«Con el objetivo de dar atención inmediata a la resolución de los temas urgentes del Instituto, el mismo estará bajo la conducción del Nicolás Batlle como vicepresidente en ejercicio de la presidencia, de acuerdo a lo que indica la Ley de Cine vigente», destaca el texto emitido por Cultura.
El presidente Alberto Fernández firmó anoche el Decreto 183/2002 -publicado en la edición de hoy del Boletín Oficial- a través del cual se dispuso el cese del realizador cinematográfico Luis Puenzo al frente del Incaa.
Puenzo fue renunciado luego de que creciera la tensión en relación con su desempeño al frente del Instituto de Cine a partir de una marcha realizada el lunes en la puerta del Incaa y ante la marcada disconformidad de la industria del cine con su gestión.
El ministro de Cultura, Tristán Bauer, mantuvo ayer por la tarde una extensa reunión con Puenzo en el Centro Cultural Kirchner (CCK) y por la noche se dispuso su cese en la función.
Las principales críticas a la gestión de Puenzo, expresadas por distintos sectores de la industria del cine se resumen en dos puntos: la parálisis en la ejecución del presupuesto destinado al fomento del cine nacional y la prolongación del plan de subsidios elaborados durante el gobierno de Mauricio Macri y la inactividad ante la posible caída de la Ley de Cine, que garantiza su autonomía financiera, el próximo 1 de enero.
El cineasta Luis Puenzo, ganador de un premio Oscar por «La historia oficial» había sido nombrado el 20 de diciembre de 2019 como presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
Alberto Fernández había dispuesto la renuncia de Luis Puenzo a la presidencia del Incaa
El presidente firmó un decreto a través del cual se dispuso el cese del realizador cinematográfico Luis Puenzo al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, luego de que trabajadores de la industria del cine se manifestaran en contra de la gestión de Puenzo y se produjeran incidentes con policías de la ciudad de Buenos Aires.
«Dispónese el cese del señor Luis Adalberto Puenzo en el cargo de Presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), ente público no estatal en el ámbito del Ministerio de Cultura» expresa el primer artículo del decreto presidencial.
Puenzo fue renunciado luego de que creciera la tensión en relación con su desempeño al frente del Instituto de Cine a partir de una marcha realizada el lunes en la puerta del Incaa y ante la marcada disconformidad de la industria del cine con su gestión.
El ministro de Cultura, Tristán Bauer, mantuvo una extensa reunión con Puenzo en el Centro Cultural Kirchner, sin que el ganador del premio Oscar por «La historia oficial» admitiera la dimisión, pedida por el Presidente y verbalizada por Bauer.
Las principales críticas a la gestión de Puenzo, expresadas por distintos sectores de la industria del cine se resumen en dos puntos: la parálisis en la ejecución del presupuesto destinado al fomento del cine nacional y la prolongación del plan de subsidios elaborados durante el gobierno de Mauricio Macri y la inactividad ante la posible caída de la Ley de Cine, que garantiza su autonomía financiera, el próximo 1 de enero.
Diferentes actores del sector audiovisual convocaron a una concentración que pidió la renuncia de Puenzo, en medio de la cual se desató una represión por parte de la Policía de la Ciudad, que detuvo a tres miembros de la industria del cine.
El principal descontento con la gestión que presidía Puenzo fue la no modificación del Plan de Fomento, «impuesto en el gobierno de (Mauricio) Macri que concentra la producción cinematográfica en las productoras más grandes radicadas en AMBA».
La asociación de documentalistas DOCA y el Colectivo de Cineastas, convocantes de la marcha, señalaron que Puenzo «no llevó adelante políticas que impulsen la producción de cine en las provincias».
También ayer, Directores Argentinos Asociados (DAC) se expresó sobre la situación del cine nacional con críticas hacia Puenzo, el ministro Bauer y a la secretaria de Desarrollo Cultural, Lucrecia Cardoso.
En una nota publicada en su revista oficial la DAC se quejó de la falta de respuestas ante la posibilidad de que al 1 de enero de 2023 caiga la ley que financia el fomento del cine nacional, así como de otras actividades, como el Instituto Nacional de Teatro y el de Música.
Según los directores de cine, los funcionarios «no hicieron todo lo necesario para desactivar la bomba que el ya famoso artículo 4 de la ley 27.432 (votado durante la gestión macrista) tiene prevista para terminar con la cultura nacional a fin de este año».
Además, los directores se preguntaron «¿por qué continúa el mismo plan de fomento establecido por la gestión anterior para desfinanciar y obstruir al cine nacional?» y «¿por qué, en medio de la inflación galopante, el Incaa sigue atrasando la actualización del costo medio?» de producción de un largometraje.
A raíz de esta crisis durante el día de hoy circularon versiones sobre la posible salida de Puenzo de la presidencia del Incaa, luego de que Bauer señalara ayer, luego de la represión policial y a la puertas del Instituto, que iba a haber «cambios en el Incaa».
El cineasta Luis Puenzo, ganador de un premio Oscar por «La historia oficial» fue nombrado el 20 de diciembre de 2019 como presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, cargo en el que cesó hoy por un decreto presidencial 2022-183.
El Ministro de Cultura de la Nación había anunciado que habría cambios en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), frente a cuya sede se desarrolló la protesta contraria a la gestión de su titular, Luis Puenzo, que derivó en detenciones y enfrentamientos entre manifestantes y agentes de la Policía de la Ciudad.
“Con respecto a Puenzo, me voy a reunir con él, pero va a haber cambios en el Incaa porque la intención es darle solución a una situación tensa”, expresó Bauer en una breve e improvisada conferencia de prensa y mientras manifestantes que permanecían en el lugar gritaban “¡Fuera Puenzo!”.
El funcionario subrayó que “para este gobierno la producción de contenidos nacionales es fundamental”, pero aclaró que las leyes de fomento tendientes a favorecer esa política “dependen del ámbito legislativo”.
Dando muestras de conocer la delicada situación del Incaa, Bauer reconoció que “también hay una situación conflictiva en la Enerc (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica que depende de la entidad) y se va a llamar a concurso para el cargo de rector”.
La presencia de Bauer fue decidida para atender el contexto del enfrentamiento entre manifestantes y la Policía de la Ciudad de Buenos Aires debido al corte total de la calle Lima, que bordea la Nueve de Julio.
«Vine a parar la represión y a liberar a los detenidos. En este momento empezamos a trabajar en esto, ya hablé por teléfono con Enrique Avogadro (ministro de Cultura porteño)», expresó el ministro en esos momentos de tensión.
Más tarde, desde la cartera a su cargo, se emitió un comunicado donde se expresó “el más enérgico repudio ante el accionar de la Policía de la Ciudad, que generó los incidentes y la detención de tres trabajadores y estudiantes, que estaban manifestándose pacíficamente en las puertas del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa)”.
«Creemos que todos los trabajadores y trabajadoras tienen el pleno derecho a expresar sus reclamos libremente sin que eso implique enfrentamientos de ningún tipo con las fuerzas de seguridad”, abundó el texto.
Entre los detenidos durante la movilización y debido al alegado propósito policial de liberar un carril de la calle en la que funciona el Incaa, la Asociación Trabajadores del Estado citó a Agustín Ríos, Manuel Alam y Andrés Martiervich, los tres estudiantes de la Enerc, mientras que desde Documentalistas Argentinos (DOCA) añadieron al cineasta Juan Mascaró, quien preside esa organización.
Como fruto de los enfrentamientos, el cronista de Télam Carlos Marrero cayó en el lugar y sufrió una fuerte contusión en su rodilla derecha.
El cineasta Alejandro Rath, presente en el reclamo, dijo a Télam que «hubo un operativo policial desmesurado» para una manifestación pacífica y que el corte de calles sucedió porque la cantidad de gente presente superaba al espacio de la vereda y los dos carriles de Lima.
«Ellos (la policía) trajeron a la Infanteria para liberar el carril y se liberó. Después hubo una provocacion, que terminó en la detención de un estudiante de la Enerc», señaló el director de «¿Quién mató a Mariano Ferreyra?».
Diferentes actores del sector audiovisual convocaron a una concentración que se desarrolló desde las 15 para exigir la renuncia de Puenzo.
El principal descontento con la gestión del cineasta es con la no modificación del Plan de Fomento, «impuesto en el gobierno de (Mauricio) Macri que concentra la producción cinematográfica en las productoras más grandes radicadas en AMBA».
Los organizadores de la manifestación añadieron que Puenzo «no llevó adelante políticas que impulsen la producción de cine en las Provincias», según aseguró el Colectivo de Cineastas a través de una carta abierta que envió al ministro de Cultura, Tristán Bauer.
«El cine está atravesando un momento realmente crítico y preocupante, por un lado en diciembre de este año caducan los impuestos asignados a Cultura y esto impacta directamente en el cine, el teatro y la música», explica la productora Paula Orlando, miembro del Colectivo, en comunicación con Télam.
«Si solo dejamos a grandes plataformas producir contenidos, estamos hablando de la pérdida de miradas, de la pérdida de identidad, de la pérdida de soberanía cultural -y agrega- por otro lado nos enteramos de un decreto impulsado por la actual gestión del Incaa propone limitar los subsidios que recibe el cine volviéndolo más excluyente».
La carta de la entidad también enumera otras razones por las cuales cuestionan el funcionamiento del Incaa: «No estableció ninguna medida tendiente a revertir las enormes desigualdades de género a la hora de dirigir u ocupar roles centrales en los equipos técnicos, no se puso a la cabeza ni acompañó el reclamo del sector por la inminencia de la caducidad que implica el desfinanciamiento del área que conduce y se limitó a pedir en una reunión que crucemos los dedos para que salga el proyecto de ley del diputado Pablo Carro», en referencia a la iniciativa del legislador para extender el fondo de fomento más allá del 2022.
Además agregan que se desfinanciaron los festivales nacionales, no se impulsó la red de Espacios Incaa y tampoco se puso en marcha la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional (Cineain), entre otros reclamos.
Por su parte, el director Fernando Krichmar, integrante de Documentalistas Argentinos (DOCA), señaló: «Movilizamos al Incaa exigiendo la renuncia de Puenzo porque creemos que ya pasó un tiempo prudencial y ha demostrado realmente una gran insensibilidad hacia el cine independiente».
El documentalista explica que Puenzo, «no nos convoca al Consejo Asesor que es su obligación y ha presentado un proyecto de Plan de Fomento que ahonda la crisis en la que nos metió el macrismo, que tiene que ver con fortalecer el cine como un negocio y entretenimiento y prácticamente eliminarlo como parte de un proyecto cultural».
En ese sentido Krichmar sostuvo: «Creemos que el estado debe garantizar la producción, la distribución y la conservación de un cine que aporte capital cultural, diversidad de miradas y que tenga una producción que no esté ligada a los intereses de las grandes empresas nacionales y extranjeras».
En su comunicado, el Doca agrega otros cuestionamientos a las políticas llevadas adelante por el Incaa, como la «falta de llamado a concursos y convocatorias para operas primas», la ausencia de «políticas de fomento federales, de ficción y animación» y el incumplimiento «de la cuota de pantalla».
Los enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre las fuerzas policiales locales y medio centenar de manifestantes se desarrollaron a raíz del corte total de la calle Lima, que bordea a la Nueve de Julio, en un operativo que incluyó la detención de algunas personas.
Ante la situación planteada, dos horas después del inicio de la protesta el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, llegó hasta la sede del Incaa y expresó: «Vine a parar la represión y a liberar a los detenidos. En este momento empezamos a trabajar en esto, ya hablé por teléfono con Enrique Avogadro (ministro de Cultura porteño)».
Aunque la presencia del funcionario en la sede de la entidad obedeció a la emergencia frente al operativo policial que derivó en enfrentamientos y detenciones, no se descarta que el ministro procure corrdinar una reunión con Puenzo, quien durante la manifestación no se encontraba en el lugar.
El cineasta Alejandro Rath, presente en el reclamo, dijo que «hubo un operativo policial desmesurado» para una manifestación pacífica y que el corte de calles sucedió porque la cantidad de gente presente superaba al espacio de la vereda y los dos carriles de Lima.
«Ellos (la policía) trajeron a la Infanteria para liberar el carril y se liberó. Después hubo una provocacion, que terminó en la detención de un estudiante de la Enerc», señaló el director de «¿Quién mató a Mariano Ferreyra?».
Diferentes actores del sector audiovisual convocaron a una concentración que se desarrolló esta tarde en la que se exigió la renuncia de Puenzo y, mientras ocupaban la vereda y parte de la calle, la policía arremetió contra los manifestantes. Hubo empujones y gritos y algunos manifestantes terminaron dentro de los patrulleros.
El principal descontento con la gestión del cineasta es con la no modificación del Plan de Fomento, «impuesto en el gobierno de (Mauricio) Macri que concentra la producción cinematográfica en las productoras más grandes radicadas en AMBA».
Los organizadores de la manifestación añadieron que Puenzo «no llevó adelante políticas que impulsen la producción de cine en las Provincias», según aseguró el Colectivo de Cineastas a través de una carta abierta que envió al ministro de Cultura, Tristán Bauer.
«El cine está atravesando un momento realmente crítico y preocupante, por un lado en diciembre de este año caducan los impuestos asignados a Cultura y esto impacta directamente en el cine, el teatro y la música», explica la productora Paula Orlando, miembro del Colectivo.
«Si solo dejamos a grandes plataformas producir contenidos, estamos hablando de la pérdida de miradas, de la pérdida de identidad, de la pérdida de soberanía cultural -y agrega- por otro lado nos enteramos de un decreto impulsado por la actual gestión del Incaa propone limitar los subsidios que recibe el cine volviéndolo más excluyente».
La carta de la entidad también enumera otras razones por las cuales cuestionan el funcionamiento del Incaa: «No estableció ninguna medida tendiente a revertir las enormes desigualdades de género a la hora de dirigir u ocupar roles centrales en los equipos técnicos, no se puso a la cabeza ni acompañó el reclamo del sector por la inminencia de la caducidad que implica el desfinanciamiento del área que conduce y se limitó a pedir en una reunión que crucemos los dedos para que salga el proyecto de ley del diputado Pablo Carro», en referencia a la iniciativa del legislador para extender el fondo de fomento más allá del 2022.
Además agregan que se desfinanciaron los festivales nacionales, no se impulsó la red de Espacios Incaa y tampoco se puso en marcha la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional (Cineain), entre otros reclamos.
Por su parte, el director Fernando Krichmar, integrante de Documentalistas Argentinos (DOCA), señaló: «Movilizamos al Incaa exigiendo la renuncia de Puenzo porque creemos que ya pasó un tiempo prudencial y ha demostrado realmente una gran insensibilidad hacia el cine independiente».
El documentalista explica que Puenzo, «no nos convoca al Consejo Asesor que es su obligación y ha presentado un proyecto de Plan de Fomento que ahonda la crisis en la que nos metió el macrismo, que tiene que ver con fortalecer el cine como un negocio y entretenimiento y prácticamente eliminarlo como parte de un proyecto cultural».
En ese sentido Krichmar sostuvo: «Creemos que el estado debe garantizar la producción, la distribución y la conservación de un cine que aporte capital cultural, diversidad de miradas y que tenga una producción que no esté ligada a los intereses de las grandes empresas nacionales y extranjeras».
En su comunicado, el Doca agrega otros cuestionamientos a las políticas llevadas adelante por el Incaa, como la «falta de llamado a concursos y convocatorias para operas primas», la ausencia de «políticas de fomento federales, de ficción y animación» y el incumplimiento «de la cuota de pantalla».