«No había visto la serie pero sí conocía a varios de los actores y seguía sus carreras», confesó Masini a Télam, tras admitir que tuvo que ver las dos temporadas al hilo antes de viajar a rodar a Europa para «entender el código, cómo trabajan, qué fotografía buscan».
«Cuidan mucho la luz, los vestidos, tienen una cosa muy elegante, son muy detallistas a nivel visual», añadió el actor y cantante, que sus 26 años cuenta con numerosos trabajos en cine, teatro y TV.
«El clan» de Pablo Trapero (2015) en la gran pantalla, y series televisivas de diferentes géneros como «Esperanza mía» (2015-2016), «Amar después de amar» (2017) y «Cuéntame cómo pasó» (2017), son algunos de los más destacados.
Ambientada en la Riviera francesa, la trama comienza con la historia de Georgina (Julia Stiles), una joven apasionada del arte que disfruta una vida de lujo tras haberse casado con el multimillonario Constantine Clios (Anthony LaPaglia). Ambos vivían en una villa con tres hijos de él hasta que Constantine muere en extrañas circunstancias y ella debe investigar el pasado de su marido y el origen de su fortuna.
Ahora, en esta tercera temporada, de ocho episodios de una hora, Georgina tiene una nueva identidad e inicia una nueva vida como estrella emergente en la restitución de obras de arte internacionales asociada al despreocupado, carismático y sofisticado Gabriel Hirsch (Graves).
Desde Venecia, Italia, se arrojan a una oscura conspiración luego de confiscar un artefacto aparentemente desconocido de un comerciante corrupto que lo llevarán de vuelta a Riviera y luego a Buenos Aires.
Gabriel Corrado será Víctor Alsina Suárez, un despiadado jefe de gobierno porteño, y Masini será su hijo menor, César, que siempre busca impresionarlo.
«Mi personaje vive allá pero es argentino, bastante divertido, atraviesa todos los capítulos sin reglas ni límites y es muy showman: se lookea mucho, usa camisas locas, cinturones, anteojos y le aporta a la serie ese color de alguien más joven, poniendo en peligro a la protagonista constantemente», contó Masini.
Sobre la experiencia de trabajo en una producción internacional destacó que «el modo cambia bastante porque, por ejemplo, literalmente se toman un día entero para grabar una escena».
«Hacen miles de planos desde todos los ángulos, con helicópteros, drones, miles de extras, todo eso ya hace que sea distinto porque son producciones muy grandes, escenas muy grandes, muy complejas, pasan un montón de cosas», amplió.
«También hay mucho tiempo para ensayar, para entender lo que uno quiere decir y con tiempo todo es más fácil», agregó y contó que la exigencia de grabar en otro idioma no fue tan compleja porque había estudiado en un colegio inglés.
Por último, tras contar que durante el rodaje en Buenos Aires fue con parte del elenco a ver un parto a la cancha de River, señaló que su participación en la serie «rompió las fronteras de su carrera» y adelantó, sin demasiado detalle, que en enero irá a grabar otra serie internacional para una «importante plataforma» a México.