Dos años y dos meses sin poder abrir la boca. Veintiséis meses, 792 días sin autorización para difundir lo que sabíamos desde el 29 de septiembre de 2018: que Mushu, el dragoncito de Mulán en la versión animada de Disney de 1998, no aparecerá en la Mulán con actores que estrenará Disney+ en toda Latinoamérica el próximo viernes 4 de diciembre.
Clarín fue uno de los 8 medios internacionales que participó de un exclusivo set visit, unas jornadas del rodaje de la película que la neozelandesa Niki Caro dirigió en gran parte en su tierra natal, que hace las veces de la China Imperial. Y con un 90% del equipo técnico neozelandés.
No todo, entonces, se filmó en Ahuriri, South Island, a dos horas y media por ruta y caminos de tierra desde Queenstown, pero la inversión de US$200 millones dejó mucho de esos dividendos en Nueva Zelanda, la tierra de Peter Jackson, quien filmó en estos mismos escenarios naturales.
Hubo que despertarse temprano, con el aviso o recomendación de desayunar antes de partir del hotel… a las 7 AM, tras volar 16 horas desde Buenos Aires -a la ida se sale un miércoles y se llega un viernes; al regreso se arriba a destino el mismo día, pero apenas unas horas más tarde…-. “Y también vístase abrigado / traiga capas. Hay mucho viento frío y posiblemente lluvia (tendremos una carpa)”, agregaba el mail. Pero prometía: “Nota: éste es el momento en que tenemos a la mayoría del elenco en el set que está con nosotros en South Island. Gran día de acción. Podemos hacer un recorrido por el campo de entrenamiento (de Mulán y sus compañeros) una vez que la unidad principal se mueva a la otra locación”.
Tanto la trilogía de El Señor de los anillos como la de El Hobbit, más Misión: Imposible 6, que acababa de estrenarse en 2018, llegaron hasta las montañas y los valles que visitaríamos para realizar parte de su rodaje.
Niki Caro y Liu Yifei, directora y protagonista del filme que costó US$ 200 millones. FOTO: DISNEY
En camino a Ahuriri, frenamos de golpe. Un rebaño de ovejas se cruza en el camino de la combi que nos traslada al escenario natural donde el rey de los hunos prepara su ataque. No hay nada que hacer. Son más de cien las ovejas y carneros, hay que esperar que pasen, y por favor que no decidan detenerse en la ruta, explica el chofer.
Una vez en la locación, en medio de la nada, pero vigilada y custodiada por distintos móviles, hay que dejar el celular y firmar el embargo. Tampoco se puede llevar cámara y sí mostrar siempre la credencial colgada del cuello.
En Ahuriri, a dos horas y media de Queenstown, se realizó gran parte del rodaje. FOTO: DISNEY
La escena que veremos será crucial en el filme, y parece imponente. Böri Khan (Jason Scot Lee, que no tiene relación con Bruce Lee, a quien interpretó en Dragon: The Bruce Lee Story, en 1993) es ayudado a montar a su caballo negro, y es escoltado por sus secuaces. Todos los que están adelante, de negro, con los rostros tapados, la verdad es que verlos cabalgar y luego correr casi como en estampida hacia la cámara, eriza la piel. Encima gritan, en medio de la zona totalmente descampada, con las montañas de picos nevados de fondo.
Algunos de los mejores jinetes del mundo, de Mongolia y Kazajistán -la tierra de Borat-, componen a estos guerreros. Son jinetes de trucos, que a pleno galope pueden saltar y lanzarse para montar hacia atrás y disparar flechas.
Los enviados especiales y, a lo lejos, la filmación. Periodistas de todo el mundo, de Gran Bretaña, Australia, Argentina y de Nueva Zelanda, entre otros países.
Nuestra posición es ciertamente privilegiada. Podemos ver la escena en directo, o seguirla desde un monitor instalado en la carpa de la que nos habían avisado.
Hace tanto, pero tanto frío, que a Lee le dan un camperón enorme -también negro- cada vez que se grita “¡Corte!”. Y queda, digámoslo, algo fuera de contexto.
Igual que el guerrero que, a las corridas, se acerca a nuestra posición, mira de reojo y se mete raudamente en uno de los baños químicos.
A Böri Khan (Jason Scot Lee) lo acompañan asesinos secuaces. Son, en verdad, jinetes expertos de Mongolia y Kazajistán. FOTO: DISNEY
Mientras Niki Caro y su directora de fotografía, la australiana Mandy Walker, repiten la toma con distintas posiciones de cámara una y otra vez, se acerca Jason Reed, productor del filme y de Tortugas Ninja (2014).
«Estamos trabajando con Walt Disney Company para rehacer la película animada, pero lo que realmente hicimos fue volver al material original y mirarlo todo, junto con la película de Disney y crear nuestra propia narración de la historia”, comenta. «Disney ha tenido un éxito increíble en sus remakes de clásicos animados y modelamos nuestro camino basándonos en todas esas películas, pero también estamos haciendo algo completamente nuevo y fresco. Es decir, estamos haciendo una gran película épica de acción y aventuras en estas locaciones, además de toda la diversión que esperarías de una película de Disney”.
«Sabía que el rodaje iba a ser muy exigente física y emocionalmente, y quería un compañero, un verdadero colaborador”, dice la directora de la actriz chino estadounidense. FOTO: DISNEY
La historia de Mulán llega en un momento singular, en el que el rol de la mujer adquiere preponderancia en esta historia. «El guión y la historia básica que decidimos contar no ha cambiado desde la concepción inicial, pero, curiosamente, se vuelve más relevante cada día, desafortunadamente, debido a las cosas que estamos viendo en la actualidad», continúa Reed. “Habla de la naturaleza clásica de la historia, que ha sido un problema durante mucho tiempo. Obviamente, Mulán trata sobre una mujer que se mueve en un mundo de hombres, por lo que tiene mucha relevancia «.
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Imponente. El ingreso al campamento del Ejército Imperial. No hay trucos: todo se levantó en medio de la nada. FOTO: DISNEY
La locación que sigue es en el enorme campamento del Ejército Imperial. Nadie aclara si lo que vamos a ver ocurre antes o después de la escena de la mañana -suponemos que antes, porque los soldados estarán entrenando-, pero qué importa.
El lugar es espectacular, y espectacularmente enorme. Deben ser más de 20.000 metros cuadrados. Caminando hasta la entrada, hay dos enormes estatuas de guerreros, de unos cinco metros como mínimo de alto, uno a cada costado de la entrada principal. Parece un campamento de verdad, pero al tomar una de las espadas notamos que no pesa casi nada.
El comandante Tung (Donnie Yen, el guerrero ciego de Rogue One: Una historia de Star Wars) se dirige a sus soldados. Y Mulán se entrena, o enfrenta, o vaya uno a saber qué, con algunos de ellos. Aquí no estamos tan bien ubicados, porque las cámaras toman todo desde lejos, y para cuando se realicen los inserts, o primeros, planos ya nos cambiarán de lugar.
El adiestramiento. El Campamento medía más de 20.000 metros cuadrados. FOTO: DISNEY
Nos acomodamos en una de las tiendas, justamente en la que Mulán -ahora, al escribir esta crónica y que ya vimos la película- duerme con sus compañeros e intenta simular que es hombre. Todos los que dialogan con Clarín, sean los actores que interpretan a los “nuevos compañeros” de Mulán que reemplazarían a Mushu -así nos enteramos de que el dragón no estará, y que no habrá canciones, más algunas referencias musicales que perduran de la original-, hablan maravillas de Liu Yifei.
Parecen cortados por la misma tijera o con el mismo cassette: hablan de su entrega absoluta, sus bondades como compañera, su dedicación ya sea para entrenar, repetir tomas atada de la cintura volando por el aire en escenas de lucha, soportando la lluvia o el frío.
“Es infatigable”, dicen.
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Liu Yifei nació hace 33 años en Wuhan, el epicentro del coronavirus. Lástima que el rodaje fue en septiembre de 2018… FOTO: DISNEY
Como en todo rodaje, hay que esperar. Las escenas se demoran y los tiempos muertos son eternos.
Tampoco Niki Caro, claro, puede estar en todos lados al mismo tiempo, por más que las distancias en el mismo valle solamente sean de pocos kilómetros. Cuando ella esté preparando la secuencia de “Los arqueros dan un paso adelante”, según el plan de filmación que nos pasaron, bueno, hacia allí iremos.
Y hacia allí vamos. Comenzó a llover. El viento se torna realmente insoportable. Nos devolvieron los celulares, por lo que podemos sacar alguna foto, “pero siempre de espaldas a donde se esté filmando”. No puede mostrarse absolutamente nada. Amainó la lluvia, las nubes se alejaron. Los ocho periodistas nos hacemos las tomas de rigor, y parecemos turistas en medio de montañas con las cumbres nevadas.
Liu Yifei, quien encarna a la joven que se hace pasar por hombre para que su padre no vaya a pelear al Ejército, fue elegida en un casting de 1.000 mujeres. FOTO: Disney
Llegamos antes que los extras. Pobres. Si nosotros tenemos frío con camperas polo, los soldados arqueros tienen que sacarse los abrigos cuando bajan de sus micros. Hay tanto viento a eso de las 17 que rogamos porque la directora Caro o la protagonista se acerquen para dialogar con nosotros antes de que se nos vuelen las bufandas, el grabador digital y las ganas de seguir a la intemperie.
“Sabía que el rodaje iba a ser muy exigente física y emocionalmente, y quería un compañero, un verdadero colaborador”, explica Caro, que parece chiquita, aún con la gorra que no se saca en ningún momento y los jeans apretados.
Ni Mushu, el dragón, ni el grillito Cri-Kee están en la película con actores. Sus roles de compañeros de Mulán son cubiertos por «soldados». FOTO: DISNEY
Dejemos para otra oportunidad las palabras de la directora de Whale Rider y Un refugio inesperado. Porque, finalmente, con el viento que hace casi imposible mantenerse de pie, llega Liu Yifei. Y nos metemos, todos, dentro de una combi.
Ataviada como Mulán, en plano guerrera, como la vimos en el campamento, Liu dice, de entrada y a las risas que lo primero y lo que más le llamó la atención de Nueva Zelanda “fueron los kiwis”. No, no se trata de la fruta, sino del ave de pico puntiagudo, símbolo nacional de Nueva Zelanda, única en el mundo ya que es una de las pocas especies que no puede volar. No era lo que esperábamos, pero la charla con ella será así.
Liu nació en Wuhan, sí, donde un comensal se devoró el murciélago que originaría el coronavirus, pero un año y semanas después de este encuentro, y a los 10 años se mudó con su familia a los Estados Unidos. Y quedó elegida tras un proceso de casting en el que se vieron a mil jóvenes mujeres.
Liu Yifei destaca «el espíritu valiente» de Mulán. El filme, que iba a estrenarse en cines en marzo, pasó directo al streaming. FOTO: DISNEY
Recuerda «amar la canción» de la película animada, que vio de niña. “Es muy importante. Creo que eso es realmente inspirador para las chicas jóvenes, sin importar la edad que tengas, o lo que hagas… El espíritu de Mulán está en cada una de nosotras, ella en realidad tiene un instinto valiente. No pensó demasiado en eso, solo siguió sus sentimientos».
«Se trata de las elecciones conscientes que hace -parece contradecirse-. Creo que eso es realmente inspirador para las jóvenes: no importa la edad que tengas o lo que hagas, son las decisiones que tomamos las que realmente hacen lo que somos. Y la fe en nosotros mismos muestra hasta dónde podemos llegar».
La película «es una oportunidad muy especial», dice en el espacio reducido de la combi. «Tengo mucha suerte, pero no quiero autopresionarme demasiado. En cada película, en cada trabajo que hago, hago el mismo esfuerzo porque me encanta actuar, me encanta ser actriz. Cada viaje para mí es completamente nuevo, lo más importante para mí son estas personas», dice señalando fuera de la puerta de la combi. ¿A los extras? ¿Al equipo técnico?
¿O a Niki Caro, que sigue marcando movimientos a los guerreros “buenos”?
Fuente: Clarín.