Andy y Bárbara Muschietti regresaron a Los Ángeles casi en el mismo momento en que comenzó a vivirse en Hollywood la cuenta regresiva hacia el estreno de It 2, episodio final de la nueva y muy esperada adaptación del clásico relato de terror de Stephen King. La película llegará el jueves 5 de septiembre a la Argentina, un día después a los Estados Unidos y se presentará durante ese fin de semana de manera simultánea en 38 países, lo que habla de lo ambicioso del lanzamiento, a la altura de cualquier tanque de Hollywood ligado al mundo de los superhéroes o a los títulos de animación más fuertes.
Con Andy como director y su hermana como productora, al igual que en la primera película (estrenada en 2016), este regreso al mundo de Stephen King fortaleció como nunca el privilegiado lugar y el reconocimiento que nuestros compatriotas se fueron ganando durante los últimos años en la capital mundial del entretenimiento.
“Gracias lo que pasó con la primera pudimos en esta segunda parte salirnos con la nuestra haciendo una película mayor, con otra escala y un elenco duplicado. Este film se vive más grande en todo sentido. Hicimos una película a la altura de las ambiciones que tiene”, señaló Andy Muschietti a en un salón del la nacion Hotel Alvear, suerte de cuartel general del encuentro que él y su hermana compartieron con los medios argentinos durante una breve e intensa visita a su Buenos Aires natal.
En el momento de la charla, los Muschietti todavía no conocían las primeras repercusiones de It 2, reflejadas en los medios más influyentes de Hollywood. Sobre la base de los comentarios que algunos críticos y espectadores que pudieron verla por anticipado dejaron en las redes sociales, Entertainment Weekly adelantó que esta secuela ya fue definida como “ambiciosa” y “espeluznante”, pero algunos ponen énfasis en su duración (dos horas y 49 minutos).
The Wire, mientras tanto, destaca los elogios a la actuación de Bill Hader, que interpreta de adulto a Richie Tozier, uno de los integrantes del Club de los Perdedores, que se reencuentra 27 años después de los episodios narrados en la primera película para poner fin a las terroríficas andanzas del siniestro payaso Pennywise. Ya se habla de una escena en la que Hader “se roba la película” y gana méritos suficientes como para entrar ya mismo en la próxima carrera por el Oscar.
A los Muschietti, cuyas acciones en Hollywood ascienden día a día, este debate los expondrá como nunca. Y en medio de las repercusiones por la película de terror más esperada de 2019, con un lanzamiento global que saca ventaja del hecho de que lo más fuerte del cine de superhéroes y de animación de esta temporada ya fue estrenado, también coloca sobre la mesa el futuro de ambos. Siempre alrededor de proyectos con altísimo perfil.
“Llevamos cinco años metidos en It –confiesa Andy–. Pero necesitamos parar y tomarnos unas vacaciones antes de tomar cualquier decisión y no estoy en condiciones de hacerlo ahora”. Agrega Bárbara: “Estos son momentos en los que nos está cayendo de todo sobre el escritorio y queremos ser muy cautos”.
El proyecto más fuerte en el que se menciona a Muschietti es el de la próxima película de Flash, como parte del universo de superhéroes de DC Comics. El mes pasado, en San Diego, Muschietti recibió muchísimas consultas al respecto. Hasta hubo quienes ya dieron por hecha su incorporación al proyecto. “Hay buenas intenciones de todas partes para que haga Flash, me interesa, me gusta”, admite Muschietti lejos del ruido, envuelto en la calma de Buenos Aires. Pero cualquier decisión se va a tomar, dice, después de las vacaciones y con la cabeza fría.
Hay otras ideas, propuestas y nombres que darán vuelta alrededor de la cabeza de Andy y Bárbara durante esa pausa. La película de Attack on Titan, uno de los títulos más fuertes de la animación japonesa en la actualidad. Una posible remake de Aullidos
(The Howling), otro clásico moderno del cine de terror. Otra visita al mundo de Stephen King, en este caso como productores de Carretera maldita (Roadwork), al que se sumaría Pablo Trapero. Y La máquina del tiempo.
“El libro me gusta mucho, pero más todavía la película de George Pal, con Rod Taylor, una de mis favoritas. Este proyecto no me lo trajo nadie y no va a ser una remake, sino un proyecto muy personal. Tengo escrito un bosquejo de una especie de secuela de la historia original, un híbrido pensado para los nuevos públicos”, adelanta Andy.
Si los Muschietti se toman su tiempo es porque tienen plena conciencia del lugar que ocupan y no quieren dar ningún paso en falso. “Tenemos que hacerlo por cómo está cambiando el negocio –reflexiona Bárbara–. Y no hablo de los cambios de los últimos cinco años, sino de los últimos doce meses y de cómo va a seguir cambiando a pasos gigantescos. Estamos todos a la expectativa, viendo qué va a pasar con todas las megafusiones y los conglomerados que surgen de ellas: Disney-fox, At&t-warner, Cbs-viacom. En este momento, el juguete brillante que tiene cada uno es la nueva plataforma digital que les permita competir con Netflix y Amazon. Son tiempos de mucha incertidumbre. Y nosotros tenemos que seguir concentrados como estuvimos siempre en hacer películas que queramos ver, que transmitan emociones, que nos enorgullezcan”.
Dicen que no están buscando hacer la mayor película. Que si el futuro los lleva hacia el mundo de los superhéroes lo celebrarán, pero sin verlo como objetivo de máxima. “Ya está. Ya llegamos. A este nivel, con 50 millones más o menos de diferencia entre un proyecto y otro, más o menos estamos con las herramientas como para hacer la película que queremos”, completa Bárbara.
¿En qué clase de película sueñan? “Historias que lleven a la gente a vivir grandes experiencias emotivas. Es lo que falta en la ecuación general de las películas más grandes. El público está demasiado acostumbrado a pagar su entrada para ver algo espectacular a nivel visual, pero sin tanto sentimiento, emoción o corazón”.
Los Muschietti no se sienten foráneos en Hollywood. Lo subraya Bárbara: “La industria siempre valoró a los que venimos desde afuera. Llegamos a Los Ángeles de todas partes con otro bagaje, otra mirada. Los latinoamericanos tenemos mucha cintura. Aprendemos rápido a navegar porque ya hemos navegado toda la vida en nuestro países. Venir de otro lado nunca nos jugó en contra. En el fondo, todos somos extranjeros en Hollywood”.
Fuente: Clarín