, tomando a Austin como sujeto de prueba, reemplazaba sus miembros perdidos por prótesis cibernéticas valoradas en seis millones de dólares. Así lo convertía en un ser con capacidades sobrehumanas, que podía correr a altas velocidades o realizar saltos imposibles, doblar con facilidad una barra de acero o ver con su ojo biónico con extremada precisión lo que sucedía a kilómetros de distancia.
En la apertura de la serie se lo veía piloteando una nave y diciendo, antes de estrellarse en tierra: “Control de tierra, tengo problemas, no responden los mandos”. Posteriormente veíamos al mismo astronauta inconsciente en un pabellón quirúrgico y la voz en off que nos informaba con la frase que encabeza esta nota.
Lee Majors (El Hombre Nuclear), Richard Anderson (que hacía de Oscar Goldman en ambas series) y la actriz Lindsay Wagner (la Mujer Biónica).
Majors se convirtió en un ídolo de la juventud. En esa época, era común que los chicos y adolescentes jugaran a correr en cámara lenta, tal como la hacía Steve Austin en la serie cuando se suponía que corría a grandes velocidades.
Era también deseado por las mujeres, y un modelo para los hombres adultos. Después de un matrimonio de cuatro años con una mujer llamada Kathy Robinson, con quien tuvo a su primer hijo, Lee Jr., la siguiente esposa de Majors fue nada menos que Farrah Fawcett, una de las mayores bellezas de Hollywood.
Los presentó Burt Reynolds y el flechazo fue instantáneo. Se casaron cuando él estaba a punto de empezar la serie. Ella llegó a actuar en cuatro capítulos, y luego se convirtieron en la pareja televisiva por excelencia, porque eran los protagonistas de dos de las series más vistas de la época: él, de El hombre nuclear; ella, de Los ángeles de Charlie.
Lee Majors y Farrah Fawcett, una pareja de estrellas. Él en «El hombre nuclear»; ella, en «Los ángeles de Charlie».
Según cuentan las malas lenguas, en septiembre de 1979 Majors debió viajar a Canadá, por lo que le pidió a su gran amigo de la infancia, el también actor Ryan O‛Neal, que acompañara a su mujer por unos días para que no se sintiera sola en su casa de Los Ángeles.
Cuando volvió del viaje, se enteró de que lo inevitable había sucedido: su amigo y su esposa habían comenzado una relación sentimental. Eso provocaría en 1982 el definitivo divorcio de la pareja, que llevaba once años de relación y seis de matrimonio.
También se dijo que él estaba celoso de la carrera de ella, y sentía que había sido opacado. “Todas esas historias son un montón de basura. Siempre estuve un 110 por ciento apoyándola y orgulloso de ella. A veces pienso que creé un monstruo. Pero en el fondo sé que eso no es cierto”, declaró alguna vez.
Farrah Fawcett-Majors, Lee Majors y Sophia Loren, en Beverly Hills, en 1977.
Su explicación para la ruptura fue que ya casi no se veían. Y es que muchas veces, Majors se quejó del ritmo laboral que implicaba El hombre nuclear: “Los horarios de filmación eran una verdadera locura… Dormía en el set, estaba ahí de lunes a viernes y sólo podía volver a casa los fines de semana”.
Por eso siempre dice que su serie favorita fue The Big Valley. “Porque fue la primera que hice, y porque amo los westerns. La acción, andar a caballo: me encantaba. El hombre nuclear fue muy dura y aburrida para mí. Irónicamente, fue la más popular. Era puro trabajo. Estaba grabando 16 o 17 horas diarias”.
En 1988 Majors volvió a casarse, otra vez con una mujer de una belleza despampanante: Karen Vélez, una modelo y Playmate con la que estuvo hasta 1994 y que se convirtió en la madre de sus tres hijos menores: Nikki, Luke y Trey. Su cuarto matrimonio llegaría en 2002, con la actriz Faith Noelle Cross, con quien sigue casado hasta ahora.
Farrah Fawcett recibe saludos de su marido Lee Majors en la entrega del premio Legend of the Seventies en Kansas City.
Porque Majors vive: el 23 de abril cumplirá 82 años. Y está activo: tiene en proceso de filmación dos películas, Renegades y Spring Break ’83, y viene de poner la voz en la serie animada Thunderbirds Are Go.
Después de El hombre nuclear, se lo vio en Profesión Peligro (The Fall Guy), donde personificaba a Colt Seavers, un doble de cine que trabajaba en sus tiempos libres como cazarrecompensas, haciendo toda clase de maniobras peligrosas, como saltar de un precipicio con un paracaídas o pasar por arriba de un tren en marcha a bordo de una motocicleta.
También revivió a Steve Austin para tres telefilmes más (1987, 1989 y 1994), en los que trabajó junto a Lindsay Wagner, mostrando la relación entre El hombre nuclear y La mujer biónica y cerrando la historia de sus míticos personajes.
Lee Majors en la actualidad, a punto de cumplir 82 años.
Además, tuvo apariciones en capítulos de series como Raven y en películas como Ben 10: Carrera contra el tiempo, donde hizo del abuelo Max. Más recientemente, apareció en la segunda y tercera temporada de Ash vs Evil Dead, haciendo de Brock Williams, y este año se lo puede ver en el filme de acción Narco Sub.
En 2018 le puso a la voz, cómo no, a un muñeco de El hombre nuclear para un aviso publicitario de Honda. Porque Majors será para siempre Steve Austin, el hombre que realizaba las mayores proezas en cámara lenta.
Fuente: Clarín