«Los 50 no son los nuevos 30», dijo Julie Delpy durante una reciente videollamada desde una habitación de hotel en París. Estaba allí para promocionar su creación televisiva, la serie de 12 capítulos Al borde, que escribió, supervisó y protagoniza por Netflix.
«Hay algo casi cruel en las mujeres: si ya no podemos procrear, ¿qué somos?», se preguntó Delpy, que también dirigió varios episodios. «Y, entonces, una se convierte en abuela y vuelve a existir a los 70 años. Tenemos esa zona muerta».
Coproducción de Netflix y Canal+, Al borde es una comedia a veces absurda y, sin embargo, demasiado real, que sigue a cuatro amigas de Los Ángeles, en su mayoría en buena situación económica, mientras se enfrentan a la mediana edad, sólo para darse cuenta de que, después de todos esos años, siguen sin tener idea de lo que están haciendo.
Justine (Delpy) sostiene un matrimonio que le pesa más de lo que reconoce.
La idea parece haber encontrado un público preparado: a la semana de su estreno, la serie se coló rápidamente en el Top 10 de Netflix en los Estados Unidos, colocándose en el puesto número 7 el fin de semana siguiente.
¿Así que había una zona muerta? Nada mal para una serie con mucho diálogo, que presenta un retazo de vida y, además, alterna entre el inglés y el francés.
Delpy, de 51 años, ha hecho carrera creando y retratando personajes que son mujeres de mundo en películas en las que la mayor parte de la acción se desarrolla durante una caminata, en un tren o alrededor de la mesa. No siempre ha sido fácil llevar esos personajes de la página a la pantalla, dijo, pero se le hizo especialmente difícil cuando empezó a escribir sobre mujeres de su edad.
Según la fórmula habitual de las comedias románticas, a las mujeres de entre 20 y 30 años se las suele mostrar metiendo la pata y con dificultades para entender lo que pasa, y se supone que eso es simpático. Pero a los 40 ó 50 años -la parte que viene después del final feliz- se supone que la mujer ya tiene su cabeza en orden, ¿no?
En Al borde, esa idea es, literalmente, un chiste.
«Me encantó que todos nuestros personajes estuvieran empezando a encontrar la confianza en sí mismos cuando están a punto de cumplir 50«, dijo Elisabeth Shue, productora ejecutiva y protagonista de la serie. Describió el rodaje de una escena particular, la de una cena del episodio 2, que, para Shue, «era un reflejo perfecto de la sensibilidad artística de Julie«.
«Era una encantadora mezcla de locura y humor nacida de la inseguridad y el caos», añadió.
Quién es quién entre el grupo de amigas
En la serie, Delpy interpreta a Justine, una exitosa chef con un concurrido restaurante. Está escribiendo un libro de cocina mientras trabaja muchas horas en el restaurante, criando a un hijo pequeño y soportando una andanada de insultos pasivo-agresivos de su malhumorado marido, que no tiene trabajo.
Shue encarna a su amiga Anne, una diseñadora de ropa con un fondo fiduciario, adicción al cigarrillo y un marido al que le cuesta aceptar a su hijo de género fluido.
Poker ases: las cuatro amigas juegan a eso de todas para una y una para todas. Foto Netflix.
Sarah Jones, ganadora de un Tony, es Yasmin, una madre y esposa que abandonó su carrera y ahora está desesperada por recuperar algo de su vida. Alexia Landeau (coautora de varios episodios y productora ejecutiva) interpreta a Ell, una madre soltera sin trabajo con tres hijos, de tres padres distintos.
A pesar de las dificultades de los personajes, Al borde en gran medida es una comedia, y Delpy no teme hacer bromas sobre temas serios como el estrés que sufren las madres que trabajan, la masculinidad tóxica o la discriminación por edad. En una de las primeras escenas, Yasmin es entrevistada por una mujer que tiene la mitad de su edad y le dice que básicamente es demasiado vieja.
Cuando Yasmin entra en pánico y se toma el pecho, la joven entrevistadora le pregunta si está teniendo un ataque al corazón.
La escena detalla una experiencia con la que muchas mujeres se sentirán identificadas; Delpy da al público permiso para reírse, incluso mientras tiene escalofríos. «¡Tengo 46 años, no 96!» responde Yasmin.
La interesante mirada de Delpy
Se trata de una sensibilidad cómica y cerebral que se ha ido perfeccionando a lo largo de la carrera de Delpy. Sus padres, Albert Delpy y Marie Pillet, eran actores (interpretaron a sus padres en la película de Delpy de 2007, Dos días en París), y ella creció en Francia rodeada de artistas, actores de teatro y escritores.
La búsuqeda de Delpy: «La serie habla de no tener que mentir sobre la edad».
Su primer gran papel en la pantalla llegó cuando Jean Luc Godard la eligió para su película Detective, de 1985, cuando tenía 14 años. Después trabajó con Agnieszka Holland en la película ganadora de un Globo de Oro Europa Europa y con Krzysztof Kieslowski en su trilogía Tres colores.
Pasó gran parte de su infancia entre los bastidores de los espectáculos de teatro experimental de sus padres o bailando, haciendo música y escribiendo por su cuenta; más tarde, estudió cine en la Universidad de Nueva York. Es esa mezcla de experimentación y estructura (Delpy se apresura a señalar que el espectáculo está meticulosamente guionado) lo que aporta a Al borde.
«Es sofisticación anulada por el absurdo», dijo Giovanni Ribisi, que interpreta al entrañable, pero exasperante, jefe de Justine, al hablar de la sensibilidad de Delpy. «Julie ha dejado huella con su propio estilo. Es una artesana. Tiene personalidad. Como la que se tenía en los ’70«.
Cuando Delpy interpretó a Céline junto a Ethan Hawke en Antes del amanecer (1995), de Richard Linklater, su personaje encontró eco en una generación de veinteañeras de los años ’90, mujeres que estaban encantadas de ver a una protagonista romántica que podía ser a la vez filosófica y divertida.
Antes del amanecer, rodada con un presupuesto modesto, demostró al público y a la crítica que una historia simple sobre dos personas que se encuentran en un tren y hablan toda la noche podía convertirse en una de las películas románticas más perdurables de los ’90.
El camino de Delpy en los guiones y la dirección
Delpy coescribió las secuelas, Antes del atardecer y Antes de la medianoche, con Linklater y Hawke, y obtuvo nominaciones al Oscar al mejor guión adaptado por ambas películas.
Ha dirigido siete películas, entre ellas el drama Mi Zoe», que se estrenó a principios de este año. Con Al borde, ha podido abordar temas que le interesan, mostrar sus dotes de comediante y explorar la vida de mujeres que, a los 40 y 50 años, merecen algo más que unas pocas líneas sin importancia.
Amén de la amistad, casi todos los vínculos posibles están abordados en esta serie de Netflix.
«Es divertido poder hablar de cosas reales», dijo Delpy: «Aunque me costó un poco llegar allí».
Delpy empezó a pensar en 2013 en los cuatro personajes principales de Al borde, y pronto hubo un guion. Unas cuantas personas se interesaron en el proyecto en los años en que ella iba presentándolo, pero los financistas y los estudios eran reacios a apoyar «una serie sobre mujeres en ese rango de edad», dijo.
«Creo que al final se concretó, en parte, porque la gente está preparada», señaló Delpy. «Por fin era el momento indicado».
Olivier Gauriat, productor ejecutivo de la serie, firmó en 2019 porque admiraba el trabajo de Delpy en la pantalla y fuera de ella. Pero también lo atrajo lo que ella intentaba hacer con respecto a la representación de la mujer y la edad.
«No hay muchas series que giren en torno a mujeres de esa edad», dijo Gauriat. «Canal+ y Netflix la apoyaron mucho, y creo que eso fue lo interesante para ellos. Le dieron carta blanca».
Cómo se construyó «Al borde»
La preproducción comenzó en la prepandemia, poco antes de que se la suspendiera como todo lo demás en Hollywood. Delpy retomó los guiones. Adaptó algunas líneas argumentales para que reflejaran lo que estaba sucediendo. Cuando comenzó el rodaje, había modificado la cronología para que la acción se desarrollara en enero y febrero de 2020, ocho semanas en las cuales se estaba gestando una crisis.
Vista más de un año y medio después, Al borde parece una cápsula del tiempo de aquellos primeros días, justo antes de que todo el mundo empezara a acopiar papel higiénico y a buscar barbijos N95.
Delpy dijo que había decidido incorporar acontecimientos del mundo real porque, como dice el título, los personajes estaban al borde de algo nuevo y desconocido, y también lo estaba el mundo que los rodeaba.
«Todo está cambiando para estos personajes, pero todo está cambiando también para el mundo», dijo.
Puede que las cosas estén cambiando, pero Delpy no se hace ilusiones de que las mujeres de más de 40 años de repente sean las nuevas «it girls». Hay un momento de la serie en el que Jerry le dice a Justine: «Estás en un punto ciego cultural», como que a nadie le importa las mujeres de su edad.
Es gracioso, porque es absurdamente insultante. También es gracioso porque resulta cierto.
«La serie habla de no tener que mentir sobre la edad… O fingir que una es otra cosa», entiende Delpy, con la sabiduría que a veces dan los años.
Fuente: The New York Times, Clarín