Está claro que las plataformas de streaming transformaron por completo los modos de ver televisión. El principal responsable de ese cambio es Netflix, el servicio con más suscriptores en el mundo que funciona a partir de un sistema de recomendaciones complejo y patentado. El famoso algoritmo.
Si antes la pelea hogareña era por el control remoto, ahora es por el usuario de Netflix que se decide utilizar para empezar una determinada serie o película. “No me arruines el algoritmo”, puede reclamar alguno de los perfiles asociados a una misma cuenta.
¿Pero cómo funciona ese proceso que va delineando un arquetipo de televidente? Netflix lo llama “sistema de recomendaciones”. Cada suscriptor va trazando su propio perfil según lo que haya estado mirando desde que se activa la cuenta por primera vez.
El algoritmo calcula la probabilidad de interés de un determinado título del catálogo a partir de varios factores. Los primeros tres son: Interacción con el servicio (historial de visualización y calificaciones asignadas a otros títulos); Actividad de otros miembros con gustos y preferencias similares; e Información sobre los títulos, como género, categorías, actores, año de lanzamiento, etcétera.
Ése es el primer gran «agrupador». Pero a partir de ahí, empiezan a jugar subcategorías que también sirven para personalizar las recomendaciones, como la hora del día en que se ve tal contenido, los dispositivos que se utilizan para ver Netflix y un tiempo promedio de visualización.
“Todos estos datos sirven para alimentar y procesar nuestro algoritmo”, explica Netflix desde su propia página. Y aclara que “el sistema de recomendaciones no incluye información demográfica, como la edad o el género, en el proceso de toma de decisiones”.
Netflix te acompaña a todas partes.
Vale decir que el algoritmo tiene una influencia mayor cuando el usuario no tiene qué claro mirar. Entonces, si se tipea un término en el buscador, el sistema arrojará resultados basados en las acciones de otros miembros que hicieron la misma consulta o una similar.
De esta manera, cada nueva producción del catálogo mostrará un porcentaje de coincidencia con los gustos del usuario, un número que se va construyendo según lo que se haya visto anteriormente. Esa cifra dejará de aparecer en contenidos ya consumidos.
Este proceso automático comienza a funcionar desde la creación de una cuenta, cuando Netflix solicita la opción de seleccionar algunos títulos para empezar a configurar recomendaciones personalizadas. Si se saltea este paso, la plataforma ofrece una lista variada de sus producciones más reconocidas.
Pero una vez que se le da play a una serie o película, esa información suplanta las preferencias iniciales. “Con el correr del tiempo, los títulos que viste más recientemente tendrán más peso en nuestro sistema de recomendaciones que los títulos que viste hace mucho”, se explica desde la plataforma.
Lo que no varía demasiado es la categorización que propone Netflix. En la parte superior se muestran las categorías que la plataforma recomienda con más énfasis. La primera fila que aparece es “Populares en Netflix”; le sigue “Continuar viendo” (con los títulos que estás viendo o empezaste a ver); y “Tendencias”, entre otras. Dentro de cada una de esas categorías, los títulos se visualizan de izquierda a derecha según las preferencias de cada usuario.
Una variación a ese lineamiento es el rubro “Mi lista”, una opción que permite al usuario agregar contenido a ver en un futuro, y que, en el caso de que se utilice, aparecerá como primera categoría.
La última adición del servicio en cuanto a categorías es la de los 10 títulos más populares del país en cuestión.
Fuente: Clarín