A lo largo de sus años en Hollywood, Bruce Willis fue muy reservado en lo referido a sus relaciones amorosas. Y si bien fueron pocas las parejas que oficializó, el más popular de sus vínculos estuvo marcado por un amor que se prolongó mucho más allá del divorcio, y que el tiempo convirtió en una profunda amistad.
La noche en la que se conocieron
Bruce Willis nació en Alemania, el 19 de marzo de 1955, y a los dos años se mudó a Estados Unidos. Durante su adolescencia probó todo tipo de trabajos, aunque en la actuación encontró su pasatiempo predilecto. Con el tiempo, ese hobby se convirtió en la promesa de un oficio, y en 1977 debutó en una obra del off de Broadway.
En 1985 obtuvo el protagónico de Luz de luna, una serie policial que homenajeaba en su tono a las viejas comedias matrimoniales de los 30. Willis ganó mucha popularidad por ese trabajo, y su rol en Duro de matar lo catapultó a lo más alto de Hollywood, inaugurado una carrera llena de grandes éxitos de taquilla. Y así como a finales de los 80 su vida profesional daba un drástico vuelco, lo mismo sucedería con su corazón.
En 1987, Bruce asistió a la premier del film Stakeout. En ese mismo lugar se encontraba Demi Moore junto a Emilio Estevez, y aunque ella asegura que en ese momento lo acompañó en calidad de amiga, otras versiones aseguran que aún estaban en pareja. «Está todo el tiempo viendo qué hacés, se te pega como un traje barato en la lluvia» le dijo Emilio a Demi cuando la noche terminó. El «traje barato» al que se refería era Bruce Willis, quien durante esa misma velada, no dudó en invitarla a salir.
En apenas cuatro meses, habían pasado de ser dos desconocidos a constituir uno de los noviazgos más sólidos de Hollywood. Durante una noche en un casino de Las Vegas, en 1988, Bruce sugirió con total naturalidad que quizá era momento de casarse. Sobre esa velada, Moore recuerda: «Hacíamos muchas bromas sobre ese tema, pero de golpe él pareció estar hablando muy en serio». Ese mismo día contrajeron matrimonio, y si bien todo era perfecto según los medios, puertas adentro algunas crisis iniciales vaticinaban que la felicidad podía durar poco.
En menos de un año, Bruce y Demi se habían conocido, estaban casados y la llegada de Rummer, primera hija de ambos, era inminente. Todo parecía ir muy rápido, las fricciones aparecían y según deslizó Demi en su biografía, Inside Out, su ascendente carrera en Hollywood incomodaba a su marido.
Demi y Bruce, encerrados en el matrimonio
En 1991, la pareja recibió a su segunda hija, Scout, en un momento en el que la carrera de Willis también ganaba mucha fuerza. Demi, por su parte, gozaba de una posición de privilegio en la industria. Pero Bruce no se encontraba a gusto en ese matrimonio, y luego de cuatro años le anunció a su esposa que el divorcio era una posibilidad concreta. Sobre ese momento, Demi recuerda: «Mi carrera profesional se estaba disparando, pero mi vida personal era muy dolorosa. Bruce estaba preparándose para irse a filmar una película a Europa llamada Hudson Hawk. Era un título que generaba mucha expectativa, y una producción de gran presupuesto. Justo antes de viajar, me tiró la bomba y me dijo que ya no sabía si quería seguir casado conmigo».
Willis se mostraba algo distante a medida que Demi protagonizaba varios de los episodios más importantes de Hollywood, como la icónica tapa de Vanity Fair para la que posó embarazada, su protagónico en Cuestión de honor y en Striptease, un papel que la convirtió en la actriz mejor paga de la industria. Bruce también era de las estrellas más taquilleras, con trabajos que recaudaban sumas millonarias como Tiempos violentos, las secuelas de Duro de matar o El último boy scout. En 1994 nació la tercera hija de la pareja, Tallulah, en un contexto en el que el trabajo de ambos los alejaba drásticamente del vínculo que mantenían. Sus agendas se cruzaban, no compartían demasiado tiempo juntos y la armonía parecía solo posible a la distancia, y no bajo el mismo techo. Los años pasaban, el lazo afectivo seguía, pero el romance mostraba señales de fatiga.
En 1998, Demi y Bruce hicieron pública su separación, y el juicio de divorcio se completó en el año 2000. Inesperadamente, el actor llegó a confesar que no «supo qué sucedió para que el matrimonio fallara». Willis, que jamás solía referirse a su vida privada, sorprendió en una nota para la Rolling Stone cuando habló a corazón abierto sobre su separación. En esa oportunidad, el actor contó: «Aún amo a Demi. Somos muy cercanos. Tenemos tres hijas a las que debemos criar juntos, y probablemente eso nos acerque más de lo que estuvimos como pareja. Sabemos que tenemos un compromiso de por vida con ellas. Y nuestra amistad seguirá adelante. Es muy difícil vivir tu vida y tu matrimonio cuando todo el tiempo estás bajo la lupa de los medios, y eso es lo que suele pasarle a las parejas compuestas por estrellas de cine».
Irónicamente, el divorcio le hizo muy bien a la pareja. Bruce y Demi demostraron tener un vínculo afectivo inmenso, y nunca protagonizaron escándalos de ninguna clase. La paz y el amor entre ambos era tal que Demi llegó a expresar: «Estoy orgullosa del divorcio con Bruce, y durante nuestro tiempo junto no conectamos tan bien como lo hicimos una vez separados».
El amor es la respuesta
Luego de poco más de una década junto a Demi, Bruce tuvo dos relaciones breves. En el 2000 presentó oficialmente a María Bravo como su nueva compañera. Ellos se conocieron en la apertura de una sucursal española de Planet Hollywood, y luego de charlar unos minutos, el actor la invitó a almorzar. Poco tiempo después, se mudaron juntos, pero el romance duró poco más de un año.
En 2002, en un recital de los Rolling Stones, Willis conoció a la actriz Brooke Burns, y a al año siguiente anunciaron su relación. La pareja parecía consolidarse a gran velocidad, ella compartía mucho tiempo con las hijas de Bruce, y todo indicaba que el casamiento era inminente. Sin embargo, nueve meses después, un comunicado anunciaba que el amor había llegado a su fin.
Luego de esa decepción amorosa, Willis prefirió conservar su soltería. En distintas notas aseguraba no estar predispuesto a un nuevo romance, pero eso no tardó en cambiar. En 2009, el actor de 54 años se casó con la modelo Emma Heming, de 31. La noticia sorprendió a los medios especializados, pero él estaba muy entusiasmado y así lo expresaba en una nota: «La mayor parte de los últimos años la pasé soltero, y en buena medida fui muy infeliz. Pasé de decir que me importaba muy poco el amor, a pensar que esa era la verdadera respuesta. Y así empecé una relación con Emma, y poco a poco mi vida comenzó a ser mucho más plena».
Junto a la modelo, Willis tuvo a dos hijas más, Mabel y Evelyn. El romance entre ellos proliferó; entregados a su amor, en 2019 celebraron una segunda boda para confirmar el vínculo.
Cuarentena con Demi
A lo largo de 2020, y con una gran parte del mundo en cuarentena, sorprendieron las imágenes que encontraban a Demi Moore y Bruce Willis compartiendo el confinamiento juntos. Y es que la amistad entre ambos nunca se extinguió, y cuando Demi atravesó varios momentos difíciles, principalmente en lo relacionado a su adicción al alcohol, Willis la acompañó incondicionalmente. A pesar de sus nuevas parejas (ella tuvo también varios compañeros, entre los que se destacó Ashton Kutcher), Bruce y Demi siempre mantuvieron un vínculo cercano, y hasta asistieron a sus respectivas bodas.
En una entrevista de 2015, Rumer, la hija mayor del matrimonio, expresó: «Yo agradezco mucho que mi padre y mi madre hicieran tanto esfuerzo por mantener a la familia unida, y no como dos polos separados. Eso fue muy importante y provocó algo muy positivo». Actualmente, Willis disfruta de su matrimonio, de una entrañable amistad con Demi, y de cinco hijas con las que pasa la mayor cantidad de tiempo posible.
Fuente: La Nación