El renacimiento de Tina Turner: se estrenó en Berlín el documental que cuenta la vida de la cantante norteamericana

MIRÁ EL VIDEO. Tras la publicación de las memorias de la estrella de 81 años y un musical de Broadway dedicado a su carrera, llega un film que reconstruye los claroscuros de su historia, digna de un film de Hollywood

Uno de los hitos de esta 71ª edición (virtual en tiempos de pandemia) del Festival de Berlín fue el estreno mundial de Tina, notable documental que reconstruye (una vez más) la tortuosa vida personal y la fascinante carrera artística de Tina Turner. Una película de ficción (Tina – What’s Love Got to Do With It), varias (auto)biografías publicadas y hasta un show en Broadway (Tina: The Musical): la historia de la redención musical y humana de la artista fue contada ya una y mil veces; sin embargo, este documental codirigido por Daniel Lindsay y T.J. Martin (nominados al Oscar por Undefeated) que HBO estrenará dentro de pocas semanas conmueve como si nos acercáramos a ella por primera vez.

https://youtu.be/Lw6nA6t9c8E

Es la propia Tina quien cuenta su historia a partir de una entrevista reciente (hoy tiene 81 años) y de fragmentos de distintas apariciones mediáticas previas. Sin embargo, los momentos más impactantes son los audios originales del reportaje que le dio en diciembre de 1981 a la revista People, en los que contó por primera vez y con lujo de detalles la larga saga de abusos que sufrió por parte de su primer marido y socio (jefe) musical: Ike Turner.

La historia de Anna Mae Bullock (tal su nombre real) parece haber sido imaginada por un guionista de Hollywood: la chica de un pueblo rural cercano a Memphis proveniente de una familia dedicada a la producción de algodón que cantaba gospel en el coro de la iglesia de la comunidad y que a los 17 años fue descubierta por Ike, un influyente músico formado con los grandes del blues con quien conforma el grupo Ike & Tina Turner. Tras el casamiento en Tijuana, México, en 1962 y una primera etapa marcada por el amor, llegaron los tiempos de sadismo, manipulación y una sumisión que ella explica sin medias tintas: lavado de cerebro, abusos, golpes, insultos, drogas, mucha culpa, miedo, varios intentos de suicidio y, pese a todo eso, lealtad a él. Hasta que por fin pudo enfrentarlo, huir y negociar un divorcio en 1978. Una separación en la que perdió todo, menos su nombre artístico, algo fundamental para, ahora sí, tener el control de su carrera.

Eran tantas las deudas que le quedaron que debió cantar en cuanta convención se hacía en Las Vegas, pero ella sabía que su destino era de grandeza y de gloria. Y así llegaron el número uno de los rankings con el tema “What’s Love Got to Do With It?” y el suceso del disco Private Dancer, las giras por estadios, la incursión como actriz en la saga de Mad Max, y la reivindicación de la biopic protagonizada por Angela Bassett. Precisamente Bassett es una de las múltiples figuras que prestan su testimonio en este documental dividido en cinco partes (Ike & Tina, Familia, El regreso, La historia y Amor) junto a biógrafos y periodistas que siguieron su carrera, managers y amigos como Rhonda Graam o Roger Davies (una presencia fundamental en su éxito como solista) y su actual marido, Erwin Bach.

Entre el extraordinario material de archivo (actuaciones en vivo, grabaciones en estudio, apariciones en televisión, sesiones de fotos, imágenes de la intimidad familiar con sus cuatro hijos, dos de ellos adoptados) se ofrecen entrevistas realizadas –cuando aún estaban vivos– tanto a Ike (que funciona como el antagonista, el malvado de la película) como a su hijo Craig, que murió en 2018. Si tenemos en cuenta que su carrera arrancó a mediados de la década de 1950, estamos hablando de un recorrido por más de 60 años, primero como víctima y luego como diva del R&B, del soul, del rock y del pop. Dueña de una voz esplendorosa y de una presencia magnética sobre los escenarios, Tina pudo transformar una historia de violencia, una relación tóxica con “una persona enferma”, como ella misma lo define, en otra de liberación, redención y con la capacidad suficiente no solo para reinventarse sino incluso para perdonar.

Fuente: Diego Batlle, La Nación