La palabra de Miguel Rodríguez Arias, creador del programa.
No es condición imperante que se represente a un solo personaje, sino que, por el contrario, muchas veces el mismo artista da vida a varios. A la hora de escribir, crear un personaje convincente es probablemente una de las partes más difíciles e importantes. Si los personajes fallan, la historia se desmorona, por bien que hayas trabajado su trama o acertado en el resto de elementos que la componen.
Alma de actor, un proyecto que se inició hace 11 años, tendrá su lugar a la pantalla de la Televisión Pública para mostrar el detrás de escena de los actores y actrices, que reflejará el complejo y apasionante proceso de transformar el texto de un libro, en un personaje contado por sus propios protagonistas. En este caso son 13 actores de mucha popularidad que el periodista Miguel Rodríguez Arias convocó para llevar a cabo esta idea que nació en 2010.
“El proyecto nació en una charla con Pepe Soriano que lo fui a entrevistar por otro tema y me comenta que había llegado un documental de España sobre los actores españoles más significativos, pero de estilo biográfico. Me puse a investigar y me entusiasmé”, cuenta Miguel Rodríguez Arias en diálogo con Teleshow. “No había trabajado con actores, si trabajé con arquitectos, con pintores y con músicos. Y me llevó bastante tiempo encontrar la idea porque tenía que ser algo que me apasione, después que sea motivante para los actores y fundamentalmente que le interesara al público”, agrega.
A medida que fue planeando lo que este martes saldrá al aire a las 23.30 horas, su director explica: “El tema biográfico no era un tema convocante y ahí me di cuenta que la idea del ciclo tenía que ir por el lado de que el actor cuente sobre la construcción de un personaje, tema muy poco abordado. Había una serie en Film & Arts– recuerda- donde un poco se hablaba, pero muy por encima porque la mayor parte de la entrevista se dedicaba a temas personales de cómo había sido el actor cuando era chico y si los padres habían sido también de la profesión”.
Sin embargo, el toque final que determinó definir el proyecto fue un libro de Oscar Martínez que se llama Ensayo General. “Me lo devoré varias veces. Ahí hay algunas claves y datos interesantes, que me llevó a introducirme en el mundo de los actores. Casi todos trabajan con el método Stanislavski, un estilo que el actor aplica en escena cuando recuerda algo que le pasó cuando eran chicos y recupera la emoción de ese momento para hacer el ejercicio”, reconoce.
Durante 13 capítulos de 26 minutos, Rodríguez Arias charlará con actores y actrices, entre ellos, Cecila Roth, Leonardo Sbaraglia, Miguel Ángel Solá, Pepe Soriano, Soledad Silveyra, Julio Chávez, Diego Peretti, Guillermo Francella, Jorge Marrale, Nacha Guevara, Oscar Martínez, Cristina Banegas y Mercedes Morán.
“Durante las conversaciones, porque no fueron entrevistas-repite Arías-el actor se olvidaba que está la cámara y eso se nota en cómo se expresan, reflexionan y como se toman el tiempo en cada palabra. Yo trabajo sin preguntas y eso generó un buen clima. Los encuentros duraron entre dos y tres horas, y salió un material muy rico donde aparece básicamente por qué razón eligen un proyecto o lo rechazan, cómo es el contacto con el texto, cómo empiezan y todo el proceso que implica convertir ese libro que les tocó interpretar”, se entusiasma el periodista y hacedor del recordado ciclo televisivo Las patas de la mentira.
“Otra cosa curiosa que surgió es que los 13 actores que entrevistamos tienen diferentes métodos para la construcción de un personaje como el ya mencionado Stanislavski, Lee Strasberg y Actor’s Studio. Me sorprendió la diversidad en las respuestas, pero quedó claro que es fundamental saberse el texto y tenerlo claro”, cuenta sobre las sensaciones que le quedaron en cada encuentro con los artistas.
Entre los puntos que se trataron con los invitados, Miguel descubrió que más allá de la construcción del personaje, también se encuentra el tema del physique du rôle y del pánico escénico. “La gente piensa que el físico del actor tiene que ver con el personaje que va a desarrollar, pero no es así. Hoy se privilegia que el intérprete puede desarrollar cualquier personaje porque eso habla de su calidad como actor e inclusive suma. Si un personaje muy serio hace un personaje zarpado o subido de tono llama más la atención”, señala.
En cuanto al pánico escénico “hay muchos que lo tiene y otros que cuando suben al escenario son felices”, adelanta sobre el relato que cada protagonista plasma en cada capítulo de la serie. “En realidad, era un riesgo el proyecto, pero por suerte hay discursos diversos que enriquecieron el envío”, se entusiasma.
“Hay diferencias para preparar un personaje para cine, teatro y televisión. En el teatro tenés continuidad, si bien hay un director, el actor es el que fija cual es el plano. En el cine se va haciendo de a pedacitos y las decisiones de las escenas que salen las toma el director. Es muy distinto trabajar con una cámara que con 300 espectadores”, se anima a opinar Rodríguez una vez que escuchó a cada uno de los entrevistados.
“En el caso de Pepe Soriano habló de que algunas veces en la vida le tocó comer el pan amargo, es decir, le tocó el personaje que no le gustaba pero lo realizó por necesidad”, confiesa como adelante de lo que se verá en la pantalla próximamente.
Alma de actor fue filmado desde el 2018 hasta finales del 2019. El rodaje duró 14 meses debido a la coordinación de los horarios y agenda de los actores convocados. “En el caso de (Cecilia) Roth y (Leo) Sbaraglia tenían que ir a filmar con (Pedro) Almodóvar, pero lo esperé porque yo quería trabajar con ellos”, se sincera.
“La idea les interesó a todos y eso fue determinante. No fueron entrevistas y se generó un buen clima que fue clave para que los actores se concentren y se tomen el tiempo para pensar. Los testimonios están articulados con fragmentos de cine, teatro y televisión del protagonista de cada episodio y eso enriquece mucho lo que se verá en pantalla por lo que el actor está diciendo de acuerdo a las actuaciones donde se lo muestra”, adelanta. “Yo tenía que encontrar otra motivación para que se enganches con el proyecto y hacerlo. Costó encontrar la idea, pero después resulta fácil hacerla”, completa.
Fuente: La Nación