A través de medios de prensa como Variety que funciona como vocero de la actividad, se publicó que Amazon, HBO y Warner Bros, entre otros importantes estudios, “suspenderán algunos acuerdos generales” como represalia por el paro y se indicó que “una huelga le permite al estudio suspender un trato y detener los pagos”.
Sin embargo, la amenaza no llega todavía a la recisión de acuerdos permanentes, una jugada que podría producirse si la situación se prolongara en el tiempo.
Los guionistas aspiraban a firmar un paquete de aumentos salariales valorado en casi 600 millones de dólares, además de obtener otras mejoras en el salario mínimo, un mejor seguro de salud, la creación de un plan de pensiones y la revisión de los pagos individuales que perciben por las producciones emitidas en las plataformas de streaming.
Caído el acuerdo con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), el Sindicato de Escritores de América (WGA) convocó a la huelga, originó piquetes en las ciudades de Nueva York, Los Ángeles y Atlanta y varias producciones se cerraron debido a la huelga.