La noche del 15 de noviembre de 2010, horas después de que su madre muriera en su casa de Boston, Reed Hastings se sentó en la cocina junto a su padre, Wilmot. Era el cierre de una historia de amor de más de 50 años y ni él ni sus hermanos sabían cómo el progenitor iba a procesar esta despedida. Así que tomó sus manos, lo miró a los ojos y le dijo que lo invitaba a un viaje a solas a cualquier parte del mundo. Wilmot, emocionado, le dijo muy convencido: “Siempre quise conocer Argentina”. Y así, a los tres días de esa triste noche, padre e hijo pisaron el aeropuerto de Ezeiza para comenzar una semana que jamás olvidarían.
Un año más tarde, Hastings regresaría a nuestro país pero con un viaje muy diferente, el lanzamiento en estas tierras de su sueño más querido, una plataforma para ver películas y series en Internet llamada Netflix.
“Mi primera visita a la Argentina fue realmente inolvidable. El plan era pasar tiempo con mi padre pero también sanar juntos la herida de la despedida de mi mamá y crear nuevos recuerdos felices. Pocas horas después de pisar suelo porteño, almorzamos en el hotel. Comimos un bife y pedimos una botella de vino. Ese mismo día, cenamos dos bifes y tomamos dos botellas… ¡y nunca nos detuvimos! Creo que ése es el inicio de mi romance con esta ciudad y con este país”, confiesa entre risas el CEO de Netflix a Viva.
Está sentado en un pequeño living especialmente acondicionado para este encuentro en la Usina del Arte, en el barrio de La Boca. Hastings (59) vino a presentar las nuevas producciones locales de su empresa (incluyendo series, películas y documentales) y a anunciar que la compañía abrirá oficinas aquí.
A pesar de que es considerado una de las personas más importantes del mundo del entretenimiento a nivel global, y que seguramente será recordado en la historia de la industria audiovisual por su increíble visión de futuro, siempre mantiene una extraña calma y le entretiene contar en detalle todo lo que vivió en ese primer y tan personal viaje: “Recuerdo muchísimo el Espacio de la Memoria y los Derechos Humanos en la ex ESMA. Se había inaugurado hacía poco y realmente uno podía sentir todo lo que había sucedido allí, fue una experiencia muy movilizante para mi padre y para mí. Después nos fuimos a Mendoza, en donde recorrimos las bodegas. En mi lista de sitios que quiero conocer pronto están la Patagonia y las Cataratas. Hoy voy a almorzar en el restaurante Patagonia Sur, de Francis Mallmann, y espero que no me defraude”.
Hastings no parece ser una persona que se defraude fácil. De hecho, una de las claves de su éxito es su capacidad para transformarse y cambiar, incluso cuando el resto de las personas aún no puede ver las oportunidades y desafíos que él intuye que llegarán en el futuro.
“Mi historia con Netflix –cuenta– comenzó hace más de 35 años, cuando era un profesor de secundaria en Suazilandia, un pequeño país en el sur de Africa. Ahí descubrí que mi amor por las matemáticas podía acercarme al mundo de las computadoras, que siempre me fascinaron. Así que volví a los Estados Unidos y estudié Ciencias de la Computación en la Universidad de Stanford en 1988. Decidí emplearme en una compañía que me permitiera conocer más acerca de la informática y comencé sirviendo café en una pequeña start up llamada Adaptive Technology, en donde crecí y aprendí. Me fui para fundar mi propia empresa, Pure Software, y aprendí incluso más.”
Hastings visitó la Argentina por primera vez como turista, acompañado a su padre. Foto: Andrés D’Elía.
Imaginé cómo sería poder ver filmes sin tener que salir de tu casa y así nació Netflix, que te permitía alquilar títulos por correo; simplemente eran cartas que iban y venían.
Reed Hastings, fundador de Netflix
Hastings advirtió que, en esos años, el entretenimiento hogareño estaba desarrollándose y que tenía un solo jugador: la cadena de locales Blockbuster de alquiler de películas: “Imaginé cómo sería poder ver nuevos filmes sin tener que salir de tu casa y así nació Netflix, que te permitía alquilar títulos por correo; simplemente eran cartas que iban y venían. Los primeros años fueron hermosos pero también una pesadilla. Primero tuvimos que ser pacientes y esperar a que más personas adoptaran el formato, porque el VHS aún era muy popular, y cuando lo logramos tuvimos tanto éxito que no nos alcanzaban los DVD que se producían en el país. Hubo que superar muchísimos obstáculos de logística y enfrentarnos a un monstruo como Blockbuster, pero conseguimos posicionarnos, entrar a la Bolsa y obtener el dinero para cumplir nuestro otro sueño: hacer streaming”.
-¿Entonces el plan siempre fue poder ver películas por Internet?
-¡Sin dudas! Por eso le pusimos a la compañía Netflix y no “DVD por Correo”. Net es, en inglés, red y Flix, película. En los primeros años fue difícil que se entendiera nuestra idea, pero finalmente despegó y entre 2010 y 2011 empezamos a crecer. En 2010 llegamos a Canadá y mientras estaba en Buenos Aires con mi padre recuerdo que me informaron que habíamos superado los primeros 20 millones de suscriptores y decidimos expandirnos a más países. Así fue que volví a la Argentina unos meses después para lanzar el servicio…
-Yo estuve en esa presentación. Fue, en muchos sentidos, decepcionante. Nadie terminaba de entender en qué consistía Netflix y, cuando lo probamos, todas las películas estaban dobladas, sin subtítulos, algo que no refleja nuestros hábitos…
-Sin dudas cometimos muchos errores cuando desembarcamos en la Argentina pero lo que tiene de bueno una compañía como Netflix es que podemos cambiar y adaptarnos fácilmente. Recuerdo que a los pocos días ya estaban los subtítulos disponibles. Por eso nos dedicamos mucho a escuchar y leer lo que dicen y hacen nuestros usuarios, para siempre darles más y más opciones. Por ejemplo, desembarcamos en tu país con un precio en dólares y eso pudo haber servido para los primeros que nos contrataron, pero sin dudas era una barrera para popularizarnos, así que pesificamos la tarifa. Y nos dimos cuenta de que necesitábamos contenido local, así que apostamos por Edha (serie protagonizada por Juana Viale) y no nos fue bien, pero ahora por ejemplo estamos felices con la serie documental sobre la muerte de Alberto Nisman, que es de las cosas más populares que hemos hecho en este país.
Hastings cree que, más allá de las crisis continuas, Argentina es un buen mercado. Foto: Andrés D’Elía.
Si el algoritmo para hacer la serie perfecta existiera, jamás hubiésemos hecho Edha.
Reed Hastings, fundador de Netflix
-En esa visita, le pregunté cuál creía que era la competencia de Netflix. Me dijo: “Cualquier cosa que hagas en tu tiempo libre: ir a la plaza, jugar con tus amigos, salir a comer afuera”. ¿Sigue pensando eso?
-¡Oh, no! Es cierto que éramos algo que pensábamos y sobre lo que trabajábamos internamente pero nos dimos cuenta de que era una locura. No era efectivo posicionarnos así porque obviamente no servía de mucho, era algo demasiado general. Ahora decimos que nos disputamos el “tiempo de pantalla”, es decir, el tiempo que alguien está frente a su teléfono, televisor o computadora. Así que la competencia incluye a los videojuegos y a YouTube, por ejemplo, que hoy es nuestro máximo rival. También podríamos pensar en el tiempo que uno pasa en redes sociales. Si estás frente a un dispositivo con una pantalla y tenés tiempo libre para entretenerte, es ahí cuando nosotros queremos ser tu primera y mejor opción.
-Argentina vive de crisis en crisis, ¿qué encuentra de atractivo una compañía extranjera para seguir invirtiendo si parece que no somos un buen negocio?
-Nos encanta que sea una sociedad tan amplia y diversa, con mucho apetito por buenas historias. Sabemos que tiene muchas fluctuaciones con el valor del peso, lo hemos visto subir y bajar en esta década, pero ya nos acostumbramos a su volatilidad. Y nosotros estamos apostando por el largo plazo y somos optimistas en que superarán cualquier momento difícil. Yo aprendí que si alguien apoya a otro cuando está mal, cuando llegan los buenos tiempos siempre es recordado. Además, ustedes tienen una fuerte tradición de pagar televisión por cable y banda ancha, que no es usual en otros países de la región, y eso obviamente es atractivo para nosotros, porque queremos tener una audiencia que entienda el valor de lo que hacemos.
-Netflix se caracteriza por ser una compañía innovadora que invierte muchísimo en tecnología, casi tanto como en contenido, ¿les cuesta probar nuevas cosas siendo líderes en su sector?
-Nosotros alentamos a tomar riesgos y ver qué resulta. Y somos consecuentes con esa premisa, porque no vamos a despedir a nadie ni a castigarlo por equivocarse. Entendemos que innovar implica probar cosas y arriesgarse, algo que suele terminar en un fracaso. Pero tratamos de aprender algo de eso. Nuestro objetivo es crear una cultura corporativa en la que las personas tomen riesgos y saquen sus conclusiones.
Edha, la primera serie argentina de Netflix, con Juana Viale de protagonista. Para el CEO de Netflix, fue un error.
-Con tanta inversión puesta en crear algoritmos que entiendan nuestros gustos y nos sugieran nuevos títulos, ¿los usan para crear el contenido?
-Si el algoritmo para hacer la serie perfecta existiera, jamás hubiésemos hecho Edha.
-¿Tan mal recuerdo tiene de la serie?
-Vamos a ponerlo así: como te dije, de todos los errores aprendemos algo y creemos que somos muy buenos para readaptarnos y mejorar, ya no vamos a cometer ciertos deslices en ficciones como Puerta 7 o El Reino.
-Cada vez tiene más competidores, ¿le preocupa la llamada “guerra del streaming”?
-¡Para nada! Es una carrera estimulante. Nosotros estábamos acá desde hace una década e iniciamos un camino que hoy es muy exitoso y popular. De hecho, por años nuestra pregunta más frecuente fue: “¿Cuándo los grandes estudios van a lanzar sus propias plataformas?” ¡Estábamos ansiosos de que llegara ese momento! Ahora se sumaron Disney, CBS, BBC, Amazon, Globo en Brasil y pronto llegará HBO. Creo que es evidente que Internet es el sitio para el entretenimiento. Nuestra misión es encontrar historias increíbles y compartirlas con todo el mundo. Las buenas historias nos unen, incluso en un mundo tan dividido y enfrentado como éste. Queremos ser el sitio en donde se comparten historias, en donde hay risas pero también lágrimas y reflexiones.
Fuente: Clarín