Desde ataques de celos que escalaron a sonados hechos de violencia hasta odiseas que atravesaron mujeres en sus respectivos matrimonios, estos casos impactaron por cómo las víctimas intentaron protegerse de situaciones angustiantes que fueron la punta del ovillo, la pesadilla previa a sus atribulados finales.
*Marie Trintignant y un final de dolorosa brutalidad
La hija del legendario actor francés Jean-Louis Trintignant y la directora Nadie Marquand había decidido seguir los pasos de su padre, debutando en el mundo de la interpretación a mediados de los 60, bajo la dirección de su madre, y luego de realizadores como Claude Chabrol, Alain Corneau y Léos Carax. Marie estaba cumpliendo el sueño de su vida, con una prolífica carrera construida con 41 años cuando, la noche del 26 de julio de 2003, su novio desde hacía poco más de un año, el cantante Bertrand Cantat, escuchó un mensaje que le había dejado el exmarido de la mujer, Samuel Benchetrit, y comenzó a golpearla brutalmente en la cabeza, lo que ocasionó que Marie cayera al suelo inconsciente y fuera posteriormente trasladada a un hospital de Vilna, Lituania, donde se encontraba filmando un largometraje.
Trintignant, quien estaba viviendo un infierno junto con Cantat, fue operada en la clínica y repatriada dos días más tarde. La actriz tenía un edema cerebral y, si bien se le realizó una segunda intervención en Francia, no pudo ser salvada. Luego llegó el juicio. Cantat alegó que Marie se había caído de manera accidental producto de un forcejeo en una discusión, pero la autopsia demostró lo contrario, ya que los numerosos golpes que había recibido no coincidían con el de una caída. El cantante, líder de la banda Noir Désir, fue condenado a ocho años de prisión por homicidio involuntario, pero cumplió solo cuatro.
*Stephanie Moseley: un final que impactó a estrellas de la música
La bailarina y actriz canadiense Stephanie Moseley quería abrirse camino en el mundo de la música y el cine, y dio sus primeros pasos en la comedia Hellcats, además de en el programa de baile Hit the Floor. Sin embargo, sus anhelos quedaron truncos en diciembre de 2014 cuando, a los 30 años, fue asesinada por su marido, el rapero Earl Hayes. De acuerdo con los informes de ese año, la policía llegó al lugar del crimen cuando se escucharon varios disparos en el departamento que la joven compartía con su pareja. Al ingresar, encontraron no solo el cuerpo de Moseley sino también de Hayes, quien se había suicidado tras asesinar a su esposa.
Al conocerse la impactante noticia, muchas artistas con quienes Moseley había trabajado como bailarina, Rihanna y Jennifer Lopez entre ellas, se pronunciaron al respecto. Por otro lado, las amigas de la fallecida actriz y cantante también expresaron su profundo dolor. Sine mbargo, decidieron recordarla por cómo disfrutaba la vida y no por su trágico final. “Stephanie era un verdadero ángel con cada persona que conocía”, declaró una de sus confidentes, Eva Marcielle. Asimismo, la cadena VH1, que transmitía Hit The Floor, emitió un comunicado respecto al femicidio, que causó una gran conmoción. “Estamos muy angustiados por el fallecimiento de Stephanie. Era un rayo de luz en nuestra familia televisiva, una persona extraordinaria”, remarcaron.
*Phil Hartman, víctima de la violencia de su esposa
El asesinato del querido comediante Phil Hartman también generó un impacto ineludible. El artista, que había alcanzado reconocimiento en esa cantera de talentos que es Saturday Night Live, estuvo casado en tres oportunidades. Luego de sus divorcios de Gretchen Lewis y Lisa Strain, en 1987 apostó nuevamente por una relación consolidada con Brynn Omdahl, una modelo que quería dar su gran salto al cine. Allí quería llegar con la ayuda de Hartman, quien respaldaba cada una de sus decisiones. Aunque había trascendido que la pareja solía discutir en público, nadie imaginó lo que pasaba puertas adentro: Omdahl consumía toda clase de drogas y tenía actitudes violentas con Hartman, algo que fue corroborado por varias amigas de la modelo.
La noche del 27 de mayo de 1998, la modelo fue a un bar junto con la productora Christine Zander. Al regresar alcoholizada al hogar, empezó a confrontar a Hartman, quien decidió irse a descansar tras, presuntamente, haberle perdido el divorcio a Brynn. Minutos después, la mujer ingresó al cuarto, tomó un arma y disparó tres veces contra su marido, quien se encontraba dormido en su habitación.
Según informó el diario El País, “un disparo fue en el brazo, otro en el cuello y el último en la cabeza”. Después del asesinato, la mujer fue a la casa de un amigo de la pareja, Ron Douglas, y le contó lo que había hecho. El hombre no le creyó al verla fuera de sí, “completamente borracha”. De todos modos, cuando notó que seguía portando el arma, ambos regresaron a la casa que ella compartía con Hartman y Douglas se encontró con la escalofriante escena. A los pocos minutos, Brynn Omdahl se encerró en el cuarto donde había asesinado a su marido y se quitó la vida. La pareja tenía dos hijos, Sean y Birgen, quienes se encontraban en la casa. “Ahora dos niños se han quedado sin las dos personas más importantes para ellos y con una vida llena de confusión por delante”, declaraba entonces Rita Wilson, amiga de Hartman, una de las tantas figuras de Hollywood en mostrar su desconcierto por lo acontecido.
*Dominique Dunne y una incesante lucha por su vida
La estrella de Poltergeist, Dominique Dunne, tenía 21 años cuando se enamoró de John Sweeney, el sous-chef de Ma Maison, un prestigioso restaurante de West Hollywood. Cuando Dunne lo conoció, encontró en Sweeney a una persona que, según ella, podía comprenderla cabalmente. Sin embargo, el sueño de una relación feliz se disipó cuando la joven empezó a sentirse incómoda en su convivencia con Sweeney, quien reaccionaba de manera violenta en lo cotidiano. El joven le había pedido a Dominique que se aleje de sus amigos, y luego la mantenía encerrada en la casa que compartían, donde la agredía física y verbalmente.
Luego del estreno de Poltergeist, en 1982, la situación empeoró porque la fama de la actriz había crecido de un momento a otro. Una noche, un hombre que había visto el film se acercó a la actriz y le comentó lo mucho que había disfrutado de su actuación. Sweeney lo tomó del cuello y lo golpeó contra una pared, para asombro de Alex, el hermano de Dominique, quien fue testigo de ese hecho y quien le habló a su familia de lo sucedido. A partir de ese momento, intentaron alejarla del chef.
El 30 de octubre de 1982, Dunne se encontraba ensayando en su casa -ya no compartía techo con Sweeney, a quien había dejado de frecuentar- para un nuevo proyecto que la tenía entusiasmada, la miniserie de ciencia ficción V. En el lugar también se encontraba su colega David Packer. En un momento, su exnovio apareció en el hogar y la joven accedió a hablar en el porche. Mientras tanto, Packer se encontraba dentro de la casa de la actriz, cuando escuchó gritos y golpes. Al salir, vio al femicida arrodillado ante Dunne, quien ya estaba agonizando. “Maté a mi novia y después intenté suicidarme”, le confesó Sweeney. La actriz fue trasladada al centro médico Cedars-Sinai. Su cuadro era de un coma irreversible. Luego se confirmó que Sweeney la había estrangulado por cuatro minutos.
El 4 de noviembre, sus padres pidieron que su hija fuera desconectada del soporte vital. El 21 de septiembre de 1983, el jurado integrado por nueve hombres y tres mujeres declaró a Sweeney culpable de homicidio involuntario y de ataque físico con abuso de violencia: el hombre solo tuvo que cumplir una condena de tres años y siete meses. El padre de Dominique se mostró consternado ya que, durante el juicio, se desestimaron los testimonios de otras mujeres víctimas de la violencia de Sweney, quien tenía numerosos antecedentes.
*Dorothy Stratten y el femicidio que dejó sueños truncos
La exmodelo de Playboy Dorothy Stratten quería darle un giro a su vida, y su próximo paso era el de convertirse en una actriz respetada. Luego de protagonizar el film Galaxina, conoció al realizador Peter Bogdanovich, quien le ofreció el rol de Dolores Martin en su comedia romántica Nuestros años tramposos. Así, Dorothy estaba finalmente cumpliendo uno de sus grandes sueños, al trabajar junto a estrellas como Audrey Hepburn, Ben Gazzara, John Ritter, Colleen Camp, y Patti Hansen. Por fuera de lo profesional, el panorama era oscuro: su expareja y manager, Paul Snider, había comenzado a perseguirla, lamentándose por la separación. “Dorothy estaba muy bien y eso le molestaba a Paul”, expresó un amigo de la joven. “Él pensaba que era su dueño, creía que era su creación y que tenía control sobre ella”, sumaron otras fuentes. “No hacía otra cosa que hablar de ella y todo lo que hacía era en función de eso. También aludía constantemente al suicidio”, sumaron conocidos del promotor.
En ese momento, Stratten estaba conviviendo con Bogdanovich en su mansión de Bel Air. La actriz y el director se habían enamorado en el rodaje de Nuestros años tramposos y habían iniciado una relación. Por lo tanto, aunque ella intentó terminar el vínculo con Snider de manera definitiva, el hombre estaba fuera de sí. Una semana antes de su muerte, Dorothy le contó que se había enamorado de Bogdanovich y que quería que firme los papeles de divorcio, proceso que Paul estaba dilatando.
El hombre le prometió calmarse y sentarse a hablar sobre un acuerdo unos días más tarde pero, como luego declararían testigos y el detective encargado del caso, tras esa conversación pidió prestada un arma a un amigo, el 13 de agosto de 1980. Al día siguiente, Snider la esperó en la casa que habían compartido antes de la separación, abusó sexualmente de ella, le disparó a sangre fría en el rostro y se quitó la vida una hora después, según determinaron los médicos forenses.
“La escena del crimen parecía una película de terror, era la imagen más aterradora del mundo, algo que no se te va más de la cabeza”, declaró la esposa del hombre que vivía con Snider pero que había salido en el momento del disparo. El cuerpo de la joven de 20 años fue cremado y sus cenizas permanecen en el cementerio Westwood Village Memorial de Los Ángeles.
Fuente: Milagros Amondaray, La Nación.