Los Angeles – El entusiasmo por volver a poner en marcha la producción cinematográfica en los Estados Unidos no tardó en demostrarse como un espejismo voluntarista. El rebrote del Covid-19 en varios estados no solamente llevó a detener los planes de filmación sino también la reapertura de las salas de cine, que debieron o bien continuar cerradas, o bien volver a cerrar sus puertas hasta nuevo aviso. Ante este cuadro de situación, algunas producciones de alto presupuesto aprovecharon la posibilidad que les brinda un país que sufrió poco la peste, y que autorizó localmente, y para extranjeros con permisos especiales, la reanudación de los rodajes.
En los próximos meses serán cinco las producciones de Hollywood que se harán en Nueva Zelanda; la más importante es la secuela de “Avatar”, de James Cameron, a la que se sumarán “The Power of the Dog”, el nuevo film de Jane Campion (la directora de “La lección de piano”) para Netflix.
El productor de “Avatar”, Jon Landau, publicó la semana pasada en su Instagram una foto de instrumentos que se usarán en la nueva secuela, a la par que anunció el comienzo del rodaje en estos días.
El film de Campion “The Power of the Dog,” con Benedict Cumberbatch y Elisabeth Moss, está basado en la novela homónima de Thomas Savage, publicada en 1967. Es la historia de dos hermanos, de temperamentos diametralmente opuestos, que se establecen en una residencia de Montana. Cuando el personaje de Cumberbatch se casa secretamente con una viuda del lugar (interpretada por Moss), su hermano tiene un ataque de furia y se propone destruir ese matrimonio, para lo cual se vale del hijo afeminado de la mujer.
También se filmarán allí la serie de Amazon, precuela de “El Señor de los Anillos”; el film de Netflix “Cowboy Bebop”, versión live-action de la serie de animación japonesa; la película de Peter Farrelly “Greatest Beer Run Ever”, con Viggo Mortensen en el papel protagónico, y otras dos series de Netflix: la versión live-action de “Sweet Tooth”, de DC Comics, y otra serie de los Power Rangers: “Power Rangers Beast Morphers”.
El sitio especializado neozelandés Stuff indicó que la producción de estas películas y series representará la creación de alrededor de 3.000 puestos de trabajo y una ganancia de 400 millones de dólares para la economía de ese país. Agregó que, adicionalmente a esas producciones, se establecerán en Nueva Zelanda más de 200 personas vinculadas a la industria cinematográfica, ya sea actores o técnicos, con sus respectivas familias (el número autorizado de familiares estará sujeto a las políticas sanitarias vinculadas al Covid-19.
La precuela de Amazon de “El señor de los Anillos ya estaba en proceso de preproducción en Nueva Zelanda cuando estalló la pandemia en marzo. Se trabajaba sobre los dos primeros capítulos de la serie, que debieron ser suspendidos. Ahora continuarán esos trabajos con la meta de comenzar el rodaje en septiembre. Igualmente, “Cowboy Bebop” había empezado a rodarse antes de la pandemia, y su suspensión no obedeció a ella sino a que su protagonista, el actor John Cho, sufrió un accidente que retrasó todo. “El éxito en el manejo del Covid-19 le dio a nuestro país la oportunidad de ser uno de los pocos donde es posible producir películas y series de manera segura”, dijo Phil Twyford, ministro de Desarrollo Económico de Nueva Zelanda. Twyford autorizó personalmente la realización de los proyectos cinematográficos mencionados. “A pesar de la pesadilla que está viviendo el mundo, Nueva Zelanda encara un momento excepcional para la producción audiovisual”.
Simultáneamente, Londres (que está lejos aún de controlar la pandemia), autorizó el pasado viernes algunas excepciones a la cuarentena a actores estadounidenses como Tom Cruise, para que puedan reiniciar el trabajo en sus películas. Este fue un acuerdo al que llegó la Warner Bros. con el secretario de cultura inglés, Oliver Dowden, que permitirá a Cruise y su equipo continuar con la producción de “Misión imposible 7” en los estudios de Leavesden, en la periferia de Londres.
En tal sentido, Cruise deberá considerarse un privilegiado, ya que la última normativa de Gran Bretaña excluyó a los ciudadanos estadounidenses de la posibilidad de ingresar al país.
Fuente: Ámbito